VALÈNCIA. La transformación de Podemos en un partido de corte más tradicional en el ámbito de la participación no está siendo fácil. La conversión de los hasta ahora inscritos de la formación morada en afiliados con su correspondiente cuota de pago mínima de tres euros mensuales ha adelgazado notablemente las cifras de militancia en el partido que lidera Pablo Iglesias.
De hecho, este proceso ha adelgazado la masa social de la citada fuerza política de tal manera que le ha dejado por debajo de su actual aliado, Izquierda Unida, en lo que se refiere a militantes de pago. Un hecho que se ha producido tanto en el ámbito nacional como en la Comunitat Valenciana.
Así, según publicó el diario Levante-EMV, los afiliados registrados por la formación que en la autonomía lidera Pilar Lima ascienden a 2.144. Una cifra relativamente pequeña si se compara con los 12.000 inscritos con los que contaba este partido durante el último proceso de primarias que ganó la ahora líder a Naiara Davó y a Fernando Navarro. De hecho, en aquella votación solo participaron unos 5.000 simpatizantes, lo que ya indicaba que más de la mitad de inscritos en el censo no se encontraban demasiado activos o implicados en el proyecto.
Ahora, las cifras indican un baño de realidad incluso más complicado de digerir, puesto que sitúan a Podem con menos afiliados que su socio en las últimas autonómicas y generales, Esquerra Unida. Fuentes de la formación que lidera la consellera de Participación y Transparencia, Rosa Pérez, confirmaron a este diario que este partido cuenta actualmente con algo más de 2.200 militantes al corriente del pago. Una ventaja de solo decenas de afiliados a favor de EU pero que choca con la posición de supremacía que ha disfrutado Podem en los últimos años, en los que se ha instalado en el imaginario colectivo el mayor poderío del partido de Pablo Iglesias. Una idea que ahora no se ha visto plasmada en el conteo de afiliados de pago.
De hecho, cabe recordar que las negociaciones entre ambas fuerzas políticas para elaborar unas candidaturas de consenso en las elecciones autonómicas no resultaron fáciles. Es más, una de las principales causas de conflicto se centraba en que los negociadores de Esquerra Unida se sintieron infravalorados por las primeras ofertas por parte de los morados.
Ahora, aunque es indudable -ahora y antes- que Podemos es una fuerza que adquirido una potencia mediática y representativa mayor que Esquerra Unida, no deja de ser reseñable -especialmente de cara a la renovación de la alianza o a otros pactos- que la masa militante de los segundos sea superior a la del partido de Pablo Iglesias. Sobre esto, en lo que se refiere a los datos nacionales, la fuerza de los círculos ha registrado en esta primera conversión que ha durado un mes 18.791 inscritos de pago, cuando Izquierda Unida, según datos de finales de 2019, presentaba 37.416 afiliados.