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EL CREADOR DA UN GIRO A TODO LO QUE CAPTURA

La fotografía "de calle" de Pako Sanz que escapa de la realidad

20/04/2021 - 

CASTELLÓ. Pako Sanz siempre ha sido de vivir la fotografía desde la tranquilidad. Independientemente del equipo que usara -si una cámara analógica o digital-, ha sido de crear de una manera pausada. "Me dedico más a ser un pescador de imágenes que un cazador. Espero el tiempo que haga falta delante de una escena o un escenario a ver qué ocurre". Y es que como también dice, no le interesa reflejar la realidad, él en la fotografía ve otra historia. Es terapia, es imaginación y es también una manera de escapar de los tiempos que vivimos. De un consumo frenético. De volatilidad. 

Como tantas otras personas que hacen fotografía, PaKo Sanz llegó a este arte de casualidad. Fontanero de oficio, el castellonense pasaba todos los días frente a la Escola d'Art i Superior de Disseny de Castelló. Y era entonces, en los caminos de ida y vuelta al trabajo cuando imaginaba que si pudiera volver a estudiar, sería ahí. Le gustaban las artes pero no tenía contacto. Hasta que un día, casi por error, decidió apuntarse al que pensaba que era un curso de fotografía de unos pocos meses; resultó ser de tres años. Torpeza o destino, el castellonense decidió seguir adelante porque sabía que, en realidad, esto era lo que quería. 

"En el momento en el que me metí en la escuela tendría unos 40 años y vivía siguiendo los cánones sociales. Tenía mi piso, mi trabajo fijo, mi pareja, pero coincidió con que necesitaba un cambio personal. Así que lo dejé todo. Pasé de preocuparme por mi futuro a vivir el presente". Desde entonces han pasado más de diez años y el artista sigue ligado a esta nueva vida. Una vida en la que día a día trata de saciar su impulso de fotografiar. Eso sí, con cierta quietud.

Después de unos primeros años con muchas ganas de experimentar, llegó el "colapso digital". Así llama el propio Sanz al momento en el que pasó a agobiarse por la sobreproducción de fotografías que hacía. "Con la fotografía digital almacenas una gran cantidad de imágenes. Me veía incapaz de gestionar todo ese volumen y me colapsé". 

Fue entonces cuando el creador decidió reencontrarse con la fotografía analógica. La fotografía tradicional le permitía limitar la creación de imágenes a 36 por carrete, y no a más de mil como la cámara digital. "Creo que haciendo tanta fotografía pierdes el horizonte y llega un momento de saturación. A mi la fotografía me ayuda a centrarme. La practico porque me gusta, pero también es terapéutico, por eso lo que más trato de hacer son series o colecciones con su principio o su fin. La capacidad de desarrollar esa idea es lo que me satisface", explica. 

En sus últimos proyectos puede encontrarse precisamente 'mini series' que desarrollan diferentes historias entre Castellón, València y Barcelona. Creaciones donde se juntan dos fotografías en un mismo fotograma, lo cual ayuda a restarle cierto realismo. "Durante mucho tiempo he estado haciendo fotografía de calle, ha sido mi campo de recreo, pero ahora busco ir más allá con proyectos más psicológicos. Son series oníricas, que surgen de mi imaginación pero nunca sé cómo quedarán. La fotografía imaginada va más allá de la lentitud que siempre he buscado. Además, llega un momento en el que la fotografía suelta no tiene demasiado sentido. Me siento más cómodo narrando." 

Con todo, Pako Sanz siempre ha encontrado en las mujeres la inspiración que necesitaba. "Siempre -o casi siempre- que fotografío personas aparecen mujeres porque me identifico mucho con ellas y con su sensibilidad. Son mis referentes, no solo en la fotografía, sino también en otros campos como en la música". Por otro lado, otra de sus debilidades es la ausencia de color. Si bien, con la analógica ha empezado a dejarse llevar por las posibilidades que los diferentes carretes le brindan  -con más o menos saturación, con efectos, con brillos- , en el momento de la verdad el castellonense opta por vaciar sus imágenes de color. En parte porque, según confiesa, no es capaz de gestionar en el ordenador su edición, y por otro -y más importante- porque el blanco y negro le sirve para alejarse más de la realidad. 

"Los artistas nos atascamos fácilmente, por eso decidí durante un tiempo quitar algo tan superfluo como el color. Ahora sí que lo utilizo, pero dejo que sea el carrete quien lo maneje. Yo decido cuál comprar, pero después me olvido". 

El castellonense que dice fotografiar siempre "por un motivo" y no por las ansias de generar contenido, quiere adentrarse ahora en la fotografía de estudio para desarrollar -cuenta- trabajos todavía más poéticos y psicológicos. "Todas las fotos que hago las hago por algo. Hay millones de imágenes con un mensaje vacío. No digo que lo que yo hago sea mejor, pero mi percepción de la fotografía siempre ha ido acompañado de un motivo". Ahora será "mudarse" de la calle al estudio, porque si algo tiene claro Pako Sanz es que, ni la fotografía ni la imaginación son limitadas.

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