VALÈNCIA (EFE). La salida del estado de alarma y la moderación de las restricciones permitieron a la hostelería crear 62.885 puestos de trabajo en mayo, liderando así el tirón del empleo del mes pasado, a pesar de que el 22,4 % de los trabajadores de este sector está aún en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Al cierre de mayo el sector hostelero mantenía 244.305 trabajadores en ERTE, tras salir 56.795 en el último mes, liderando también esta recuperación de la actividad aunque a menor ritmo que la nueva creación de empleo.
En total, el mercado laboral alcanzó los casi 19,3 millones de trabajadores en mayo, tras sumar 211.923 afiliados más, superando así el nivel previo a la pandemia de coronavirus, en buena parte gracias a la hostelería, tal y como muestran los datos publicados esta semana por el Ministerio de Inclusión.
Por su parte, el número de trabajadores protegidos por un ERTE se situó al final de mayo en 542.142, después de que 95.439 volvieran a la actividad, con más de la mitad de ellos en hoteles y restaurantes.
Así, en las actividades de hostelería quedan 244.305 personas en un ERTE (casi la mitad del número total de trabajadores protegidos por uno de estos expedientes), de los que 185.401 estaban con la jornada suspendida y 58.904 la tenían reducida.
Además de la hostelería, las actividades artísticas también experimentaron un crecimiento del empleo mientras mantiene al 13,7 % de sus afiliados en un ERTE con un total de 32.329 trabajadores protegidos (10.391 con reducción y 21.938 con suspensión de jornada). En este caso, en mayo salieron 6.615 personas de ERTE.
En el momento más agudo de la crisis, con 3,38 millones de trabajadores en ERTE a cierre de abril de 2020, los servicios de comidas y bebidas lideraban el número de trabajadores con 726.137; seguidos por el comercio minorista, con 448.243; el mayorista, 210.959, y los servicios de alojamiento, 206.379.
Desde el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social reconocen ese desfase de ritmo entre la salida del ERTE y la creación de empleo en algunos sectores y que explican en las situaciones concretas de empresas.
"Hasta cierto punto esto es normal", reconocía en la rueda de prensa para valorar los datos de empleo de mayo el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo.
Las empresas que están en ERTE no lo están porque quieren, apuntaba Arroyo, que ve en estos datos "cierto sesgo" a que sean las empresas que ya arrastraban dificultades antes de la pandemia las que más dificultades tengan para sacar empleados de los ERTE frente al tirón de otras en mejor situación o de nueva creación.
"No es algo que nos deba preocupar excesivamente", señalaba Arroyo, que volvía a defender, no obstante, el esquema aprobado en la última prorroga de los ERTE y que incentiva más la reincorporación.
"Hay que premiar ese esfuerzo", subrayaba.
Una de las preocupaciones del Gobierno en este sentido es qué porcentaje de los 530.000 trabajadores siguen en ERTE y qué porcentaje de ellos puede terminar en el desempleo.
En este punto, el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, señaló este semana en una entrevista en El Economista que podrían ser unas 200.000 personas, el equivalente a un punto de paro, vinculadas a empresas que ya tenían dificultades antes.
"Teniendo en cuenta que en España un punto de paro equivale a 200.000 personas y a que este problema está acotado en muy pocas empresas, yo creo que podemos estar en ese entorno", reconoció Escrivá, quien añadió que ese punto "se compensará con una intensa creación de empleo nuevo".
Detrás de estas cifras de empleo y ERTE está el caballo de batalla en esta última prórroga: las exoneraciones en las cotizaciones sociales que la Seguridad Social buscaba fueran mayores para los trabajadores que se activaran que para los que se mantuvieran en un expediente.
Los agentes sociales lucharon por elevar más las exoneraciones para los trabajadores protegidos, explicando que las empresas que los mantienen no pueden activarlos porque no tienen actividad.
Asimismo, aseguraron que esta fue una táctica del Gobierno para evitar el fraude en empresas que contratan empleados teniendo a otros en un expediente o cuyos trabajadores en ERTE con reducción de jornada hacen horas extra, prácticas ambas prohibidas.
"Las empresas quieren reabrir y la gente trabajar", defendía el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien pedía que si se detecta algún fraude debe actuar la Inspección de Trabajo, mientras que el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, aseguraba que hacer horas extra estando en ERTE "no sólo es ilegal sino una indecencia".