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situación judicial, vox y valència ciudad, los factores clave respecto a su figura 

La pregunta en el PPCV: Y ahora, ¿qué hacemos con Camps?

Foto: EVA MÁÑEZ

María José Catalá ya ha realizado gestos de acercamiento hacia el sector del expresidente que podrían continuar para retener votos. 

14/01/2021 - 

VALÈNCIA. El nuevo año ha traído en lo político un hecho anecdótico, pero que con el paso de los días parece tener más importancia de lo que parece por su significado: el aterrizaje de Francisco Camps en Twitter. Un perfil en la red social supervisado directamente por él ha desencadenado muchas preguntas. ¿Es su vuelta a la primera línea?, ¿qué mensaje quiere trasladar de puertas para adentro y para afuera?, ¿algo se está moviendo, especialmente en València ciudad?

El gesto, pero sobre todo lo que puede venir, no ha pasado desapercibido para el PPCV, que lo analiza desde una amplia diversidad de miradas y de consideraciones sobre cómo actuar. Lo que parece claro es que el expresidente de la Generalitat se está autoreivindicando. La duda es si el partido lo hará. 

El factor de mayor importancia en todo este asunto es su situación judicial. Imputado en varias causas relacionadas con presunta corrupción, con consellers de su Gobierno que han pisado la cárcel –como es el caso de Rafael Blasco– y con otros investigados, al igual que cargos del partido de su etapa, el actual PP regional con Isabel Bonig al frente trató de romper con esa época en su discurso. La formación quiso mantener a Camps en un segundo plano, voluntad únicamente rota por él mismo cuando comenzó a convocar ruedas de prensa para defenderse de los posibles hechos delictivos que se le atribuían en las investigaciones. Mientras, el partido prefería callar. 

El factor de mayor importancia en todo este asunto es su situación judicial, con dos causas pendientes de resolver. 

Ahora, aunque el calvario judicial no ha llegado a su fin, los casos en los que permanece imputado se han ido reduciendo. Tras el último archivo en la pieza de la visita del Papa, le quedan pendientes dos. De un lado, la de la Fórmula-1, relativa a la asunción por parte de la Generalitat de la condición de avalista de la empresa Valmor con el contrato de julio de 2011. En ella figura como único investigado el exjefe del Consell y Anticorrupción pidió de nuevo el archivo en noviembre. Un pronunciamiento que le resulta favorable, pero que queda a la espera de la decisión de la juez. 

De otro lado, se encuentra el asunto más problemático: el juicio por una de las seis piezas separadas en las que se dividió la trama valenciana del caso Gürtel y que tendrá lugar once años después de su inicio. Se trata de la de los contratos menores que la Generalitat adjudicó a la empresa Orange Market y que sentará en el banquillo a Camps por posible fraude y prevaricación, aparte de a varios exconsellers y a técnicos de la Administración. La sospecha es que se otorgaron estos contratos con el fin de favorecer económicamente a la firma tras la multitud de actos del PP organizados por ella en la Comunitat. Sin fecha todavía, tanto su celebración como la posterior sentencia pueden dilatarse. Y lo importante, desde luego, séra cómo acabe. 

Camps, en Les Corts Valencianes. Foto: KIKE TABERNER   

De aquí sale un nuevo hilo: los tiempos. Con una condena, poca disyuntiva existiría, pero con una absolución antes de 2023 –y si no surgieran otras causas que lo implicaran– la cuestión del "¿qué hacemos con Camps?" aparecería claramente dentro del partido por tratarse de año de elecciones. Y, cómo no, dentro ya hay división de opiniones que responden a posibles estrategias.

El escenario en el que todo se puede desarrollar parece ser València ciudad. Las especulaciones sobre sus intenciones políticas y su ofrecimiento público y conocido al partido para presentarse en el Ayuntamiento se cruzan con otros rumores que circulan acerca de un posible acercamiento de Vox. Una comida en una finca de Requena hace más de un mes desató todo tipo de conjeturas, como que en ella se encontraban Camps y Santiago Abascal. Sin embargo, este periódico sólo ha podido confirmar que el segundo protagonista no estaba, aunque sí acudió el diputado nacional y vicepresidente en el Congreso Ignacio Gil Lázaro. Fue, añaden, un encuentro con otros participantes y ajeno a la política. De hecho, ambos mantienen una relación de amistad de hace muchos años y quedan asiduamente. 

Una comida en una finca de Requena hace más de un mes a la que asistieron Camps y Gil Lázaro desató todo tipo de conjeturas

La cita ha sido comentada en los corrillos populares, algo que evidencia la inquietud que generaría esa hipotética aproximación de Vox hacia el expresidente de la Generalitat. Fuentes de Vox y del entorno de Camps niegan maniobra alguna en este sentido. Pero no escapa dentro del PP que tal vez habría que añadir a esa afirmación un "por el momento". "No tengo dudas de que Vox intentará incorporar a Camps si acaba con todas sus causas judiciales resueltas", reflexiona un cargo del partido. Una oferta que podría resultar tentadora si supusiera, como elucubran algunas voces, que fuera de candidato independiente al consistorio, donde ya ocupó escaño de concejal. Alineado, además, con unas siglas, las de Vox, que acogieron a familiares de la exalcaldesa Rita Barberá, a la que en tantas ocasiones ha puesto en valor el exjefe del Consell. 

¿Aceptaría?. Su entorno y fuentes de su propia formación aseguran que no. Tampoco apuntan a ello sus manifestaciones públicas, siempre dirigidas al orgullo de pertenencia al PP –al que lleva afiliado desde 1982 según destaca en su breve biografía de Twitter–. Sin embargo, la preocupación sobre lo que pueda ocurrir existe debido a que tanto entre los populares como en Vox admiten que todavía tendría capacidad de arrastrar votos en la ciudad. Algo que creen que se podría ver incrementado con un mensaje de victimismo y persecución si acabara por no poder demostrarse nada sobre hechos delictivos.

Ante este cúmulo de circunstancias, el PPCV difiere acerca de si habría que hacerle algún tipo de reconocimiento a su figura en el caso de que saliera indemne a nivel judicial. Una parte de la cúpula del partido, aunque comparte la interpretación de que puede estar sufriendo una injusticia, no quiere volver a vincularse a esa época y razona que otros muchos compañeros de la formación han pasado por la misma situación que él. 

María José Catalá y Francisco Camps. Foto: EVA MÁÑEZ  

Pero de otro lado, sí se están dando gestos de cierto acercamiento. Sobre todo por parte de la líder en València, María José Catalá, que participó en una cena con la plataforma "Foro Populares 2020", formada en gran parte por militantes de la ciudad –críticos con la dirección– y a la que pertenecen, entre otros, Camps y el exsenador Pedro Agramunt. En esta cita le trasladaron la iniciativa, posteriormente hecha pública, de rebautizar tanto el aeropuerto de Manises como el Puente de las Flores para que lleven el nombre de Rita Barberá. 

Al ser en València donde se disputa el juego, no sería de extrañar –analizan algunas fuentes– que Catalá tendiera a esa aproximación para tratar de que no se escaparan votos de ese sector del PP que pudieran acabar en Vox. Aunque no pronostican que pase por incluir a Camps en puestos de salida en la próxima lista del Ayuntamiento, puede resultar de importancia tanto la legitimidad de interlocución que se dé al sector de "Foro Populares" como algún tipo de reconocimiento a la figura del expresidente a nivel discursivo

La actividad de Camps también se vislumbra intensa de cara al próximo congreso regional después de la presentación de una candidatura alternativa en el de la provincia de Valencia, para el que Génova ungió a Vicente Mompó. La vinculación de Carlos Mazón con el zaplanismo, corriente enemiga histórica del campismo, no augura una imagen del expresidente de la Generalitat de brazos cruzados

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