CASTELLÓ. Ha sido un buen año para quienes amamos las series. Parecía que todo iba a estar dominado por la despedida de la serie-acontecimiento, Juego de tronos, que cuando acabara nos quedaríamos vacíos y con un triste “y ahora qué”, pero llegó a su fin y no hubo tiempo de echarla de menos porque empezaron a llegar series de gran interés sin parar. En concreto, HBO se sacó de la manga un puñado de obras originales y magníficas que nos engancharon inesperadamente. Aquí la cadena de “No es televisión, es HBO” le ha ganado la partida de la calidad a Netflix: frente a la apuesta por la cantidad de esta última, HBO se llenó de exquisiteces de lo más diverso como Chernobyl, Years and years, Gentleman Jack, Succession, Fosse/Verdon o Euphoria y nos hizo muy felices. Vamos a repasar algunas de ellas y otras que componen lo mejor del año. Enlazaré, cuando los haya, a artículos o podcasts que les hemos dedicado en Culturplaza.
La última temporada de Juego de tronos fue el acontecimiento del año. Un fenómeno global, con unos niveles de producción nunca vistos en una serie, que reunió a gente de todos los tamaños, edades, pelaje y condición. Todos queríamos ver el final. Y compartirlo, esto es importantísimo. Había que ver el capítulo y comentarlo, en las redes, en los bares, en el curro al día siguiente, donde fuera. Recuperamos el placer de ver un capítulo a la semana y esperar emocionados el siguiente. Y sí, nos decepcionó. Pero también nos maravilló. Es verdad que corrieron mucho para cerrar todas las tramas como fuera y que igual con dos o tres capítulos más todo hubiera fluido un poco más y encajado mejor. Y Tyrion no era ni sombra de lo que fue. Y, en serio, ¿Bran? Y ese romance tan forzado entre Daenerys y Jon. Y más cosas. Pero es que era sonar la música de la cabecera (esa que nadie se saltaba) y ya estábamos excitados. Y Brienne de Tarth. Las batallas. El vuelo de los dragones. El encuentro de Theon y Sansa. Las alas de Daenerys. La emoción de los encuentros y las despedidas. Una serie que ha marcado un antes y un después en la historia de la ficción televisiva y que nunca olvidaremos. Más sobre la T8 de JdT aquí.
La primera temporada de la serie de Phoebe Waller-Bridge llegó en 2016 y su autora se tomó su tiempo para completarla con esta segunda y última temporada. No, desgraciadamente no tendremos más Fleabag. Acaba aquí. Así que nos tenemos que conformar con solo doce capítulos de 30’, no llega a seis horas el total de la serie, que son oro y dan para días y días de debate y análisis. Inteligente, transgresora, compleja, divertida y profunda, Fleabag nos cautivó con una segunda temporada aún mejor que la primera. Una de las mejores series de la década, sin duda. Más sobre Fleabag.
Esta nos pilló por sorpresa. Quién iba a suponer que una miniserie sobre la tragedia de Chernobyl iba a convertirse en un acontecimiento. De pronto, era la mejor serie del año. Con motivo. Magníficamente escrita, realizada e interpretada, Chernobyl nos dejó sobrecogidos, no solo por la terrible historia real, sino por el modo en que nos la contaron. Se podría haber tirado de plantilla y el procedimiento estándar y socorrido de ofrecer espectáculo y mucho plano aéreo y acción y efecto especial. Pero no. Se decidió crear un mundo gris y oscuro, con una puesta en escena austera y reposada, que huye de la espectacularización del drama y se queda en la dimensión humana, siempre a la altura de nuestros ojos. Y por eso Chernobyl es una serie tan impactante e inolvidable. Más sobre Chernobyl aquí y aquí.
Otra de las grandes sorpresas del año y otra nueva prueba del enorme poder de la ciencia ficción para cuestionarnos nuestro presente. Lo cierto es que no estábamos preparados para esta distopía tan cercana. Nos sobrecogió. Cercana no solo por transcurrir en el futuro inmediato, sino, sobre todo, por explorar sin piedad los males de nuestra época, como la precariedad laboral, el populismo o el racismo, y llevarlos hasta sus últimas consecuencias. Y todo ello contado en un ámbito cotidiano, a través de una familia normal y corriente. ¡Es todo tan plausible! La obra de David T. Russell nos aterrorizó con su cotidianidad y su lucidez. Una miniserie de largo recorrido, que se queda en nuestra cabeza para siempre. Más sobre Years and years.
Aunque ya hubo en 2018 una primera temporada, lo cierto es que había pasado más o menos desapercibida. Una serie de ricos que luchan por el poder, bah, pues ya la veo otro día si eso. Pero esta segunda temporada ha pegado fuerte y ha colocado a la serie en cualquier lista de lo mejor del año. Nos hemos rendido a su gran calidad. Porque, ojo, esto no es un culebrón. No es Falcon Crest para el segundo milenio. No hay giros locos de guion, ni clichés de buenos y malos. De hecho, los protagonistas son, además de asquerosamente ricos, profundamente despreciables. Todos. No se salva ni uno. Y aun así, no podemos dejar de mirar, y esperar con ansia la tercera temporada. Más sobre la serie, aquí.
Otra miniserie para enmarcar. Basada en el caso real de un violador en serie, Creedme podría parecer una obra de tesis, con mensaje, lanzada en estos tiempos del #Metoo y el #Yosítecreo, pero es mucho más que eso. Y ese es su gran valor. Denuncia todos los fallos de un sistema que desconfía de la víctima de una violación como nunca antes lo habíamos visto. Y entra deliberadamente en un debate social imprescindible. Pero eso no es lo que la convierte en una serie excelente, porque las buenas intenciones no garantizan la calidad. Como en el caso de Chernobyl es buena por como lo cuenta: por su guion, por la realización, por la interpretación. Magnífica en todos los sentidos. Y nos encantaría continuar con más casos de las dos policías protagonistas. Más sobre Creedme.
No ha hecho mucho ruido, aunque el thriller ambientado en la isla de Hierro es una de las mejores series producidas en nuestro país este año. Ofrece una historia conocida, la investigación de un asesinato, pero derrocha personalidad propia por todas partes. Es seca y hosca como la propia isla y ofrece dos personajes magníficos, los interpretados por Candela Peña y Darío Grandinetti, a los que tenemos muchas ganas de seguirles la pista. Más sobre Hierro.
Y si hablamos de thrillers con personalidad, la serie de TVE tiene a raudales. Ambientada en una Málaga en las antípodas de la postal turística, resulta una serie dura, áspera y arriesgada, que opta por un realismo sucio que hacía mucho que no veíamos. Pobreza, marginalidad y corrupción, propias de una sociedad capitalista profundamente desigual y excluyente. Producida por Javier Olivares, es una magnífica apuesta de la televisión pública, que debería ser mucho más habitual. Más sobre Malaka.
Fue un placer encontrar por fin una sátira española sobre política que, además, funciona. Es un género muy poco tratado y muy espinoso en nuestro país, aunque no debería. La serie creada por Diego San José y protagonizada por el gran Javier Cámara destila mucha mala leche y mucho humor amargo e incómodo. Vota Juan es un retrato inmisericorde del mundo de la política a través de la figura de un ministro estúpido y mezquino, y su equipo, a cual más trepa o pelota. Ya está rodada la segunda temporada, ¡bien!, con el título Vamos Juan, y llegará en los primeros meses de 2020. Más sobre Vota Juan aquí.
Y ahora, en apretada compañía, que se me acaba el artículo, más series que nos han alegrado la vida en 2019. La extraordinaria tercera temporada de The Crown. La miniserie The virtues, un sobrecogedor relato sobre el dolor con una interpretación impresionante de Stephen Graham. Y si hablamos de dolor, Euphoria, tan sorprendente y audaz. También hay audacia narrativa y formal en Fosse/Verdon, sobre la vida, obra y compleja relación entre el coreógrafo y cineasta Bob Fosse y la coreógrafa y bailarina Gwen Verdon. O en Undone, serie de animación para adultos que abre nuevos caminos. Gentleman Jack y su formidable protagonista. Paquita Salas nos dejó tal vez su mejor temporada e infinidad de frases y memes para cualquier situación. La extravagante tercera temporada, loquísima en su discurso antiTrump, de The good fight. Y no olvidamos a los hilarantes vampiros de Lo que hacemos en las sombras. En fin, que ha habido series buenas para todos los gustos. Y el año que viene, más. ¡Feliz 2020!
Más sobre The Crown, The virtues, Euphoria, Fosse/Verdon, Undone, Gentleman Jack, The good fight, Lo que hacemos en las sombras.