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el billete / OPINIÓN

Lo de la luz

5/09/2021 - 

Si todo el esfuerzo del Gobierno por convencernos de que está haciendo algo por contener el precio de la luz lo emplease en hacer algo de verdad, no estaríamos como estamos después de un mes de vacaciones en el que las avariciosas eléctricas sin empatía y el Ministerio de Hacienda continúan haciendo caja con el sudor de nuestra frente. Como siempre, al Gobierno de Sánchez le interesa más el qué dirán que la solución del problema y la estrategia es: mientras pensamos algo porque se nos ha ido de las manos, digamos que estamos haciendo algo. Con desparpajo, sin complejos.

El dontancredismo oficial de la primera mitad del año lo animó la entonces portavoz del Ejecutivo María Jesús Montero con lo que mejor sabe hacer: mentir. Los periódicos trasladamos a la población lo que dicen las autoridades, pero cuando faltan a la verdad, y lo hacen cada vez más, estamos obligados a señalarlo.

Cuando en enero se le pidió una rebaja del IVA, la ministra de Hacienda afirmó que la subida de la luz era "coyuntural" y que el Ejecutivo no bajaría el IVA porque "no estaría en la línea con lo que se marca por parte de Europa". Igual que con las mascarillas, Montero echaba mano de "Europa" para falsear la realidad, porque la realidad es que en la UE el IVA medio de la electricidad está en el 15% y que Francia, por ejemplo, tiene el 6%.

María Jesús Montero. Foto: J. HELLÍN/EP

Aquí se podría bajar al 4% porque la realidad es que cada país pone el IVA que le da la gana y carga en la electricidad los impuestos que estima conveniente; hasta se permite a un país, España sin ir más lejos, el sinsentido de poner un impuesto a la electricidad y luego cargar el IVA sobre ese impuesto como si fuera un valor añadido más. Impuesto sobre otro impuesto…, ¿eso también es así en Europa? Desde luego, no donde no existe un impuesto específico a la electricidad, como Hungría, Bulgaria o Eslovaquia, ni en Países Bajos, donde en lugar de un impuesto a la electricidad existe una bonificación para abaratarla. La Europa multinivel es tan sugerente, que si un gobernante no es capaz de idear soluciones imaginativas solo tiene que mirar lo que hacen los demás.

Una amiga francesa, hace años, con una mezcla de extrañeza y curiosidad: "Los españoles os referís a Europa en tercera persona, como si fuera algo ajeno". Y eso que no conocía a Montero ni a Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra del ramo eléctrico, para quienes antes del verano la subida de la luz era un castigo caído del cielo contra el que nada se podía hacer porque Bruselas tal y cual… No nos hacemos a la idea de que ‘Bruselas’ también somos nosotros y que una cosa es ser muy europeísta y otra hacer el primo.

La propia Montero se desmintió a sí misma cuando en junio reveló que sí se podía baja el IVA sin que Ursula von der Leyen nos llamase la atención. Pero la ministra repitió la jugada de las mascarillas, cuando se tiró seis meses haciendo caja con un IVA del 21%, en el momento que más caras estaban y más necesarias eran, con la excusa de que la UE no permitía bajarlo, siendo que desde el principio la UE había dicho por escrito que sí lo permitía y la mayoría de países lo habían bajado o eliminado. Para luego presumir de bajarlo al 4% ocultando que la rebaja era solo para las mascarillas quirúrgicas, dejando al 21% las más baratas —las higiénicas— y todas las demás.

Teresa Ribera. Foto: R. RUBIO/POOL/EP

Pues con la luz igual, baja el IVA al 10% pero solo a los consumidores con potencia contratada inferior a 10kW, que son la mayoría de los hogares pero no todos, y mantiene el 21% para el resto, incluidas las empresas, que aunque estén en el mercado libre también sufren la subida. Los clientes con potencia de menos de 10 kW representan menos del 30% del consumo, así que más del 70% de la electricidad consumida en España se sigue pagando con un IVA del 21%. Lo que significa que Hacienda no solo no va a perder recaudación con la rebaja selectiva del IVA sino que va a ingresar más.

Esto estaría muy bien desde el punto de vista de los ingresos que necesita el Estado si no fuera porque la subida de la energía impacta de lleno en las empresas, les resta competitividad y en el mejor de los casos reduce sus beneficios, lo que supone menos ingresos para Hacienda por el Impuesto de Sociedades. En el peor de los casos, supone otro revés para pymes que lo están pasando mal y que tendrán que reducir empleo, con el consiguiente coste para la Seguridad Social. Pero no se vayan todavía: las empresas que pueden hacerlo compensan la subida del gasto energético elevando los precios —con la inflación ya en el 3,3% interanual—, con lo que el optimismo de Montero respecto inflación subyacente —que no incluye el precio de la energía y 'solo' ha subido al 0,7%— es como el de quienes al inicio de cada ola de covid celebran que a pesar del aumento de contagios haya pocos muertos. Ya puede ir echando cuentas Montero de cuánto le va a suponer en el Presupuesto de 2022 la subida de las pensiones y de los sueldos de los funcionarios, que lo no podrá pagar con el IVA de la luz ni con el de las mascarillas.

No espere el lector que aquí se apunte más solución que la inmediata bajada del IVA, que para eso están los expertos, que ya han expuesto unas cuantas sin éxito. Lo que no puede un Gobierno es no hacer nada o pensar que la solución es una comisión de estudio en el Congreso que se da seis meses para darle vueltas al asunto.

Foto: MONCLOA/FERNANDO CALVO

Podemos, socio de Gobierno, al menos ha presentado propuestas, aunque a quienes creen que la empresa pública por ser pública es la panacea habría que recordarles que la electricidad es un sector ya hiperregulado, y que esa regulación por la que ahora nos lamentamos es obra de sucesivos gobiernos y parlamentos, es decir, de servidores públicos no muy diferentes de los que ahora y en el futuro estarían al mando de la compañía publica. Si la crean, igual se cumple mi vaticinio de hace cuatro años de que Pablo Iglesias acabaría en el consejo de administración de una eléctrica.

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