CASTELLÓ. La campaña citrícola ya en pleno apogeo está elevando los ánimos entre los agricultores. No en vano, la caída de producción, que las organizaciones agrarias consideran puede ser sensiblemente mayor a la oficial, cifrada alrededor del 30% por la Conselleria de Agricultura, ha disparado las compras en el campo y también los precios, que están alcanzando registros "de récord".
El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, señala que estos días se han cerrado varias operaciones de clemenules "a 60 céntimos por kilo", una cifra estratosférica (máxime si se compara con la temporada pasada); y el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, señala que ha conocido un trato para la variedad hernandina, una de las posteriores a la nulera, "a 70 céntimos".
Esto da también una idea de la falta de cosecha y ambos coinciden en que en esta temporada no habrá suficientes clemenules para llegar a la campaña navideña, el momento con mayores ventas del año en lo que se refiere a las clementinas. Tal es la situación que hay exportadores que han tenido que limitar los envíos a clientes y en los mercados mayoristas europeos han avanzado la transición de mandarinas a clementinas, según han recogido medios especializados.
Esto se refleja, como es obvio, en las cotizaciones. Según el último boletín de la Lonja de Cítricos de València, los precios oficiales se mueven a estas alturas del año entre los 0,306 y los 0,470 euros por kilo, muy por encima de los 0,188 y 0,282 €/Kg del año pasado a estas alturas. Concretamente, para las cotizaciones más altas el incremento es del 66% y para las más bajas del 62%.
En otras zonas productoras, como Andalucía, organizaciones de productores como Asaja hablan de aumentos en torno al 40% para variedades de naranja como la navelina, que este año se cotiza por encima de los 20 céntimos por kilo.
Y es que, según la Lonja de València, ya no quedan clementinas por recolectar entre las variedades que preceden a la clemenules y se han adelantado las compras y recolección de otras posteriores. No en vano, además del millón de toneladas menos de cítricos que la Conselleria estimó para la Comunitat Valenciana, también está llegando un volumen menor de fruta de países terceros.
Junto a estas noticias en la campaña en curso, las organizaciones agrarias ya han mostrado su temor a la próxima, la 2020/2021, ya que al parecer la vecería de los árboles está coincidiendo en todo el mundo y la explosión de producción (agravada por el auge de las plantaciones en zonas como Sudáfrica y Egipto) podría ser dentro de un año significativa.
En lo que respecta a la temporada en curso, a pesar de los buenos precios, los representantes de los agricultores se muestran cautelosos sobre la rentabilidad final, "ya que todavía falta por ver si llegarán a compensar la pérdida de kilos", apunta Guinot. Eso sí, "al menos la campaña ha cambiado las sensaciones en el campo", con ansias de compra por parte de las empresas y gran actividad en los huertos. Asimismo, los citricultores que hayan tratado la fruta para retrasar su maduración y recolección todavía pueden registrar precios mayores, apuntan ambos.