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opinión

Los bonos de impacto no cumplen con los requisitos mínimos de sostenibilidad

Hay que centrarse en la alineación del núcleo del negocio del emisor y el compromiso con comunicar de forma transparente el impacto del bono

14/06/2019 - 

MADRID. El mercado de los bonos de impacto es cada vez más diverso pero muchos de los instrumentos más recientes no cumplen con los requisitos mínimos de sostenibilidad establecidos por Insight Investment, una de las principales gestoras de activos y de riesgo. En lo que llevamos de 2019, hemos marcado en rojo diez bonos verdes en su sistema de calificación propio, frente a uno en 2018.

Según las estimaciones que se manejan, cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas requerirá una inversión total de entre cinco y siete billones de dólares de aquí a 2030. Se espera que los bonos de impacto, que se usan para financiar proyectos con un impacto medioambiental o social positivo, contribuyan en gran medida a alcanzar esa cantidad. No obstante, es urgente que exista una mayor alineación entre los objetivos que persiguen estos bonos y los intereses estratégicos de las empresas que los emiten.

Demasiados bonos de impacto son simplemente programas de sostenibilidad desarrollados expresamente para la ocasión y tienen poco que ver con las actividades diarias del negocio del emisor. La pregunta es inevitable: ¿qué autenticidad tienen estos bonos? Nos gustaría llegar al punto en el que los objetivos de un bono de impacto fuesen indistinguibles de las operaciones del emisor.

En Insight usamos los colores del semáforo para calificar los bonos de impacto, señalando aquellos aptos para ser incluidos en las carteras de crédito. El color rojo puede responder a diversos motivos pero, normalmente, denota falta de transparencia sobre el impacto medioambiental de estos instrumentos. Aunque el mercado de emisiones está dominado por los gobiernos, las empresas del sector financiero y las de suministros públicos (utilities), hay cada vez más diversidad: en 2019, tres operadoras de telecomunicaciones han emitido bonos de impacto para los que la demanda superó la oferta.

Es bueno que haya más diversidad, aunque las iniciativas de impacto en sectores como el de los suministros públicos pueden provocar cambios más profundos si logran mejoras de eficiencia en las industrias más intensivas en carbono. A la hora de valorar estos bonos, nos centramos en la alineación entre el núcleo del negocio del emisor y el compromiso con comunicar de forma cuantitativa y transparente el impacto del bono.

Joshua Kendall es analista sénior de ESG en Insight Investment

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