Quique Calabuig. Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. El cisma entre los hermanos Calabuig Gimeno, propietarios del grupo Global Omnium y de Aguas de Valencia, entre otras empresas, se cerró a finales de 2018 con la salida del capital de la patrimonial Fomento Urbano de Castellón (Fucsa) de Quique Calabuig.
Este accionista había acudido a los tribunales para solicitar la ejecución de un acuerdo de salida firmado en 2014 con sus cuatro hermanos a cambio de acciones de Aguas de Valencia que sumaran un 7,84%. En su defecto, solicitaba una indemnización de 44 millones de euros, como publicó en su día en exclusiva Valencia Plaza.
El acuerdo alcanzado, que viene recogido en las cuentas anuales de Fucsa de 2018 y ha sido confirmado por fuentes familiares, no implica cambios en el accionariado del grupo Aguas de Valencia, que seguirá controlado en un 98% por Fucsa y que es la joya de la compañía.
Finalmente, ha sido la propia Fucsa la que ha comprado el capital que tenía Quique Calabuig, en torno al 12%, por 39,5 millones de euros. De ellos, a 31 de diciembre de 2018 quedaban por abonar 30 millones, de los que 20 se pagarán este año y el resto en 2020.
La compañía que preside Eugenio Calabuig explica en la memoria de Fucsa que la operación fue posible gracias al "excepcional" resultado por el reparto de dividendos de las participadas -de Global Omnium, 45,2 millones- y añade que "la sociedad tiene una planificación de la obtención de flujos de tesorería para hacer frente a dicha deuda -los 30 millones- y compatibilizarlo con el desarrollo de la actividad inmobiliaria".
El "excepcional" resultado fue un beneficio atribuido de 21,5 millones de euros, un 7% más que el año anterior, con una cifra de negocios consolidada de 327 millones, un 4,6% más. Fucsa no repartió dividendos en 2018.
Este precio de 39,5 millones pagado en la operación supone valorar el 100% de Fucsa en 322 millones de euros. El holding de los Calabuig está compuesto por decenas de empresas entre las que destacan las del grupo Aguas de Valencia, dedicado al abastecimiento de agua potable. Aguas de Valencia está integrada en otra filial de Fucsa, Global Omnium, a la que también pertenecen el Oceanogràfic de València y el Acuario de Sevilla.
La otra pata del grupo castellonense es la inmobiliaria, que en los últimos años ha funcionado al ralentí por el largo parón del sector.
Tras su salida del grupo familiar, Quique Calabuig Gimeno decidió emprender un proyecto empresarial en solitario. Lo hizo mediante un family office –sociedad que administra grandes patrimonios familiares– que bautizó como Kaiho Capital (kaiho significa "liberado" en japonés).
Kaiho Capital desarrolla su actividad en el ámbito de la innovación, el mercado inmobiliario y los mercados de capitales, según explica la sociedad. En el sector de las startups, su objetivo es "explorar las mejores opciones emprendedoras y en el área de la generación de conocimiento para invertir en operaciones con alto valor añadido".
En el terreno inmobiliario, el nuevo family office busca y analiza activos inmobiliarios que cumplan con los requisitos del grupo para su posterior adquisición. "La compañía aporta experiencia y una trayectoria consolidada en la gestión de inmuebles y en la búsqueda de una rentabilidad razonable en el pujante mercado inmobiliario", afirmaba en su presentación.
En cuanto al mercado de capitales, la firma de Quique Calabuig se orienta a los compromisos de largo plazo y sostenibilidad y fomenta la diversificación de sus inversiones. "La filosofía de Kaiho Capital se sostiene en el retorno de la inversión con la apreciación del capital y la liquidez como elemento indispensable", afirma.
