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Los festivales culturales de Castellón fomentan un 'lobby' para cohesionar el sector

Desde la jornada La Discontínua animan a todos los festivales culturales de la provincia a firmar una carta para colectivizarse en una organización única y así defender juntos sus intereses, crear sinergias o configurar un espacio de trabajo común. Hasta la fecha ya son 30 las citas adheridas

6/02/2020 - 

CASTELLÓ. Ya hace un tiempo en el que Castellón se ve como referente cultural. No siempre ha sido así. Pero ante la ineludible realidad de que entre todos sus municipios alberga más de 125 festivales, no ha tenido más remedio que creerse lo que es. En consecuencia, hace dos años nacía La Discontínua, una jornada que se creó para reunir los diferentes proyectos artísticos que habitan en la provincia, ya sean grandes citas consolidadas u otras que acaban de nacer, para así poder reflexionar sobre cuestiones tan necesarias como la financiación, el trabajo en equipo o las malas praxis que, inevitablemente, suele darse en el sector. Pero, sobre todo La Discontínua se originaba para estimular la comunicación entre todos sus representantes, porque como viene alertándose desde hace un tiempo, no existe entre todas las actividades coordinación y esto acaba dañando su celebración. "Hacía falta organizar un punto de encuentro para aglutinar a todos sus responsables. Castellón es muy diversa y tiene muchos recursos, pero le resta la falta de comunicación".

Las jornadas han servido desde entonces para intercambiar metodologías, conocimientos y experiencias y hasta para gestar futuras colaboraciones entre los diferentes festivales. Porque, ¿cómo sería llevar la poesía del Pera hasta el Fit Carrer de Vila-real, o viceversa? Sus organizadores, Ruth Sancho Huerga y Pau Ayet no lo vieron como una mala idea y en la última Discontinua se mostraron receptivos a intercambiar actividades. Pero como esta, muchas otras posibles 'fusiones' que se formaron con las sorpresa de sus organizadores. Y es que muchos de los proyectos que resonaron en el encuentro no se conocían entre ellos. Ni tan siquiera sabían de su existencia. Fue entonces cuando a la organización se le encendió la bombilla. Hacía falta dar un paso más. ¿Cuál? "Estamos animando a todas las iniciativas culturales a firmar una carta para colectivizarse en una organización única, ya sea una plataforma o una asociación, y así defender nuestros intereses". 

La idea parece estar gustando y, hasta la fecha, se han adherido 30 citas, pero La Discontínua espera abrazar muchas más propuestas. Por eso, no hay fecha límite para sumarse a la futura organización, aunque esperan poder presentarla formalmente en la próxima edición, que se celebrará de nuevo a finales de año. "Los festivales pueden hacer las modificaciones que crean oportunas a nuestro manifiesto pero, en definitiva, lo que queremos es entrar en la Mesa de la Cultura Valenciana, servir de canal de interlocución con la administración pública y otras entidades privadas, contribuir a la formación del sector mediante la gestión de acciones académicas, crear sinergias con otros actores culturales (incluso de fuera de la provincia) y configurar un espacio común de trabajo para asumir un mayor desarrollo en el sector cultural", exponen sus impulsores en el escrito. 

Foto: Singin' in the cave

Algo se mueve en Castellón desde hace un tiempo y este deseo por colectivizarse no es para nada nuevo. Hace solo un par de semanas que Vila-real anunciaba la creación de una Junta de Coordinación de Festivales entre la veintena de eventos culturales que existen en la ciudad. Aunque en este caso uno de sus principales actores es el propio ayuntamiento, sus objetivos pasaban por el mismo hilo: aunar esfuerzos para reclamar más subvenciones europeas o autonómicas, evitar la contraprogramación, así como conseguir un mayor hermanamiento desde dentro del sector. "No es lo mismo que ir por libre. Necesitamos aunar esfuerzos y concurrir juntos para poder poner a Vila-real en el mapa. Cuando estás tan cerca de Castelló, o presentas algo muy atractivo o se te comen, porque somos una gotita entre un montón de propuestas", afirmaba en declaraciones a Castellón Plaza, Pascual Arrufat del Fen Festival.

Con el planteamiento que ofrece la Discontínua, elevando el asociacionismo a toda la provincia, podrían evitarse noticias tan amargas como la que dio el Formigues Festival de Benicàssim, que anunció el pasado 23 de enero la cancelación de su octava edición aludiendo a la "insuficiente financiación" y "apoyo verdadero por parte de la administración". "No somos una promotora, somos una asociación cultural formada por cinco personas con otros trabajos. Desgasta mucho toda la gestión administrativa que un festival implica y el tener que ir todo el rato detrás de la gente. Sabíamos que este año íbamos a dar un paso hacia atrás y no nos podemos permitir dar algo que no se merece a un público que, en muchos de los casos, ha venido desde que eran pequeños", añadía su directora Ana Rico, quien espera que su parón se quede en una reflexión y puedan volver más adelante. Quizá, en una escena cultural más vertebrada.

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