VALÈNCIA. Los octavos se decidirán en Amsterdam. El Valencia empató contra el Chelsea en Mestalla y su clasificación se decidirá en la última jornada. Valencia y Chelsea se lo dejaron todo en el césped en un encuentro que acabó en tablas. Soler y Wass hicieron los tantos locales y Kovacic y Pulisic marcaron los goles visitantes.
El Valencia entró al partido con nervios. La importancia de la cita propició que los locales no terminaran de coger el pulso al encuentro. El Chelsea quiso hacer ‘sangre’ de las dudas de su rival, pero el cabezazo de Willian se marchó alto. Ferran quiso desperezar a su equipo y provocó una temprana amarilla a Jorginho. Los ingleses entraron mejor y sus centros inquietaban a la zaga local. La mejor noticia del inicio era la concentración defensiva.
Pese a que el Valencia no tenía el dominio, el valencianismo se echó las manos a la cabeza con la ocasión que falló Maxi Gómez. Incomprensible. Parejo vio el desmarque de Rodrigo. El delantero sirvió el gol en bandeja al uruguayo que remató al aire a portería vacía. El Valencia cambió con esa ocasión. Empezó a tener personalidad y generar miedo en el área del Chelsea. Una gran jugada colectiva la finalizó Maxi Gómez y solo un paradón de Kepa Arrizabalaga evitó el gol ante la desesperación del ariete. Otra muy clara que desperdició Maxi.
El Chelsea no se hizo pequeño, ni mucho menos. Kanté remató muy alto primero y luego Abraham obligó a Cillessen a hacer una parada majestuosa, al alcance de muy pocos. Una intervención milagrosa que tuvo su recompensa. Acto seguido, Rodrigo puso un balón al corazón del área y Soler batió a Kepa para poner patas arriba Mestalla. Una alegría efímera. Kovacic empató en menos de un minuto y había que volver a empezar. El ritmo era frenético. El Chelsea no daba un respiro y Cillessen detuvo el disparo de Kovacic. Con el 1-1, se llegó al descanso.
Tras la reanudación, Mestalla presenció el regreso de Batshuayi. El Chelsea dio un jarro de agua fría al Valencia. Pulisic hizo el 1-2 para adelantar al Chelsea y poner los octavos muy cuesta arriba. El partido estaba feo, muy feo. El Valencia no se rendía, pero le faltaba acierto. Rodrigo tuvo el empate. Cazó un rechace y picó demasiado el balón por encima de Kepa. El Chelsea era un coloso. Cada vez que se acercaba ponía la piel de punta al Valencia, pero en defensa tenía muchas lagunas. Una de ellas la aprovechó Gayà para provocar el penalti. El Valencia se podía meter en el partido en el minuto 64. Era el turno de Parejo. Kepa se hizo enorme para detener el lanzamiento del capitán. Había que seguir remando.
El resultado era adverso, pero el corazón del Valencia era más que puro. Lo intentaba de cualquier forma. Jaume Costa remató con todo y el balón se fue fuera. De hecho, el lateral se lesionó y le sustituyó Gameiro. Celades reestructuró el equipo. Trasladó a Wass al lateral derecho y Soler pasó a ser el acompañante de Dani Parejo. Celades buscó un salvavidas en el tramo final y entró un renqueante Coquelin por Ferran Torres.
El encuentro no mejoraba y Celades quemó su última bala con la presencia de Kang In Lee por Carlos Soler. El técnico recurrió al talento, pero fue la fortuna la gran aliada. Wass quiso centrar y el esférico acabó en la portería para meter al Valencia en el partido haciendo el 2-2. Un empate que no clasificaba a ninguno. Quedaban siete minutos de descuento y el Valencia se lanzaba a por el partido. Rodrigo tuvo la victoria y rozó el palo ante el lamento de Celades. Una ocasión para desesperarse y golpearse contra el palo. Era un balón de gol.
Finalmente, el marcador no se movió y ambos equipos se repartieron los puntos. El futuro del Valencia se decidirá en Amsterdam. El Valencia sigue vivo en la Champions, pero lo tiene difícil.