VALÈNCIA. El duelo no fue tal. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, favorito de Génova, se convirtió este viernes en nuevo líder virtual del PPCV al conseguir un aplastante triunfo sobre su oponente, José Vicente Anaya, alcalde de Ayora, quien había hecho girar su campaña sobre la fuerza del votante de base frente al aparato del partido.
Una estrategia que no fue, ni mucho menos, suficiente para plantar cara ante el empuje de Mazón, claramente respaldado por las familias políticas del PPCV, que evidenciaron el control de una formación política que, no obstante, está muy lejos del poderío de antaño cuando gobernaba en todas las instituciones de la Comunitat Valenciana.
Y este, precisamente, es el reto del nuevo presidente. La participación del 92% de los inscritos no oculta la situación famélica del partido, al solo concurrir a las primarias 6.990 votantes. Es decir, la mitad de los que habían avalado inicialmente a los candidatos (cerca de 12.000 Mazón y unos 250 a Anaya). Cifras muy lejanas, ya no solo de los 150.000 militantes que falsamente presumía el PPCV de tener hace menos de una década, sino también de los casi 20.000 que participaron en las últimas primarias del eterno rival, el PSPV-PSOE.
Con estos mimbres, el problema para Mazón, cuya victoria es indiscutible, se centra ahora en revitalizar un partido que hereda con un músculo raquítico. La sombra de la formación que coleccionaba mayorías absolutas: bien es cierto que los tiempos han cambiado, pero el nuevo líder deberá al menos ponerse a la altura de los socialistas si quiere disponer de la fuerza suficiente para luchar cara a cara con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en las próximas elecciones autonómicas.
En lo que se refiere al proceso en sí, la batalla no tuvo historia. Los datos hablan por sí solos y demuestran que Mazón estuvo acertado en no apurar las negociaciones más allá de lo necesario. El farol del alcalde de Ayora para integrarse en un puesto de relumbrón dentro de la Ejecutiva de Mazón no funcionó y el resultado final evidencia que el presidente de la Diputación no tenía demasiado que temer al animoso al alcalde. Ahora, la elección de integrar o no depende de Mazón, quien casi puede estar agradecido al trabajo de 'sparring' de Anaya, quien con su empeño ha contribuido a poner una piedra importante en la democratización del partido. Las primarias han tenido lugar y no han significado, más allá del incremento de la tensión y el esfuerzo, ningún drama.
Así, el recuento autonómico para Mazón fue de 6.679 (95,55%) votos de los 6.990 emitidos mientras que el candidato José Vicente Anaya recogió un total de 283 votos (4,05%), según fuentes populares.
En la provincia de Valencia, la candidatura de Carlos Mazón logró 2.960 votos (92%), mientras que Anaya obtuvo 245, lo que representa el 7,62%. En esta demarcación votaron 3.215 militantes (92,04%) y fue donde el alcalde de Ayora obtuvo mayor rédito.
En Alicante, Mazón consiguió 2.726 votos (98,73%), frente a Anaya que consiguió 29 votos (1,05%), con resultados tan apabullantes como en la capital, donde el favorito logró 282 sufragios por las cero papeletas de su rival. En esta provincia votaron 2.761 militantes lo que supone el 95,34%.
Finalmente, en la provincia de Castellón votaron el 88,4% de los inscritos, un territorio donde Carlos Mazón obtuvo el 97,93% de los votos mientras que José Vicente Anaya un flojísimo 0,89% (9 votos en toda la provincia). Aquí participaron 1.014 personas (88,4%).
De esta manera, Carlos Mazón concurrirá como único candidato al obtener más del 50% de los votos y una diferencia mayor de 15 puntos con respecto a José Vicente Anaya. Tras conocer los resultados, Mazón aseguró sentirse "muy contento por la fuerza del PPCV y por la unión que se refleja en unos datos irrefutables". Asimismo, envió un mensaje al otro candidato, José Vicente Anaya, y a todo su equipo para trasladarle: "Vamos a seguir trabajando todos juntos, porque esto ya no tiene marcha atrás, la llegada del PPCV para gobernar en la Comunitat Valenciana viene hoy avalada por la fuerza y por la unión". Por su parte, el alcalde de Ayora aseguró en À Punt que se habían producido "coacciones" con los avales y "se habían ocultado papeletas". "No era necesario todo esto sabiendo cómo estaban las cosas", manifestó.