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alerta de los efectos de la nueva pac y defiende los trasvases

Mollà prevé que la Ley de Cambio Climático esté lista en un año con incentivos y sanciones

28/09/2019 - 

VALENCIA (EFE). La futura ley valenciana de Cambio Climático primará a aquellas personas o empresas que se impliquen en la lucha contra la llamada "emergencia climática", aunque también contemplará sanciones para quienes no lo hagan, pues una norma que no tiene herramientas de sanción es una "ley muy coja". Así lo asegura la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, en una entrevista con la Agencia Efe, en la que advierte del "peligro de creer que la carga de mitigación de los efectos del cambio climático debe recaer en todos por igual".

"Hay quien está muy interesado en que esto fracase porque tiene que implicarse activamente y no le interesa, y trabajará en decir que si tú, como individuo, no haces ciertas acciones en tu día a día, eres igual de responsables que ellos, que dirigen empresas, industrias o 'lobbies' potentes energéticos", destaca Mollà, quien cree que caer en "esa trampa" será "desastroso". Afirma que no es lo mismo las emisiones que pueda hacer la ciudadanía a nivel particular que las que hacen industrias o empresas, y por ello la carga de mitigación será "una de las cosas que se tendrá muy en cuenta", tanto a nivel normativo como de aplicación de medidas.

La nueva ley no verá la luz antes de año y medio, pero el Consell "no estará mirando a otro lado" sino que irá poniendo en práctica la Estrategia de Cambio Climático, que incluye compromisos concretos como, por ejemplo, contar con una Administración eficiente en 2025, para poder "predicar con el ejemplo".

Según Mollà, la Generalitat no deja de ser "una gran empresa" en cuanto al número de trabajadores y su experiencia en la puesta en práctica de acciones contra el cambio climático puede servir a la hora de aplicarlas después en empresas privadas, para las que se cuenta con un horizonte hasta 2040 o 2050.

"Debemos asumir ya que les hemos recortado márgenes vitales a nuestros hijos e hijas. Lo que hemos hecho hasta ahora les va a repercutir", advierte la consellera, quien pide ver esta lucha como "una oportunidad", no solo para salvar el planeta sino también para crear nuevos modelos de economía y yacimientos de empleo. Defiende que la gestión de residuos debe poner el foco en "ser capaces de generar menos residuos", y asegura que el sistema de devolución de envases, cuyo debate cree que no se planteó bien en la pasada legislatura, tendrá que aplicarse porque así lo marca Europa.

En este sentido, apuesta por ir avanzado en su implantación "poco a poco y con margen", para no tener que acabar haciéndolo una vez agotado el margen dado por Europa y "de un día para otro".

En materia de agricultura, ve necesario dar "un salto de calidad" en la defensa de los intereses del sector, especialmente del cítrico, en Europa para no quedar "nulos en el debate", y considera que el Gobierno central está teniendo en este asunto "más errores que aciertos". Alerta de que la nueva PAC que se negocia en Europa amenaza con dejar fuera a la agricultura valenciana al primar la concentración del sector en pocas manos, y defiende la necesidad de hacer ver en la UE que el modelo agrícola valenciano es "el más democratizado de todos".

También lamenta el daño que producen a la agricultura valenciana los últimos tratados de libre comercio firmados por la UE con terceros países, y pide al Gobierno que esté "a la altura de las circunstancias" en unos momentos "críticos" para el sector.

Respecto a la disponibilidad de recursos hídricos, Mireia Mollà rechaza entrar en guerras del agua con otras autonomías, defiende que los trasvases actualmente vigentes en la Comunitat (Tajo-Segura y Júcar-Vinalopó) "son irrenunciables" y aboga por hacer pedagogía para que fuera se entienda el buen uso del agua que hacen los valencianos.

También aboga por optimizar las infraestructuras hidráulicas, haciendo más eficiente energéticamente el proceso de desalinización con el objetivo de reducir al máximo el precio de la agua resultante, para que pueda ser asumible para los agricultores. 

Por último, en clave política, Mollà ve con preocupación la nueva convocatoria electoral, pues complica la toma de decisiones y la llegada de recursos y dificulta diseñar el presupuesto autonómico de 2020.
Sin embargo, apuesta por "intentar" elaborar unas cuentas autonómicas para marcar visualmente los objetivos que se quieren cumplir y saber cuánto dinero se necesita, y porque cree que podría ser una herramienta útil para el futuro gobierno de España.

La fragmentación de la izquierda 

En este línea, a colación de las elecciones generales, cree que apelar a la fragmentación de la izquierda y abogar por la unidad para concentrar el voto es "caer en la trampa del bipartidismo" y se pregunta: "¿Cuál es el límite de ese discurso?".

La consellera defiende la alianza de Compromís con el partido de Íñigo Errejón en la plataforma Más País para las elecciones generales del 10 de noviembre, una opción por la que ella misma votó a favor en la consulta que hizo la formación, por considerarla "un acierto". "Creo que hay una situación de bloqueo que no es responsabilidad de Compromís", afirma Mollà, quien recuerda que la coalición ha trabajado "varias veces por intentar llegar a consensos" y se ha ofrecido siempre a hacerlo, pero hay dos protagonistas que no llegan a esos consensos.

No sabe si por "imposibilidad" o por "irresponsabilidad", las culpas, dice, le dan igual, "pero la situación objetiva es que no hay manera" de que se alcance un acuerdo y eso, defiende, "hay que romperlo" desde "una fuerza transversal, potente y amplia" que favorezca un gobierno progresista.

La dirigente de Compromís rechaza que la alianza con Más Madrid vaya a suponer una fragmentación de la izquierda, y ha recordado que esa supuesta fragmentación permitió romper la hegemonía de la derecha en 2011 y "dio lugar al cambio político tras 20 años de gobierno del PP" en la Comunitat Valenciana.

Además, se pregunta: "¿Dónde está el límite a ese discurso?", "¿quién decide quién es el que fragmenta?", "¿quién fragmenta antes?" y "¿quién hace de juez y parte?", para afirmar que ese discurso es "caer en la trampa del bipartidismo puro y duro que siempre ha recogido votos apelando al voto útil".

"Hay espacios políticos plurales que funcionan, transforman y gobiernan, que vuelven a presentarse en las elecciones con su identidad propia y vuelven a revalidar la confianza de la gente y, por tanto, vuelven a cambiar las cosas, a gobernar juntos y a entenderse", manifiesta.

Sobre si esta decisión puede afectar al Consell -que comparten PSPV, Compromís y Podem a través del llamado Botànic II-, cree que no y aboga por que las tres formaciones sepan que ante el nuevo escenario electoral deben "competir desde los afectos", tal y como le ha oído decir a la su compañera de gobierno y partido, Mónica Oltra.

"Si es verdad que no queremos que vuelva el bipartidismo, la pluralidad entonces existirá y si esta existe debe poder existir el diálogo después de unas elecciones, y para eso has tenido que hacer una competencia desde los afectos, no desde la destrucción", señala.

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