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entrevista al histórico dirigente del bloc

Morera: "Compromís costó mucho de construir: hay que mejorarlo, no destruirlo"

7/01/2020 - 

VALÈNCIA. Referente del valencianismo político y abogado de profesión, Enric Morera (Oliva, 1964) cuenta con una trayectoria  más que relevante. Comenzó su andadura política en Unitat del Poble Valencià (UPV) para posteriormente dar el salto al Bloc Nacionalista Valencià, partido que lideró durante trece años hasta 2016 y en el que previamente ejerció de secretario de Organización. En 1999 fue candidato a la alcaldía de València, también formó parte de la lista al Parlamento Europeo de la confluencia encabezada por Convergència i Unió, llegando a ser eurodiputado en 2004, año en que además lideró la lista del Bloc a las elecciones generales, aunque sin llegar a obtener escaño.

El partido en el que milita afrontará el próximo mes de junio el VIII Congrés, una cita en clave de refundación en el que la formación deberá decidir la profundidad de las reformas que afronta:  la reformulación del nacionalismo, la base ecologista, el aperturismo tanto orgánico como político, incluyendo el alcance a áreas y simpatizantes castellanohablantes, o el propio cambio de nombre o rediseño de marca, serán cuestiones importantes en el debate.

Sobre este proceso las distintas familias hacen lecturas diferentes. Los hay que incluso interpretan el cónclave como una maniobra que servirá de antesala para independizarse de Iniciativa, partido que lidera Mónica Oltra, o, en su defecto, repensar la convivencia entre los partidos. Un escenario con el que Morera no se identifica: "Es un error, cuesta más construir que destruir". También la coalición deberá analizar cómo mejorar sus resultados en futuras elecciones generales: la diferencia del voto dual es de casi el doble. En la última cita en las urnas autonómica recibieron 443.640 votos, mientras que en las generales se quedaron con 175.092. Castellón Plaza se reúne con él para hablar sobre estas y otras cuestiones. 

-¿Cree que en Congreso que se celebrará en junio debería incluir la cuestión identitaria?
-Hay que hacer un balance y una reflexión de cuál es el papel del valencianismo en el siglo XXI teniendo en cuenta que el mundo ha cambiado y nosotros también. Tenemos una coalición permanente y estable que se llama Compromís.  

-¿Y cuál es el papel del valencianismo?
-El papel del valencianismo de conciliación ha sido el de reforma, mejora, vanguardia e innovación con los valores que nos han caracterizado siempre: querer ser nosotros mismos, pueblo valenciano, en un mundo global. 

-Hay quien piensa que deben abordarse cuestiones más superficiales en ese Congreso como el nombre para poder atraer a los adheridos de Compromís. Sin embargo, otros consideran que si no se aborda el debate de cuestiones más profundas, como el nacionalismo del Bloc, no se va a conseguir incorporar a esa gente que no lo hizo antes. ¿Usted cree que se puede sumar gente al proyecto del Bloc simplemente hablando del nombre? 
-Eso sería un maquillaje, a mí me gusta hablar del fondo, de los valores, ideas y propuestas políticas. La apertura del Bloc es lo que hemos hecho siempre porque hasta el día que se cierre el censo todo el mundo se puede afiliar. No se pueden inscribir los que tengan militancia en otro partido porque no se acepta la doble militancia. A partir de ahí se puede hablar de todo, pero a mí me interesa debatir del instrumento, del Bloc y de Compromís; y en segundo lugar, del contenido y la propuesta. Hay que llenar la mochila de ideas porque el escenario nos ha cambiado mucho. El Bloc no es el mismo que hace diez años cuando creamos Compromís. Ahora tenemos una enorme responsabilidad de Gobierno. Se han hecho bien las cosas, pero hay otras que se tienen que mejorar. 

-El 73% del Consell Nacional del Bloc votó a favor de que los adheridos pudieran votar en ese Congreso. ¿Está a favor de esa resolución? Hay miembros de su sector que en pequeños círculos aseguran que lo secundaron de alguna manera por obligación…
-Yo voté a favor, aunque estaba mal planteada la pregunta porque hablaba de militantes y en Compromís no los hay. Hay militantes de Bloc, Iniciativa y VerdsEquo, y luego están los adheridos de Compromís. Voté a favor porque se hicieron unos cambios que eran lógicos, como que no pudieras participar en un proceso si no estabas inscrito. 

-¿Considera que la refundación del Bloc debe ir dirigida a liderar Compromís?
-No sé cómo lo están planteando otros compañeros, pero yo creo que hay que mejorar Compromís. Soy partidario de hacer una cooperativa de segundo grado. Hemos de ir hacia una nueva fórmula que nos permita ser más útiles y dar cabida y respuesta a las demandas de mayor democracia interna, efectividad, conectividad... Eso tiene una fácil solución. Y si no hemos avanzado más en estos años quizá es porque hemos estado inmersos en muchos procesos electorales, pero eso se ha de hacer en compañía de los socios. No se ha de imponer. Si se impone habrá conflicto y yo lo que quiero es mejorar. 

-¿Qué opina de un Marzà presidenciable en 2023?
-No lo sé. Creo que ahora estamos en la fase de hablar de las ideas políticas, del contenido, pero no sé si él mismo se postula... 

-Bueno, él dijo que si las bases se lo piden... 
-Sí, pero creo que ahora estamos en la fase de las ideas. 

-Existen voces en el Bloc que temen y vaticinan a medio-largo plazo que el VIII Congrés podría ser la antesala de una separación de Compromís. Bajo esa tesis, ¿considera que la reforma de la Ley Electoral Valenciana (LEV) que los partidos retomarán en Les Corts para rebajar el listón al 3% podría condicionar algún tipo de decisión en este sentido en un futuro?
-Compromís nos costó mucho construirlo, es más fácil destruir que construir. Yo estoy por avanzar en alianzas que nos permitan ser útiles. En 2011 nadie daba un duro por nosotros y conseguimos la fortaleza parlamentaria de seis diputados; en 2015 incrementamos nuestra presencia y entrar en la gobernabilidad; ahora hay que marcarse otro objetivo. 2019 ha sido un año muy intenso y ahora lo que hay que hacer es mejorar Compromís, no hacer cálculos de destrucción que me parecen un gravísimo error. Así que esos cálculos no son los míos. 

-¿Le hubiera gustado ser conseller de Economía?  
-Estoy al servicio del proyecto político, que es el más ilusionante que hemos tenido como pueblo desde que perdimos nuestros fueros en el Decreto de Nueva Planta. Yo soy un servidor de esa idea. En un momento determinado se me planteó continuar como presidente de Les Corts dado que había más fragmentación y acepté. Me interesa mucho la economía, pero creo que Rafa Climent está haciendo muy buen trabajo. 

-Ha hablado de la estrategia del valencianismo. Esa estrategia o refundación de ideas, ¿qué relación cree que debería tener o en qué debería cambiar en función de lo que está pasando con el catalanismo?
-Retomo las palabras de una persona que admiro, José Vicente González [expresidente de Cierval], que dijo que el anticatalanismo había sido un mal negocio para los valencianos. Aquí se ha sembrado mucho anticatalanismo y el resultado de eso es que no tenemos Corredor Mediterráneo, que en las inversiones públicas territorializadas tenemos una merma desde el año 2000 de unos 8.000 millones de euros y que algunos querían convertir nuestra comunidad en la playa de Madrid. Yo no soy anticatalanista y creo que ha faltado política. 

-¿Cree que esas carencias que tenemos son culpa del anticatalanismo?
-En parte, sí. Yo soy valenciano, y quiero cooperar con un vecino tan importante con el cual tenemos una relación comercial tan fuerte, además de tener lazos que nos unen como los culturales o lingüísticos. Cada uno en su casa, pero tenemos que ver la falta de política que ha habido en España en el debate territorial que no solo afecta a los catalanes, sino a nosotros también. Porque todo eso surge por el neocentralismo 'aznarista', por vulnerar la Constitución y las leyes de base que ha negado el Estado de las autonomías y nos ha llevado a la situación actual. Tanto en el plano económico, que Aznar fue un auténtico desastre, como en el plano político e institucional. 

-Pero desde Cataluña, donde han tenido mucha influencia en el Gobierno de España con Felipe González, Aznar y Zapatero, tampoco se han preocupado de esos lazos del Mediterráneo, sino de sus conexiones con Madrid y hacer política a favor de Cataluña, y no será por antivalencianismo.
-No no, claro. Ellos se han preocupado de lo suyo, el problema es que nosotros no nos hemos preocupado de lo nuestro. Nos han metido en debates estériles cuando nosotros debíamos habernos preocupado de lo nuestro. La conclusión de eso es que si teníamos una media de renta equiparable a la media española, ahora estamos diez puntos por debajo. Eso ha sido no preocuparnos de lo nuestro: de nuestros sectores productivos, infraestructuras, financiación, etc. Quienes gobernaban esta Comunitat hace años nos llevaron a debates perdedores.  

-¿Compromís ha tocado techo en el plano estatal? Hay una diferencia muy grande en número de votos en el Congreso y en Les Corts.  
-No, pero es cierto que la diferencia de votos de las elecciones generales a las autonómicas es muy notable. También es cierto que en una campaña autonómica o local nuestras bases se implican más. Tenemos los datos encima de la mesa y es motivo de reflexión en el Congreso del Bloc. ¿Eso cómo se revierte? Yo creo que necesitamos tener aliados, montar una cooperativa a nivel estatal. Como por ejemplo con Equo, con Íñigo Errejón, que cada uno sea amo en su casa, pero necesitamos tener un edificio más potente. Y necesitamos tener política de Estado, que nos ha fallado en Compomís, más allá de las posiciones de nuestros diputados en el Congreso.

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