análisis

No hay que temer (de momento) por la ralentización de la economía china

La cobertura mediática sobre las cifras de crecimiento de la economía china es demasiado pesimista, a juicio del economista jefe en China de DWS

28/01/2019 - 

MADRID. Justo después de que China hiciera públicas sus cifras de crecimiento de 2018, comenzaron a aparecer titulares negativos, algunos calificando como "impactantes" las cifras y otros hablando de una "caída dramática en el crecimiento". Desde nuestro punto de vista, esos titulares son un poco exagerados, especialmente porque las cifras que ha presentado el Gobierno chino coincidieron con las estimaciones de los analistas. 

Al mismo tiempo, los analistas de mercado parece que han seguido sabiamente los pronósticos oficiales de Pekín, ya que a principios de 2018 el Consejo de Estado chino predijo una cifra de crecimiento objetivo del 6,5%. Así, ya se hablaba en China de la "tasa de crecimiento más baja desde 1990", un titular que ahora vuelve a repetirse con la misma sorpresa. De este modo, si al final hubo un crecimiento del 6,4% en el último cuarto trimestre y del 6,6% durante todo el año, podemos decir que las previsiones del Gobierno chino han demostrado, una vez más, ser altamente precisas.

Por otra parte, también creemos que el dramatismo que leemos en las noticias sobre la economía china nos parece un poco exagerado. Nuestro gráfico de la semana de hoy analiza la contribución de China al crecimiento económico mundial. En las últimas décadas, la participación de China en el crecimiento de la economía mundial ha pasado del 3% en los años 80 a más del 25%. Esto es, más de un cuarto de cada dólar del PIB global se origina en China. 


En los últimos diez años, la participación de China en el crecimiento económico global se ha mantenido más o menos constante, aunque la tasa anual de crecimiento del gigante asiático ha caído desde algo más del 10% al 6,6% durante esta década. La razón es sencilla: su economía es mucho más grande ahora de lo que solía ser en el pasado.

En la actualidad, existe un debate sobre si Pekín puede aspirar a tener una tasa de crecimiento objetivo del 6% al 6,5% para este año. Así, podría convertirse de nuevo en un remanso de estabilidad económica, dentro de un mundo con perspectivas económicas debilitadas.

Ser escépticos

Sin embargo, si dentro de un año se produce un nuevo debilitamiento de las tasas de crecimiento en China, esto sí que sería un gran titular. Los escépticos - nuestro consejo es ser escépticos, teniendo en cuenta la increíble precisión con la que los objetivos económicos planteados por el Gobierno de Pekín coinciden finalmente con las cifras logradas- podrían preguntarse por qué tantas compañías occidentales, amparándose en una demanda china más debilitada, están justificando unas cifras trimestrales de negocio menos fuertes y conservadoras.

La economía china se centra en el consumo y los servicios -economía doméstica- con su estímulo económico actual; mientras que, en el pasado, las compañías extranjeras solían nutrirse principalmente de las inversiones en infraestructura y maquinaria. El alcance de los clásicos programas de inversión de capital está disminuyendo ante el exceso de capacidad y el rápido aumento de la deuda, como en los últimos años ha reconocido, incluso, el gobierno de Pekín.

Xueming Song economista jefe de DWS en China  

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