El arte de la columna es curioso, todos ansiamos con tener voz y opinar cuando se nos pregunta por temas de actualidad y nada más castizo que los debates y tertulias en los bares, pero si a muchos les dijeran: “ahora ponme por escrito tu opinión y mañana te la publicamos”, la inmensa mayoría se negaría, le parecería una temeridad, incluso agacharían la cabeza para decir que su opinión no tiene ningún valor como para ser publicada, lo cual podríamos debatirlo. Hay cientos de columnas cada día y hay cientos de ciudadanos que jamás publicarán y pese a ello tienen opiniones de gran valor.
La cuestión es que hay días con multitud de temas donde uno no sabe en cuál centrarse, sobre cuál emitir su opinión o razonamiento, si guiarse por el criterio de la actualidad, la repercusión mediática o las noticias que a cada uno le impactan o interesan más, y por el contrario hay días en que una noticia copa todo y es casi imposible resistirse y no abordar su análisis. Hoy miércoles 5 de mayo toda España habla de los resultados de las elecciones en la Comunidad Autónoma de Madrid, y es lógico. Y sí, este Tintero también habla de esos comicios, pero lo hace desde la intuición.
La tecnología avanza, y permite que en tiempo real podamos acceder a mucha información, pero gracias a Dios el factor humano sigue marcando nuestras vidas y ello nos demuestra los límites razonables a los que nos enfrentamos. En este caso, cuando esta columna se envía al diario aún no están escrutados los resultados de las dichosas elecciones madrileñas y no puedo valorar cómo ha concluido ni quien ha ganado ni cuál será el posible nuevo gobierno madrileño. Pero sí que podemos afirmar que estas elecciones son un punto de inflexión en la política española de la última década por varios motivos.
Desde el 15 M, la abdicación de Juan Carlos I, la moción de censura a Rajoy, el intento de golpe de Estado en Cataluña y la declaración de un estado de alarma casi anual con motivo del virus Covid19 España no deja de vivir situaciones excepcionales que han convulsionado la vida política, social, económica y sanitaria del país. Y todo ello en un período donde la política ha sufrido una transformación debido a la entrada de nuevas formaciones que rompían el tradicional bipartidisimo y también nuevos y jóvenes políticos que en pocos años y gracias a su oratoria y el marketing político han sustituido a los veteranos de los partidos y han trasladado el debate a los medios y las redes sociales.
Todo ello nos obliga a reconocer que estas elecciones donde los líderes nacionales de los partidos se han involucrado de pleno, nos dejan sin duda un nuevo panorama. Desde el posible (repito que no tengo datos de resultados mientras tecleo) inicio de la desaparición de la formación de Ciudadanos que hace unos años parecía llamada a liderar un teórico centro reformista de españoles cansados de PP y PSOE, a la también probable crisis de Podemos, ya que su fundador y líder supremo decidió abandonar el gobierno de España para jugarse todas sus cartas en estas elecciones y que en el mejor de los escenarios para sus intereses le dejarían de nuevo como vicepresidente o consejero. Los partidos tradicionales juegan papeles muy distintos, ya que el PSOE puede salir más perjudicado de lo esperado, si Más Madrid le superara en escaños y el PP puede haber obtenido una victoria que no es tanto por la marca del partido como por el carisma y la imagen de su líder en Madrid.
Y si volvemos a nuestra Comunidad y pensamos en cómo las elecciones de Madrid influyen en nuestra tierra, sin duda los movimientos de los partidos desde sus sedes centrales como ya vemos en el PPCV, el impulso que el nuevo gobierno madrileño puede dar a sus correligionarios en Valencia y también la posibilidad de que Vox entrara o no en un gobierno, y por lo tanto se viera en disposición de tomar decisiones y gobernar junto al PP en medios de una escalada de críticas por parte de las formaciones de izquierda. Muchas incógnitas y un tiempo nuevo se abre tras las elecciones de Madrid y los españoles asistimos a una crisis sin precedentes, con un paro que no deja de aumentar y una pandemia que parece que nos acompañará durante un tiempo con sus duras restricciones que nos prohíben tantas cosas excepto votar.