VALÈNCIA. El Gobierno valenciano no adoptará nuevas restricciones para frenar el coronavirus en los próximos días según manifestó públicamente este lunes la consellera de Sanidad, Ana Barceló, y según se había transmitido desde distintas fuentes de Presidencia de la Generalitat horas antes a este diario. La propia responsable autonómica expuso en rueda de prensa la necesidad de, antes de dar algún paso más, conocer los efectos de las restricciones puestas en marcha el 7 de enero. "Hay que esperar al menos entre siete y diez días para ver el impacto de estas medidas", resaltó la consellera.
Así, pese a los datos ofrecidos este lunes, que ahondan en una creciente presión hospitalaria que supera la crisis de la primera ola de marzo, el Gobierno valenciano que lidera el socialista Ximo Puig ha decidido optar por aguantar la posición unos días más a la espera de que remita esta andanada del virus, que continúa en expansión desde el inicio de las fiestas navideñas.
Sobre esto, las discrepancias también se han hecho visibles entre los socios del Botànic. Compromís ya apuntó días atrás a la posibilidad de solicitar al Gobierno de España un confinamiento -en mayor o menor medida- en la Comunitat o, en su defecto, por restricciones más severas. Un paso más allá fue Podem, que ha llegado a plantear el cierre de los colegios. Unas propuestas que, por momentos, han causado malestar en el Palau de la Generalitat al considerar que se producen en clave de oportunismo político cuando el nivel de contagios ha ascendido de forma meteórica.
En esta línea, Barceló atajó en su comparecencia la posibilidad de recurrir a medidas más drásticas y defendió que la Comunitat Valenciana ya se encuentra en una situación de "semiconfinamiento" con las últimas restricciones adoptadas como el cierre de la hostelería a las 17 horas y el adelanto del toque de queda a las diez de la noche.
No obstante, el Gobierno valenciano aún tendría margen de maniobra para endurecer las medidas sin tener que solicitar al Ejecutivo central -es su competencia- el confinamiento. Prueba de ello son las decisiones adoptadas por el Govern balear este lunes el cierre de la hostelería, los gimnasios o la prohibición de las reuniones familiares y sociales de no convivientes. Unas restricciones que llegan con una incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes de 598; cuando la Comunitat Valenciana se situaba este lunes en 516, su nuevo récord desde el inicio de la pandemia.
Como la propia consellera reconocía este lunes, la presión hospitalaria y la ocupación de las UCI son lo que más preocupa al gobierno valenciano, aunque insistía en que "hay margen para aumentar la capacidad. "Estamos en un nivel muy alto y también preocupante, estamos viviendo tensiones en nuestro sistema sanitario", advertía. Y es que, del 23 de diciembre al 11 de enero, el incremento de hospitalizados ha sido de un 94,6% al pasar de 1.414 a 2.752. También ha aumentado la ocupación de las UCI, que se elevaba en ese mismo intervalo, el de las fiestas navideñas, un 57,8% al pasar de 242 a 382.
Unos datos que, ahora, también tendrán que recoger los efectos de la jornada de Reyes. Y es que la Comunitat Valenciana también sigue liderando en España la tasa de positividad, que ha subido hasta el 28,54%, frente a la media de España que se sitúa en el 16,03%. El año 2020 se cerró con un porcentaje del 18,55%.
El pasado viernes, la Conselleria de Sanidad daba instrucciones a los departamentos de salud para poder capear esta tercera ola de covid que, en cuestiones como los ingresos, sobrepasan picos de marzo y abril. Entre las posibles decisiones se encontraba la de derivar pacientes no covid a los hospitales privados con la intención de liberar camas que dejaran margen a los profesionales de la pública para dar cobertura a los positivos de coronavirus que requieran ingreso.
Este sábado ya se conocía que áreas de salud como La Fe y el Clínico empezaban a utilizar esta posibilidad. En este sentido, Barceló explicaba este lunes que se han derivado 34 pacientes no Covid por motivo de urgencias o cualquier otra cuestión no demorable. Los departamentos que más han derivado son La Fe, con 12 derivaciones y La Ribera, con 11. También desviado un paciente el Hospital de Sagunto; dos el Clínico de València; dos desde Requena; uno del General de València; otro de Elda y cuatro del Hospital de la Vega Baja.
Al margen de posibles derivaciones a la privada, desde los departamentos siguen tomando medidas para tener más capacidad, tanto de camas como de personal. Desde Sanidad ya marcaron la pauta el pasado viernes de desprogramar la actividad quirúrgica no urgente para tener libres las UCI, que siguen aumentando su ocupación. Un personal que será reubicado en servicios afines a su especialidad. Y es que, tal y como apuntaba Barceló, a pesar de que están en continua contratación las bolsas están agotadas.
En el caso del hospital de referencia, se va a dedicar una planta de pediatría a covid donde ubicarán a los pacientes más jóvenes. Y es que, en el hospital está recibiendo unos 30 ingresos diarios por covid. Mientras, antes de empezar a derivar pacientes covid leves al hospital de campaña, primer utilizarán todo el espacio disponible en la antigua Fe.
En otros centros como el de Elda, se ha comenzado a usar el área de Rehabilitación como espacio de ingresos, a pesar de que muchas camas ya tienen habitaciones desdobladas. Un hospital en el que, de las 10 camas de UCI, 9 están ocupadas por positivos, según informan fuentes sindicales. Otros departamentos como el Clínico siguen buscando fórmulas para ampliar camas con 198 pacientes covid ingresados y 31 críticos, mientras que en el General de Valencia, con 158 pacientes covid ingresados y 34 en UCI, han tenido que extender la zona de críticos covid y no covid a otros espacios.