MADRID. Pasado ya un mes de enero de récord entramos en febrero, que históricamente suele ser de recogida de beneficios y nos encontramos con un escenario inédito anteriormente. El coronavirus, una pandemia infecciosa que ha afectado al proveedor mundial, China, y su contagio económico como físico, se puede extender a nivel global.
Y decimos inédito, ya que, en una situación normal, los índices globales habrían replegado alas y huir a los activos libres de riesgo, pero no. Sólo ha sido un movimiento escueto del mercado corrigiendo levemente para coger aun mas fuerzas y volver a marcar máximos. Como si aquí no pasara nada.
Cabe destacar que esa huida a bonos gubernamentales, sobre todo en Europa, si se ha hecho efectiva y parece que por el momento ahí se queda, en otra franja lateral de cotización. Pero en cambio los índices siguen volando. Y esto se debe exclusivamente a las inyecciones de los bancos centrales globales a la economía para paliar este posible 'contagio'.
Así es, la japonización de los sistemas monetarios han llegado para quedarse, a base de hacer la crecer la deuda gubernamental de los países y de los balances de los bancos centrales. Pero esto no puede seguir así por mucho tiempo, ya que la pelota no deja de hacerse mas grande y cada país o gobernadores de bancos centrales sólo se centran en su mandato, patada hacia delante, y no en el porvenir de lo que será sin duda un problema que dejemos para el futuro.
Cada vez son mas las voces advirtiendo que la solución a este problema pasa por la digitalización del sistema donde haya una separación del dinero real o comercial y los denominados assets. Y así también reconvertir el modelo tradicional de banca comercial, ahogado en los tipos negativos, para dar paso a una nueva era mas rentable, transparente y segura, donde los bancos centrales y los gobiernos no puedan dominar o controlar tanto la economía real. Lo que queda demostrado es que el sector privado empresarial ha sabido aprovechar esta situación. Los resultados de un lado y otro del atlántico han sido espectaculares, demostrando que la gestión privada y la competencia es sana para la economía y que refuerza el tejido laboral mundial.
Desde A Global Flexible seguimos nuestro mandato y creencia en unas posiciones que nos aseguran un retorno global respetando el riesgo. Estamos invertido en renta fija en valores que aun quedan con rentabilidad y siguen sumando recorrido, como son los 'bonos cocos' (Caixa, Santander, BBVA, Lbbw o Danske), híbridos, algún high yield corporativo con gran compañía detrás. Como medida proteccionista, estamos cortos de soberano a 10 años, ya que nuestra apuesta de mercado es que los tipos de interés europeos vuelvan a niveles anteriores a estos dos últimos años (1.50%), y dejen estar controlados y soportados por los bancos centrales.
En cuanto a la renta variable, estos ajustes de volatilidad que ha tenido el mercado nos sirven para poder aprovechar ciertas circunstancias o castigos que se han dado. Buscamos valores que puedan repuntar a corto plazo ya que puedan estar en soportes, o incluso acciones que denominamos 'bonos' por su atractivo y constante dividendo para ir construyendo una cartera mas a medio plazo, donde las oscilaciones solo nos interesen para hacer mejor media de precio futuro. Así hemos tomado posiciones en MásMóvil, Lar España, Técnicas Reunidas, Banco Santander, Telefónica y Renault.
Este año puede ser un año bastante lateral, de recogida de beneficios de grandes inversores, pero por otro lado con mucha liquidez en el sistema, lo que hará que mas bien sea un reajuste de la balanza de productos. Es imposible que la orquesta deje de tocar mientras no dejan de llegar miembros nuevos.
Incertidumbre en España
En el aspecto geopolítico, ha llegado una estabilidad, un silencio provocado por la 'guerra comercial', el coronavirus y las elecciones americanas, y en cuanto al Brexit, ya realizado, comienzan 11 meses (siempre prorrogables por los británicos) donde se sentarán las bases de nuestro antiguo aliado económico.
En España lo podríamos describir simple y llanamente como incertidumbre. Muchas dudas de lo que pueda venir para el tejido empresarial español del nuevo gobierno, mientras los datos macro y de empleo no son nada alentadores. Mucha prudencia que se hace notar en el mercado como un 'stand by' en inversiones sobre la economía real.
Marcos Harguindey es Investor Relations de A Global Flexible Sicav