VALÈNCIA. El confinamiento le provocó no poca desazón a Roberto Hoyo. El intérprete y rapero se había alzado con el Premio SGAE en la IX edición del Festival Russafa Escènica por su adaptación en clave de hip hop de El Lazarillo de Tormes y en abril se disponía a estrenar su versión en formato largo en La Mutant. Este fin de semana, del 4 al 6 de septiembre, retoma su propuesta inspirada en el clásico del Siglo de Oro. El joven de 24 años, formado en la Escuela Superior de Arte Dramático de València y en el Conservatorio Nacional Superior de París, abraza el dicho bíblico ligado a su personaje, Lázaro, que bien podría ser un apremio a la maltrecha escena: Levántante y anda. O en su caso, rima.
- ¿Qué emoticonos te representan estos días y por qué?
- El corazón blanco. Es el que más uso y me sirve para animarme, aunque no lo esté estos últimos días. Es una decisión impulsiva, no lo racionalizo demasiado, pero me gusta mucho estéticamente y me he cansado del resto de colores.
- ¿Con qué riman coronavirus, okupación y vacuna?
- Coronavirus, con la situación es aún más difícil; okupación, con cuidadín; y vacuna, con ¡ya!
- ¿Qué obras de teatro grabadas has visto durante el confinamiento?
- Vi Com a pedres, de El Pont Flotant, pero con bastante desgana, no por la pieza, sino porque no me apetecía ver teatro. Sentía un poco de rechazo. He visto mucho anime y he leído novela negra norteamericana. Pero, en general, me he odiado bastante.
- ¿Has sido más de Zoom o de TikTok?
- De Zoom. No tengo edad para TikTok.
- ¿Y de hilos de Twitter o de memes?
- No tengo Twitter. Y tampoco dedico gran parte de mi vida a los memes, sin embargo, creo que tienen un impacto mayor en la cultura y la población que artes como el teatro, que están más de capa caída. Algunos me hacen mucha gracia, pero no reenvío demasiados.
- ¿Qué cuentas pendientes has saldado durante el estado de alarma?
- Por fin acabé la cerveza que había en mi nevera. Tenía latas acumuladas. Mi cuarentena no ha sido muy espectacular. Con no matarme ya ha resultado bastante productiva. La luz ha venido después, con los bolos, porque he recobrado el ánimo y la fe en la vida.
- ¿Qué proyectos profesionales ha dejado en suspenso la pandemia?
- El estreno en La Mutant se pospuso, y se nos han caído bastantes cosas: la feria de teatro infantil y juvenil de las Islas Baleares (FIET), Matarranya Íntim, un bolo en Sevilla... Ha habido más cancelaciones, pero por supervivencia se me han olvidado.
- ¿En cuántos botellones te han involucrado?
- En ninguno, porque soy un joven bastante modélico y decimonónico. Doy muy buena imagen.
- ¿Qué deberían aprender nuestros políticos de las batallas de gallos?
- No me gustan. Pero pienso que deberían aprender adialogar en corro, en las plazas y con gente alrededor gritando. Molaría.
- ¿Qué personaje público está siendo el puto amo durante esta crisis sanitaria?
- Ni lo pienso. Me considero un poco idiota, en el sentido griego de ermitaño, así que me gustaría dejar patente que me da igual. No quiero poner a nadie en ningún pedestal.
- ¿Cuánta picaresca le sobra a la historia reciente de España?
- A la gente de arriba, toda, a la de abajo, le falta.
- ¿Cuáles son los males de tu generación?
- El mayor mal es la confusión. Cada uno tiene la suya. No tenemos nada claro. No me puedo concentrar en nada concreto.
- ¿De qué inmuniza la juventud?
- Del polvo.
- ¿Piensas a corto, medio o largo plazo?
- A todos. Pero lo que más, a largo. Tengo presente el corto y el medio plazo, pero como me considero ambicioso, quiero pensar en el futuro, que para nuestra generación lo veo raro, muy mal, pero para mí, lo veo bien, porque soy muy trabajador y me enfoco en mi trabajo.
- ¿Qué es lo que más te ha ilusionado hacer ahora que la actividad escénica se ha reactivado?
- Hacer bolos. Trabajar y ver a los compañeros ensayar y trabajar.
- ¿Cómo resumirías esta pandemia en una estrofa?
- Me gusta parafrasear a raperos. Esta estrofa es de Piezas, en Un día en la vida de un tonto: "He vuelto a hacerle cosquillas a la tristeza/A convertir el whisky en dolor de cabeza/He vuelto a dirigir esa triste secuencia/Donde la muerte sirve mi cuerpo a la tierra".