VALÈNCIA. Inauguraciones también en tiempos de pandemia. Los datos de contagios en la Comunitat Valenciana se cuentan por millares, los hospitales están al borde del colapso y el número de fallecidos rozan el centenar cada día desde hace más de una semana, lo que ha motivado un semiconfinamiento paulatino que este viernes volvía a endurecerse con nuevas medidas que entrarán en vigor el lunes.
En este escenario, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, acudirán el próximo lunes a Elche para inaugurar junto al president de la Generalitat, Ximo Puig, la nueva línea de AVE Madrid-Elx-Orihuela.
El acto tendrá lugar cuando en la Comunitat Valenciana están prohibidas las reuniones de más de dos convivientes en espacios públicos y al día siguiente de que los habitantes de Elche y de otras quince ciudades valencianas hayan pasado su primer fin de semana sin poder salir del municipios ni recibir a nadie de fuera. Unas restricciones que, sin embargo, no impedirán que se puedan congregar varios altos cargos e invitados para inaugurar esta nueva línea de alta velocidad, dado que el decreto del Consell deja fuera de su ámbito de aplicación los actos institucionales: "No están incluidas en las limitaciones previstas las actividades laborales, las institucionales, las de transporte y las de los centros docentes que imparten las enseñanzas, incluida la enseñanza universitaria".
El decreto de la Generalitat que cierra perimetralmente las ciudades de más de 50.000 habitantes durante los fines e impide las reuniones con más de una unidad de convivientes en domicilios, además de otras medidas como cerrar toda la hostelería, recortar el horario del comercio y limitar a solo dos personas no convivientes las reuniones en espacios públicos, fue aprobado por el Consell el pasado domingo y añadía restricciones a otras anteriores como el toque de queda de 22.00 a 6.00 horas. Todo ello con la intención de poner freno a la expansión de la pandemia que, como admitió la consellera de Sanidad, Ana Barceló en la Diputación Permanente de Les Corts el pasado lunes, en estos momentos se encuentra fuera de control.
Durante días, la Comunitat ha estado registrando datos negativos en numerosos indicadores: contagios, fallecidos, positivos en residencias, UCIs al límite y una incidencia acumulada situada entre las primeras de España. De hecho, el pasado jueves encabezó la lista. "Todas estas limitaciones se justifican por existir en la Comunitat Valenciana una transmisión comunitaria, no controlada, sostenida y con presión hospitalaria creciente con una ocupación, a 27 de enero, del 42,16% de las camas de agudos y del 62,97% de camas UCI", explicaba este viernes Sanidad en un comunicado.
Ahora bien, Sánchez y Ábalos no solo sortearán la normativa actual por tratarse de un acto institucional, también viajarán con sus respectivos séquitos a la Comunitat Valenciana a pesar de que la autonomía se encuentra cerrada perimetralmente hasta el próximo 15 de febrero.
Su periplo, además, les llevará por tres ciudades que el fin de semana habrán estado confinadas y una salida a la Región de Murcia. El presidente del Gobierno y el ministro de Transportes acudirán a Alicante, desde donde saldrá el tren dirección Beniel (Murcia). En esta estación, Sánchez, Ábalos y Puig harán una parada y volverán a subir al convoy, que hará un alto en Orihuela en la que tan solo bajarán el jefe del Consell, el ministro y el presidente del Ejecutivo central para descubrir la placa de inauguración del AVE.
Tras esta parada, está previsto que continúen la marcha dirección Elche donde junto al alcalde de la localidad realizarán el acto principal de la inauguración. La asistencia a medios no estará permitida y como máximo asistirán un total de 45 personas, aseguran fuentes consultadas por este diario.
Más allá de la cuestionable oportunidad de celebrar una inauguración en el contexto actual, conviene apuntar además que el Código de Buen Gobierno aplicable a los altos cargos de la Generalitat impide a Puig acudir a una inauguración de servicios que no estén en funcionamiento.
El artículo 21.4 de estas normas de conducta que todos los miembros del Consell firman cuando acceden al cargo establece que las personas "sujetas al Código se abstendrán de participar en actos de inauguración de obras no finalizadas, de inauguración de servicios que no estén en funcionamiento o de colocación de primeras piedras o similares".
"Solamente podrán estar presentes en la puesta en funcionamiento de servicios financiados con fondos públicos ya activos con la única finalidad de comprobar el funcionamiento del servicio y de informar en mejores condiciones a los ciudadanos sobre el servicio correspondiente", continúa el apartado. Sin embargo, no será este el caso, puesto que la línea de alta velocidad en estas estaciones no está en funcionamiento, sino que se activará por primera vez el lunes y el acto será una "inauguración" según informó este viernes Efe de fuentes del Gobierno.