Podríamos hacer muchos balances este año que acaba. Un año inesperado que nos ha descolocado y recolocado a muchas personas en este mundo de una manera diferente. Este año difícil y duro para muchas personas, también puede tener una lectura con ingredientes positivos. Mucho depende de la mirada que tengamos ante este 2020 que acaba.
VALÈNCIA. A veces pienso que hacía falta una crisis así para analizarnos, analizar este sistema y la dirección hacia donde íbamos. A veces pienso que sólo un drama de esta magnitud a escala mundial es capaz de pararnos y de detenernos para darnos la oportunidad de analizar y cuestionar muchas partes de nuestras vidas. Este año que termina con un recuerdo y pensamiento hacias las personas que no están y sus familiares que no pudieron despedirse, nos puede servir también para hacer un balance diferente.
Podriamos hacer balances desde enfoques muy diferentes y con miradas muy distintas de este 2020 que ahora acaba. Si bien es cierto que la catástrofe y drama sanitario que estamos viviendo es muy complicado verlo con otros ojos, voy a intentar lanzar un mensaje para que nos quedemos con un balance menos negativo y descubramos las cosas positivas que este año nos ha podido dejar y enseñar.
Un año que puede transformarse también en un año de aprendizaje total y de superación. Un año que nos ha dado la vuelta a todas las personas de alguna manera independientemente de cómo haya sido esta voltereta. Un año extremadamente complicado porque, sobre todo, ha sido un año que nos ha roto esquemas, que no esperábamos y que ha venido sin avisar, o quizá no quisimos ver loas avisos que nos llegaban en estas mismas fechas pero un año antes desde el otro lado del planeta.
Con total respeto a las personas que no puedan verlo con otras gafas , les invito a que hagamos un esfuerzo y analicemos qué cosas positivas nos ha dejado y nos ha traido este año.
El balance de 2020 en general ha sido difícil para todos los sectores. Tanto por el ajuste económico inevitable que ha venido de la mano de la crisis sanitaria, como por la adaptación que han tenido que sufrir la gran mayoría de sectores y reinventarse. Y es que margen del drama sanitario que tanto nos afecta y nos preocupa, existe el drama económico que ha azotato sin piedad a muchos sectores y países.
La covid-19 infecta por igual a todas las personas pero no afecta por igual. Aquí entran variables como los índices de pobreza.
Por ello en mi cierre y balance de año , me gustaría destacar la labor de las organizaciones que han estado trabajando desde el inicio de la pandemía “por los otros y las otras” tanto aquí como allí. Y es que, entre otras cosas positivas, este año 2020 ha sacado la solidaridad que todas las personas llevamos dentro y que quizá el propio sistema en que vivimos no dejaba sacarla, o no nos dejaba verla.
Desde los sanitarios hasta las organizaciones no gubernamentales, empresas o particulares tengo la sensación y la certeza que, en general, todas las personas hemos intentado sacar lo mejor que llevamos dentro y apoyarnos y ayudarnos. La empatía y la solidaridad han sido unos valores que han aflorado entre la sociedad a escala mundial. La covid-19 ha conseguido que muchas personas hemos podido mirar más allá de nuestro ombligo.
Además muchas ONGD han reforzado sus programas de atención a personas que ya formaban parte de colectivos empobrecidos como, por ejemplo, trabajadoras el hogar, trabajadores migrantes en la economía informal o personas sin techo que han sido muy golpeados por la crisis y a los que no han llegado en muchos casos las ayudas oficiales. Otras entidades, por ejemplo, se han reinventado para apoyar los centros escolares y han facilitando materiales didácticos a las familias para continuar con la formación durante el confinamiento. En definitiva se han reorientando los proyectos de cooperación para dar respuesta urgente al impacto brutal que está teniendo esta pandemia en las personas más excluidas, marginadas y empobrecidas.
Desde la Coordiandora Valenciana de ONGD , en su balance hablan que la covid-19 tiene una relación directa con el incremento de la pobreza. Y es que según la ONU, la covid provocará “efectos devastadores de hambre” en más de 25 países. Así lo ha dicho, con esas palabras.
Sin olvidar esta realidad tan preocupante sobre el incremento de la pobreza aquí y allí, y sin olvidar a las personas que ya no están y a sus familiares; les invito a que cerremos este año con el recuerdo de la gran labor que se ha hecho ante esta pandemia desde muchos sectores diferentes; con el recuerdo de esa solidaridad que se ha despertado en nuestra sociedad y que tan olvidada y abandonada estaba; con una lectura positiva de este drama dentro de lo que cabe; con una mirada diferente y con un aprendizaje conseguido; y que cerremos este año sin perder la ilusión por el año que comienza al que le pido por encima de todas las cosas, mucha salud, mucho amor y mucha solidaridad. La vida es más bella si somos personas más solidarios, si somos personas más humanas.
Feliz entrada de año 2021. La semana que viene… más!