VALÈNCIA. A José Bordalás ya se le ha hecho callo de entrenar en la Ciudad deportiva de Paterna. El roce diario con los futbolistas, la demanda de refuerzos al presidente/director deportivo, Anil Murthy, o al director de fútbol, Miguel Ángel Corona, ha endurecido su piel. Lidiar en cada conferencia de prensa con preguntas a las que debería dar respuesta un club que sigue tan mudo como silenciadas están sus redes sociales, también lo ha desgastado.
El discurso entusiasta de su llegada, pletórico de confianza porque llegaba al club que deseaba entrenar y colmaba sus aspiraciones de crecer como entrenador, se ha ido endureciendo tanto como su piel.
Al entrenador le escuecen los 20 goles en contra, que convierten el once del murciélago en el equipo más goleado de la competición tras el Levante, con 25 encajados. Y apenas se refiere a los 21 tantos que ha embocado su plantilla, la segunda más goleadora, empatada con Sevilla CF y Atlético, tras el Real Madrid, que ha hecho 28 dianas. "No podemos encajar 20 goles, es una barbaridad. Si no cerramos la hemorragia, lo pasaremos mal", se lamentó el domingo.
Del "somos el Valencia, tenemos que tener mentalidad de equipo grande" del arranque de curso, Bordalás ha pasado al "nos falta oficio para no conceder los goles que encajamos. Tiene mucho mérito empatar contra el Atlético, pero me hubiera gustado otro guion, porque el primer y el segundo gol son evitables". El domingo, pese al empate, el entrenador rechinaba los dientes en sala de prensa: "Empatar al final del partido ha sido un subidón, sí. El equipo no ha bajado los brazos y ha ido a por el partido. Pero ese guion hay que hacerlo desde el pitido inicial, porque no podemos reaccionar cuando nos vemos con la soga al cuello. Ya nos pasó contra el Mallorca".
Por encima de las explicaciones críticas post partido tras los dolorosos partidos ante Sevilla y Real Betis, que ya incidieron en los errores defensivos definiendo al equipo "como fragil" y "vulnerable", Bordalás mostró su genio en la rueda de prensa previa al choque de hace dos semanas ante el Villarreal en Mestalla.
Inmerso de lleno en un agujero de resultados de siete jornadas sin ganar y en puertas de entrar en una crisis de identidad, Bordalás envío su mensaje más duro y de mayor calado. Un torpedo directo al vestuario y otro a la línea de flotación de la planificación deportiva.
Por primera vez desde que llegó, el técnico cuestionó el perfil mayoritario de futbolistas con los que entrena en Paterna. Acostumbrado a futbolistas con un trazo más agresivo, Bordalás explicó que sus jugadores "deben adaptarse al fútbol moderno, si no estamos perdidos". "Se habla mucho del estilo. El estilo Bordalás es el estilo del fútbol moderno. Al que nos tenemos que adaptar si no estamos perdidos. Es un fútbol más físico, más táctico. Exijo que estemos al nivel. Tenemos un perfil de jugador con unos hábitos adquiridos y trabajamos por cambiarlos para adaptarnos al estilo moderno, no al estilo Bordalás", recalcó.
¿A qué hábitos se refiere?, le preguntaron. "Que se adapten a las exigencia del fútbol actual: correr a los espacios, los duelos, las segundas jugadas, tener más movilidad, ser más fuertes y más contundentes... ", contestó el entrenador, que añadió que "a veces el jugador quiere todo al pie. En el anterior partido, había jugadas en las que dábamos 20 pases y nos pasábamos del medio campo. Eso facilita la presión al rival".
En su rueda de prensa más crítica, el técnico admitió que el equipo que tenía en sus manos "no es el Valencia que queremos ver. Yo el primero, como técnico. Este equipo tiene que ser mucho más fiable. Somos vulnerables, frágiles y hemos encajado muchos goles con suma facilidad. Esto es algo que queremos corregir y recuperar la imagen de equipo fiable, fuerte y competitivo".
Su mensaje caló en el vestuario y cerró una brecha de siete jornadas sin ganar. La plantilla se aplicó ante el Villarreal y sumó los tres puntos ante un proyecto superior. Luego, frente al Atlético, otra estructura de mayor entidad, hubo de todo. El bloque compitió durante diferentes fases del partido, se despistó en otros y los colchoneros penalizaron errores individuales, y arrolló a su rival en el descuento hasta llegar al empate.
"Debemos reaccionar. He felicitado a los chicos por el esfuerzo y el empate, pero no podemos adquirir experiencia con el paso de los años. Lo necesitamos ya, porque esto es Primera División", recordó Bordalás tras el partido.