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CONVERSACIÓN EN TORNO A 'DE NEURONAS A GALAXIAS'

Adolfo Plasencia: "El ignorante más peligroso es el que ignora que no sabe"

El escritor, profesor y periodista, que ha reunido en 'De neuronas a galaxias', sus conversaciones con decenas de científicos y humanistas de primera talla mundial, asegura que el uso actual de la tecnología nos lleva a confundir lo esencial y lo trivial. El martes 19, en un ciclo de la Cámara de Comercio de Castellón, hablará sobre el último tramo de la Inteligencia Artificial.

12/10/2021 - 

CASTELLÓ. A hombros de gigantes, Adolfo Plasencia Diago (Bugarra, València, 1960) ha lanzado un libro que habla “de todo”. De neuronas a galaxias. ¿Es el universo un holograma? (Publicacions de la Universitat de València, 2021), es la versión ampliada y actualizada de Is the Universe a hologram?, que vio la luz en inglés en 2017 de la mano de MIT Press y Oxford University Press en su plataforma en línea, con un prefacio del irlandés Tim O’Reilly, quien formuló en 2005 el concepto de la ‘Web 2.0’. Escritor, profesor y periodista de ciencia y tecnología, Plasencia ha construido una obra inclasificable, dialogando con un puñado de los científicos y humanistas más avanzados de la actualidad, que en el libro son sistemáticamente empujados fuera de los dominios de su hiperespecialización. El resultado es una compleja conversación, un gran ejercicio de “polinización cruzada” como lo define el autor, en la que la complejidad de los grandes temas actuales -la inteligencia, el calentamiento global, la energía, la tecnología, etc.- se ve iluminada por una suma de miradas tan expertas como curiosas.

Director y presentador durante años del programa de TV ‘Tecnópolis’, Plasencia fundó con su colega Douglas Morgenstern MITUPV Exchange, una iniciativa del MIT y la Universidad Politécnica de Valencia en la que participaron miles de alumnos valencianos y de países latinoamericanos. Además, es profesor del Máster Oficial de Comunicación y Educación en la Red de la UNED, y de 1990 a 1995 impartió clases en el Máster en Artes Gráficas de la UPV. En De neuronas a galaxias presenta una cuarentena de diálogos que con un recorrido de ida y vuelta de la computación cuántica a la neurociencia, la arquitectura o el arte. En él hay 17 hispanohablantes, 14 españoles y nueve valencianos, “aquí bastante desconocidos pero figuras mundiales en sus respectivos campos”. Este viernes 15, de 18.30 a 20 h, Plasencia firmará ejemplares del libro en la caseta 55-56 de la Fira del Llibre de València Y el próximo martes 19 de octubre, Plasencia participará en el quinto webinar del ciclo internacional de conferencias Smart Business Innovación & Valores, organizado por la Cámara de Comercio de Castellón. Junto con Francisco J. Martín, co-fundador y CEO de BigML -Machine Learning-, hablará sobre El último tramo de la Inteligencia Artificial (IA).

En un despacho de la UV, a unos metros de su Jardín Botánico y sin haber encendido la grabadora, la conversación con Plasencia ya se desliza cual lava incandescente por los meandros de esta o aquella frase del libro. O por su cauce principal: “el argumento central es que las nuevas fórmulas para el avance científico están en las intersecciones y en los solapamientos, por eso intento sacar a cada uno de su surco, porque tienen un bagaje holístico tremendo y de un mismo tema pueden hablar un neurofisiólogo, un filósofo o un especialista en computación”.

- En el libro se conectan todos los puntos que unen los grandes temas de nuestro tiempo. Pero preparar todos estos diálogos es una tarea mastodóntica.
- Hay un problema… en mi opinión tanto el periodismo como mundo editorial se están suicidando cuando se adaptan a las exigencias de las plataformas globales. Pero de ello podemos hablar otro día. Te pongo una metáfora: la industria del conocimiento serio ha cogido una inercia, tiene unos mandarines y con un sistema mediático paralelo ha creado una industria que ha acabado en los boletines oficiales de los estados, creando unos incentivos. Si lo dice Science… y todo eso. Todo el mundo educativo está en ese submarino, en el que todo está compartimentado y así, todos somos víctimas de la hiperespecialización, desde los maestros de Primaria a los profesores de Universidad. Es un sistema complejo y funciona muy bien como industria, como negocio y como herramienta de autoridad. ¿Qué hace un político que no quiere que le pillen en falso? Quiere ir a lo seguro, entonces si lo dice Nature, eso va a misa. Pero ya no estamos en el mundo de Pasteur, que estaba en un laboratorio, sino el del CERN, donde para descubrir el bosón de Higgs hace falta reunir a 5 o 6.000 científicos de diferentes campos y montar la máquina más grande que ha creado la Humanidad. Y entonces el paper está firmado por 700 personas. Es decir, la herramienta que está configurando hoy el manual del conocimiento es la tercera cultura: si hay que analizar qué puede ocurrir al mundo con la Inteligencia Artificial (IA), se montan tres institutos muy bien financiados en Oxford, Harvard y Cambridge, y son dirigidos no por ingenieros ni por informáticos, sino por filósofos, que trabajan con los ingenieros juntos, en todos los proyectos. Esa nueva situación es lo que intenta explicar el libro.

- Dice que con los diálogos del libro ha intentado provocar la “fertilización cruzada” entre científicos y disciplinas. Y parte de la convicción de que hoy la vanguardia está precisamente en el cruce entre campos de estudio. ¿Cree que científicos y disciplinas dialogan lo suficiente entre sí?
- Precisamente la noticia que trae el libro es que eso está ocurriendo. No piden permiso: quieren avanzar y el sistema de la ciencia es prueba y error. Y certificar que la hipótesis se cumple, como dice Avelino Corma. A él no le pregunto como si fuera un químico, sino como si fuera un neurólogo. Y a José María Yturralde, catedrático de Pintura, le pregunto como si fuera un científico cuántico. Es necesario, porque la hiperespecialización lo ha permeado todo, incluso las costumbres de los lectores, y en el mundo editorial se refleja eso. Mira, la edición online del libro está publicada por capítulos, para que sirva como material accesible para toda la comunidad universitaria de una larga lista de prestigiosas universidades (Yale, Stanford, Princeton, Oxford…). Luego también está publicado entero, online, pero me pidieron que lo hiciera por capítulos, porque en realidad todo funciona aún por compartimentos. El mundo editorial y el periodismo también. Ahora he tenido un problema, en la Feria del Libro de Madrid. Te preguntan "¿este libro de qué es?" Tiene humanidades, filósofos, física cuántica… eso es subversivo, porque lo es para el statu quo. Por ejemplo, en el CSIC hay un sistema basado en la hiperespecialización y todo se basa en la seguridad que da ésta.

- Pero ¿hay otros sistemas científicos nacionales que hayan dado ese paso de intentar superar la hiperespecialización?
- Es muy difícil enfrentarse… se ha convertido en una ley no escrita. Ha habido una crítica de un escritor inglés de ciencia: dijo que este libro era “un heroico fracaso”. Lo que le sentó mal es que se insinúa que el método de ciencia que está funcionando y que es el mejor es el de la ciencia desde lo civil: y se ponen dos ejemplos. El CERN y Galileo, por definición nacidos desde lo civil. Y todo lo que hace el CERN se patenta, pero se abre a la Humanidad. Y eso de que lo financiado con dinero público debe ser accesible a todo el mundo, es un misil a la línea de flotación de la industria de la publicación científica, y de los mandarines. Hay investigadores que están en lo suyo, trabajando y no tienen tiempo ni de respirar. Están actuando. No ha habido un ministro que diga “tenemos que juntar a los filósofos y a los ingenieros de software”. No. Hay gente que consigue donaciones, porque hay gente que desde Oxford dice que puede haber un problema para la Humanidad por la superinteligencia que puede surgir de la IA. Y no pide permiso a un ministro.

"Las nuevas horas de ocio que se ganan al trabajo están trasvasándose a las redes sociales, y la gente ahí trabaja gratis como editora porque el sistema es adictivo, es manipulador y lo hace a través de las emociones"

- Es inevitable preguntarse si habiendo un enfoque multidisciplinar validado por la experiencia, no habría que buscar desde lo público todos los incentivos posibles para hacerlo.
- La pregunta es ¿podemos hablar como “nosotros”, como Humanidad? Porque aquí hay un juego de poderes, y China está insinuando que a santo de qué la democracia es un sistema mejor. Recordemos que China tiene un sistema de ‘crédito social’ y el Estado decide, según te portes, si te sube la puntuación o te la baja. El capítulo donde habla Richard Stallman, quien definió las cuatro libertades del ‘software libre’ (usar, estudiar, redistribuir, modificar) está publicado con licencia Creative Commons. Y un programador como él dice que la tecnología sin la influencia de la ética es probable que haga daño. Y que “es absurdo preguntarse si la ética es rentable o no, porque es una responsabilidad previa, una obligación hacia los demás”. Hay que tener muy presente que lo digital está en el centro de las sociedades.

- ¿Tiene claro la sociedad cómo afecta el uso de la tecnología a nuestras vidas?
- El impacto de la tecnología en la gente es algo muy nuevo, porque primero era solo una herramienta y ahora se ha vuelto un sistema de vigilancia, de explotación…  en un siglo se ha conseguido que en vez de jornadas de 15 horas diarias se hagan 32 horas semanales, pero en Francia aún quieren rebajarlas más, a 30. Todo para que la gente tenga más ocio. Y lo que ocurre es que están trasvasándose esas horas de ocio a las redes sociales, y la gente ahí trabaja gratis como editora porque el sistema es adictivo, es manipulador y lo hace a través de las emociones. Es un negocio tan inmenso que aunque los científicos alerten de su peligrosidad, da tanto dinero… ese es uno de los temas cruciales de nuestro tiempo. Y Tim O’Reilly comenta otro: la formulación del conocimiento de forma que sea accesible, las bibliotecas como memoria de la Humanidad abiertas a todos y sin mediación, eso es un depósito en que la Humanidad se apoya. Si lo sustituimos por los libros electrónicos y la web, eso estará mediado por alguien a quien lo único que le interesa es el negocio, y no lo hace con ética, por lo que es probable que haga daño. Entonces, esa es una de las tragedias de nuestra época, dice O’Reilly. Eso afecta a la vida personal, porque la frontera entre la vida personal y la profesional ha desaparecido. Y de eso nadie se está ocupando. Y hay técnicos de la computación que deben llamar la atención sobre temas de ética porque las humanidades estaban en lo suyo, con sus mandarines, y no se ocupaban de ello. Y el impacto sobre las personas a gran escala en el planeta es tan grande que es uno de los temas esenciales.

El escritor reflexiona en la entrevista sobre múltiples temas tratados en su libro.

- A las personas con las que ha hablado les ha retado a salir de su zona de confort. Son “alquimistas de nuevos conocimientos”, como les llama. ¿Cuánto más sabios, les ha encontrado más humildes?
- Pues sí. En parte no ha sido una sorpresa, no hay más que leer a los clásicos. Ahora la enseñanza ha descubierto que a ver si esto de que uno esté en la tarima y otros abajo, igual no es tan buena idea. Y dices, vamos a ver, leed a los clásicos de hace 2.500 años. Pero hay un problema fundamental: ¿por qué no leemos a los clásicos en general? Salvo que lo elijas. Porque todo el sistema mediático de las redes sociales va contra eso. Básicamente, lo que quieren es vender dos cosas: la cantidad de veces que te conectas, con quién, y cuánto tiempo estás. Y eso lo venden a los anunciantes. Y estos llenan la red de polución cognitiva, pero eso es un problema mundial, y funciona por encima de las culturas locales y de los idiomas, porque la estadística computacional permite manejar el lenguaje escrito o audiovisual. Entonces, el tema es que si te ciñes a un fragmento porque eres de esa profesión, no tienes la visión de lo que está pasando. Sobre Afganistán salen ahora reportajes increíbles, que han estado en los cajones varios años. Algo no funciona entre los que cuentan las cosas y el público.

- La información siempre fue poder.
- Sí, pero ¿qué ha cambiado? El sistema de los mass media que definió McLuhan, hace que si ves À Punt desde Castellón, tengas lo mismo que si lo ves desde Lugo por Internet. Pero los sistemas digitales que explica el profesor de Periodismo y Comunicación Henry Jenkins, ya no son así: son biunívocos (cada elemento de un conjunto se asocia con uno y solo uno de los elementos de otro conjunto, y cada elemento de este último conjunto con uno y solo uno de los elementos del primero). Entonces las reglas son distintas, con esa personalización. Hay una guerra mundial por nuestro tiempo y por nuestra atención, y ahí están quienes tienen las herramientas que convierten eso en pingües beneficios por encima de latitudes y culturas, un sistema universal. Es una guerra por la atención, porque lo que se vende es el tiempo de atención. Por eso, si conseguimos reducir la jornada laboral para que tenga más tiempo para sí mismo pero no es uno quien decide lo que hace con su tiempo, entonces trasvasamos tiempo de trabajo, remunerado, a una forma de trabajo o pseudotrabajo no remunerada, que produce aún más dinero, porque la infraestructura global de la red lo permite. Y las interfaces que median entre lo que hay allí y la mente del usuario ante la pantalla, que es siempre una conexión siempre individual. Cada uno está solo siempre, no hay tres con el mismo ‘smartphone’. Lo dice Facebook, le han dicho sus científicos que Instagram es tóxica. El profesor de Neurología en Harvard Álvaro Pascual-Leone, que es valenciano, dice que somos más vulnerables por el hemisferio de la emoción.

- ¿Cómo calificarías la situación actual de la ciencia en España? ¿Qué potencial tenemos? Te he leído varias veces recordando que tenemos dos Nobel menos que Sudáfrica, por ejemplo.
- Tenemos dos de ciencia, en ciento y pico años.

- Pero ¿eso está evolucionando o no? Si por cada euro que invertimos en ciencia obtenemos siete pero no invertimos lo suficiente…
- Sí, pero no es una cuestión solo de dinero, sino también de metodología y de comportamiento. Y de mercadotecnia política. Si el microbiólogo Francis Mojica, que encontró el mecanismo del CRISPR, hubiera nacido en Groninga o Filadelfia, o en Tokio, es muy probable que el Comité Nobel no hubiera dejado de ponerlo, por más que ahora estamos en el momento en que hay que poner a las investigadoras. Todo el mundo en la ciencia sabe que el mecanismo lo encontró Mojica junto a las salinas de Torrevieja. Hay cosas subversivas en ciencia, pero en la parte humana. ¿Cómo funciona la inversión en ciencia? Como no soy científico y no estoy en la maquinaria, puedo opinar. La reforma del sistema científico en España no es solo cuestión de inversión, que también. La inversión es fácil porque es la forma de comparar, pero mira: en Japón hablé con un ingeniero español formado en la UPV, que es de Almansa. Buscaban gente para el laboratorio astronómico de Japón, que son los que han montado 76 antenas a 5.000 metros en el desierto de Atacama, para capturar la luz más tenue del Universo. Y buscaban a los mejores en todo el mundo. La Embajada de Japón le encontró, no sé cómo, se fue a Madrid, presentó sus méritos. Le dijeron que bien, pero que tenía que aprender japonés: “si en un año vuelves y nos hablas bien en japonés, el puesto es tuyo”. Hay gente así. Aprendió, lo hizo, y hoy es uno de los líderes de los nuevos sensores de ondas submilimétricas, en una antena que no puede deformarse ni 3 milímetros. Si ese hombre tuviera esos mismos medios en España estaría mucho más feliz. Japón lo hace así porque su sociedad tiene conciencia de que invertir en ciencia está relacionado directamente con su nivel de vida. Es un problema de la sociedad mucho más que del sistema de ciencia español.

- Es decir, si la sociedad no lo exige…
- Tenemos un problema cultural con la ciencia y con las humanidades, que además ya no pueden desligarse entre sí. En EEUU, el subtítulo del libro es Los científicos contestan a las preguntas más provocativas. No hace falta explicarlo como en castellano, que decimos Los científicos y los humanistas contestan a las preguntas más provocativas. Porque es un sinónimo, igual que decir machine learning, sirve para un software o para una máquina física. Esa dicotomía es la que desaparece en EEUU: ¡cuando hablas de ciencia estás hablando de las dos cosas, también de las humanidades! Y ese es otro problema cultural que tenemos. Hasta que la gente en España no asuma en masa que la ciencia es el camino, el apoyo, pero genera riqueza y nivel de vida, solo con que el Gobierno diga que vamos a invertir en vez del uno el tres, no haremos gran cosa.

- ¿Y cómo conseguir hacer ese camino por parte de la sociedad, con nuestros mimbres actuales?
- Ahora, la nueva ministra Diana Morant ha dicho que la difusión de la ciencia es muy importante. Pero cuando la TV pública hace un programa de ciencia lo presenta como entretenimiento, y no aparece ninguno de nuestros grandes científicos. Hay científicos que comunican muy bien, como Pascual-Leone, te emocionan y tiran de ti. Pero si consideramos la ciencia como si España fuera una guardería en la que nos divierten con cosas científicas, pues  está bien, pero no hay… bueno, tampoco hay un programa de libros [sonríe]. Hay un problema de mercadotecnia, con la humildad de los científicos… hay un gap entre los objetivos de la mercadotecnia política, que son muy puntuales, momentáneos y urgentes, y el largo plazo. Todo el mundo sabe y dice que hay que hacer innovación. Cuando le digo a Frank Wilczek, profesor de Física en el MIT, “oye, ahora vamos a hablar de algo que no tiene que ver con lo cuántico, hablemos de innovación”, y él me responde “pues sí tiene que ver”. Quiero decir: hay un problema. La modernización de la cultura de la sociedad española no es solo la moda, los dispositivos digitales, sino que se trata de modernizar la cultura y adaptarla al nuevo escenario de vanguardia del conocimiento, que es la cultura tecnocientífica unida a las humanidades. Eso sería una modernización.

- Eso me recuerda lo que planteaba hace poco el teniente general Francisco José Gan Pampols, cuando nos decía que España es hoy “un personaje en busca de autor”.
- Hay una disonancia cognitiva entre los objetivos de la cúpula política que decide cuánto se invierte en ciencia y el largo plazo, con el bosón de Higgs… Einstein es el ejemplo: él con las matemáticas dice algo y al cabo de un siglo se comprueba que tenía razón. Todo el mundo sabe que hay que innovar, eso es el marketing, pero se inventó cuando el sistema de fabricación fue tan eficiente que empezó a crear más cosas de las que la gente las necesitaba. Y el marketing se creó para generar necesidades ficticias en la gente, y que consumiera más de lo que necesita, pero eso ahora choca frontalmente con el cambio climático, que va a tal velocidad que ríete de la evolución tecnológica. O se toman medidas o las catástrofes van a aumentar.

"Ahora recibimos un millón de veces más de datos que nuestros bisabuelos. Cuando tenían que encontrar una cosa y era difícil se hablaba de buscar una aguja en un pajar. Su pajar era de tres metros por dos, mientras que el nuestro tiene un kilómetro de lado"

- En el libro habla de ello con el mexicano Mario Molina, que recibió el Nobel por su teoría de la destrucción de la capa de ozono.
- Mario Molina demostró una cosa muy importante: él y su colega definieron lo que estaba pasando en la estratosfera con el agujero de ozono, y así acotaron el primer problema global de la historia de la Humanidad. Eso iba a afectar al cáncer de piel, en todo el planeta, independientemente de que fueras rico o pobre. Y demostraron que si se hacía bien, se podía convencer a la gobernanza mundial, aunque sea país a país, y acabaron prohibiendo los CFC, se dejaron de fabricar en el mundo. Eso lo consiguieron Molina y su colega, pero mientras tanto, pasaron 15 años en que la industria de los CFC intentaron que se desdijeran. Y cuando les dieron el premio dejaron de presionarles. Pero demostraron que los problemas globales que dependen del comportamiento humano no son deterministas: el comportamiento humano se puede modificar con cultura, con educación y a largo plazo. Demostraron que si hablas con los dirigentes esenciales -y Al Gore es un producto de eso- y les haces tomar conciencia de que la evolución natural de un fenómeno puede llevar a una catástrofe y van a morir millones de personas… se pueden cambiar las cosas.

- Afortunadamente, ha sucedido con más cosas.
- Claro que sí, por ejemplo también pasó con la Covid-19, un científico -Dennis Harold- avisó 15 años antes de que esto podía pasar, cuando el Ébola. Y cuando llegó Trump cerró el presupuesto del laboratorio, porque era un laboratorio no nacional, planteaba las pandemias como algo relacional, en todo el mundo. Y que no se podía estar seguro si en el país de al lado estaban enfermos. Aquí quienes han llevado la pandemia a 190 países han sido los viajeros en avión, en apenas 90 días. Y eso diferencia esta pandemia de la peste o de la fiebre de 1918. Hay muchas cosas de la realidad actual que son relacionales, y están interconectadas o relacionadas. La salud, pero también la economía se ha vuelto relacional; lo hemos visto con el problema del Canal de Suez, eso impacta a mucha gente a miles de kilómetros.

- Álvaro Pascual-Leone le dice que el cerebro siempre tiene expectativas, las genera y las contrasta con la realidad. Y añade que importa qué sueños tengas, porque quien tiene sueños de esperanza está más esperanzado y tiene mejor salud. ¿Qué impresión le ha dejado el libro respecto a cuánto ignoramos todavía de nuestro cerebro?
- Te responderé con otra crítica recibida por el libro, ésta desde la Royal Society, que dice que al leerlo te das mucha cuenta de lo que ignoras. Porque como dice el profesor de Física Teórica Pepe Bernabéu, en una frase que me gusta mucho, el avance del conocimiento es una lucha por ensanchar nuestra pequeña isla del conocimiento frente al océano de nuestra ignorancia.

- El director de Computación del MIT Media Lab, Michail Bletsas, le augura que en el siglo XXI surgirá una inteligencia no basada en el ‘homo sapiens’. Y la astrónoma Sara Seager le dice que sólo imagina a un tipo de inteligencia no biológica viajando entre galaxias. ¿Habrá inteligencias completamente desligadas de lo humano?
Parte de la respuesta está en el título del diálogo con tu paisano Avelino Corma (Las leyes de la termodinámica te dicen qué es y qué no es posible). Si uno sabe lo que es un año luz en distancia, debe entender que la duración de una vida humana no pasa de los 110 años. Si un viaje de esos a una velocidad de una nave que funcionara con sistemas nucleares o con velas solares, si durase 5 millones de años luz, y se da cuenta de la magnitud del universo… una vida como la nuestra es imposible que llegue. Por exclusión, una inteligencia basada en la biología que conocemos en la Tierra está muy limitada. Otra cosa es imaginar una tecnología que te hiberne durante 20-30 años luz, o que a ver si resulta que a través de un agujero de gusano, hacemos un atajo y en 20 años hacemos un gran recorrido. Pero una cosa que tiene la inteligencia humana, como dice Javier Benedicto, jefe de Departamento del Programa Galileo, es que no tiene más remedio que imaginar lo imposible. Y convivir con la incertidumbre. Como señala Ricardo Baeza-Yates, director de Ciencia de Datos de la Northeastern University en Silicon Valley, no hay que luchar contra la incertidumbre, hay que abrazarla y convivir con ella. Cuando le pregunto por qué ningún poder del mundo físico ha dominado totalmente Internet, si es por un problema de tamaño, de magnitud. Y me dice que no, que es un problema de diversidad, porque la complejidad viene de la diversidad. Si eres un pastor y debes conducir un rebaño de 2.000 ovejas, con dos buenos perros puedes manejarlas, pero si hay 2.000 animales distintos, el nivel de complejidad hace imposible dominarlos con esos dos perros.    
- Hace ‘dialogar’ sobre el alcance de la revolución digital a un científico de la computación (Baeza-Yates) con un profesor del MIT (Hal Abelson) y un filósofo de la ciencia como Javier Echeverría… y coinciden en situar la invención de la escritura como algo incomparable con cualquier avance posterior.  
- Bueno, en el diálogo con José Hernández-Orallo, que investiga sobre IA, cuento una anécdota de ‘Fedra’, de Platón, una escena en la que el inventor de la escritura le presenta su invento al faraón, y él pensaba que el faraón le iba a hacer como con el inventor del ajedrez y le iba a llenar de riquezas. Y el faraón, en lugar de eso, le dijo que esto iba a dar problemas, porque la gente no estaría obligada a recordar y ya no recordaría lo que antes sí, y eso haría que su memoria dependiera de un dispositivo ‘mineral’ externo.

- ¿No es exactamente de eso de lo que hablamos ahora cuando se dice ‘dejemos el aprendizaje memorístico’?
- ¡Sí! Y esas palabras están escritas hace 2.500 años, ¿vale? Y es lo que está pasando. La cuestión es el famoso artículo del New York Times sobre si Internet nos hace más tontos. La memoria hay que entrenarla, dice el faraón Thalmus, en esa escena. Si la dejamos de entrenar, perderemos capacidades. La cuestión es si muchas de esas capacidades las delegamos en nuestro ‘smartphone’ o en una máquina y nos hacemos biónicos. ¿Eso es bueno o malo? Depende de para quién.

"Una de las labores fundamentales de la educación hoy es que cualquier alumno, cualquier persona en formación, tenga claro qué es lo esencial para él o para ella, y qué es lo trivial"

- Lo evidente es que las máquinas aprenden rápido.
- Sí, uno de los secretos del avance de la IA es el entrenamiento de los algoritmos, que imita el entrenamiento humano de la memoria. Si tú empiezas a decirle al teléfono con la voz que llame a este o aquel y ya no te planteas recordar los teléfonos, estás desentrenando esa parte. Y los músculos cerebrales también se atrofian. Pero hay otro tema: quienes se dan cuenta de los efectos de esto a largo plazo son quienes están entrenados en esto, en las humanidades, como el filósofo Javier Echevarría. En la pregunta que le hice y que luego MIT Press eligió -contra mi voluntad- como título del libro en inglés (Is the universe a hologram?), yo le preguntaba si era posible que estemos viviendo en una gigantesca caverna de Platón, en un holograma. El holograma es una visión holística del objeto. Como en la escena de Matrix, que la consiguen con 68 cámaras alrededor de Keanu Reeves, con una suma de fotos. Que lo que percibimos es en realidad una representación es un gran dilema actual. ¿Qué vemos, la realidad o una representación? Hay un trasvase gigantesco de representación digital de la percepción, y mucha gente está sustituyendo la realidad por la percepción digital a través de una campaña. Y eso está creando muchos problemas emocionales, sociales, educativos… porque se está demostrando que si todos tus inputs provienen de un entorno digital en soledad -y la conexión a Internet es en soledad- eso empieza a crear problemas.

- ¡Y a todo esto hemos llegado desde la escritura! El profesor de Arquitectura e Ingeniería Civil del MIT John Ochsendorf le dice que hemos olvidado mucha sabiduría y pone el ejemplo de que observando el Panteón de Agripa en Roma siente que lo hizo alguien mucho más inteligente que él. ¿Nos pasa en muchas disciplinas?
Vamos a ver, te pongo una pequeña metáfora: ¿en qué se parece tu vida a la de tu bisabuelo? Hay algo que es igual para ambos: cada hora suya tenía 60 minutos y cada minuto, 60 segundos. En ti ocurre igual, pero lo que percibían antes en esos 60 minutos era totalmente distinto. Ahora recibimos un millón de veces más de datos que nuestros bisabuelos. Cuando tenían que encontrar una cosa y era difícil se hablaba de buscar una aguja en un pajar. Pues la metáfora del pajar es que el suyo era de tres metros por dos, mientras que el nuestro tiene un kilómetro de lado. Esa es la diferencia. Estamos limitados por nuestra capacidad de percepción: nuestro sistema cognitivo tiene limitaciones. Si tienes los ojos abiertos ves, y de eso se aprovecha todo el sistema de publicidad y de polución cognitiva que nos asalta. Como ahora la conexión ubicua permite que eso nos persiga… tú antes para leer algo si no tenías una biblioteca en casa, ibas a una, buscabas el libro… ahora no, los datos te persiguen, son ubicuos. Que esa ubicuidad antes sólo se atribuía a Dios, cuando yo era pequeño. ¿Qué pasa? Necesitamos procesarlo mentalmente, con todas nuestras limitaciones, y relacionar. Porque los niños y niñas aprenden relacionándose. ¿Qué sería de un niño si hasta los 15 años en lugar de jugar con sus iguales y hacer ensayo-error, divertirse con sus amigos, equivocarse, bromear… no le permitieses eso y tuviera que aprender teniendo en cuenta que todo el conocimiento está en Internet, y que tiene acceso a ello?

La tecnología y su uso son uno de los temas abordados en 'De neuronas a galaxias'.

- ¿Y cómo aprender y enseñar hoy?
- Hay un libro fantástico titulado En defensa de la conversación (Sherry Turkle), y está demostrado que el sistema dialógico, de preguntar y responder en directo es uno de los mejores métodos de aprendizaje y de compartir conocimiento. Porque eso, antes de nada, te hace darte cuenta de lo que no sabes. Porque hoy hay mucha gente, sobre todo adolescentes, ahora, que cree que sabe de tecnología y no sabe que no sabe. Y eso es muy grave, y a gran escala, y eso lo han provocado las plataformas de redes sociales. La gente sólo sabe lo básico. Como la curva de aprendizaje está próxima a cero y saben manejar esa interfaz, creen que saben. Pero desconocen las consecuencias de lo que hace con esa interfaz. Y esa es una de las principales necesidades en Primaria y Secundaria: que se introduzca en las escuelas y en los institutos para que aprendan primero a sacarles de la confusión entre lo real y lo irreal en las pantallas, y luego a distinguir en la red entre la mentira y la verdad, recordando que el MIT ha demostrado que la mentira se extiende 4 veces más y 6 veces más rápido. Eso es una asignatura pendiente. Los niños están en el móvil desde muy pequeñitos, en las redes, y como dice Henry Jenkins, necesitan no a alguien que les riña, sino a alguien que esté por encima de su hombro. Guiándoles. No deberíamos dejarles acceder al sistema digital de la red por sí solos, porque está demostrándose que el autodidactismo de conocer el mundo sólo por lo que está en Internet no funciona.

- Echeverría le dice que el debate actual es si la digitalización puede implicar un salto evolutivo hacia adelante. Y por otra parte, usted habla de la Segunda Digitalización, en la que la diferencia entre las verdades y las mentiras que nos ‘emiten’ digitalmente empieza a ser indescifrable para nosotros. ¿Cómo defendernos de estos peligros?
Baeza-Yates lo explica bien: hay que abrazar la incertidumbre. La tecnología no es el enemigo, es una herramienta, igual que un cuchillo. Stallman recuerda que tienes en casa dispositivos digitales que has comprado y crees que son tuyos. Un ordenador o un teléfono no debería hacer cosas que tú no sabes que hace y nunca debería hacer cosas que tú no quieres que haga. Aplícatelo. Todos esos aparatos están trabajando para terceros en nuestra casa cuando los hemos comprado y son de nuestra propiedad. Y no nos piden permiso. Eso es una perversión del uso de la tecnología. Lo importante no es la tecnología sino su uso. Con el conocimiento, lo mismo. La Segunda Digitalización empieza cuando se convierte en algo social. La Web 2.0, que la define O’Reilly. Y dice algo crucial: “cada vez más, los seres humanos somos más la fuente de nuestro propio destino”. Una de las jerarquías que se está perdiendo es qué es lo esencial y qué es lo trivial. Las cosas triviales están pasando a ser percibidas como esenciales y al revés. Y eso viene del uso de la tecnología. Hay tantísimas emisiones, tantísimas series, que no puedes verlas todas, ni puedes leerlo todo.

"Lo digital aumenta, amplifica y distorsiona todo: la economía, la cultura, las diferencias de nivel de vida… desgraciadamente algo que estamos aprendiendo es que la digitalización crea más desigualdad"

- Y delegamos esas decisiones en un sistema de recomendaciones.
- Hay tantísima información que te busca donde estés que se ha vuelto más importante decidir qué no haces mañana que qué haces. Pero es muy importante que lo decidas, y el problema es que gran parte de la gente joven, por la manipulación y el diseño adictivo de las interfaces digitales, está enamorada de la tecnología. Y lo entiendo, porque como decía Arthur C. Clarke, “cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Pero el resultado es que en la gente está disminuyendo su libertad personal y erosionándose a una velocidad tremenda. Porque lo digital aumenta, exponencializa, amplifica y distorsiona todo: la economía, la cultura, las diferencias de nivel de vida… desgraciadamente algo que estamos aprendiendo es que la digitalización crea más desigualdad. Pero es por el uso de la tecnología que nos imponen. Si se usara en función de lo que es mejor para el ser humano, probablemente no la usaríamos así. Pero para eso hay que tener criterio y saber qué es lo trivial y qué es lo esencial. En TikTok, lo trivial se ha convertido en lo esencial. Por eso una de las labores fundamentales de la educación hoy: que tenga claro cualquier alumno, cualquier persona en formación, qué es lo esencial para él o para ella, y qué es lo trivial. Confundir eso es una de las confusiones más importantes de la Segunda Digitalización.

- Además de los exoplanetas, con Sara Seager habla también de la importancia de la inmediatez para los jóvenes. ¿No nos ha alcanzado esa epidemia ya a la mayor parte de los adultos?
- Todo el mundo dice en la gobernanza, en la política, que hay que pensar a largo plazo. Y en la ciencia no es que lo piensen, sino que lo hacen. El largo plazo es el que certifica el buen camino. Las urgencias pueden serlo un momento, pero WhatsApp convierte todo en urgente. Y hace parecer que una cosa que te están enviando es muy importante y muy urgente. Por el diseño de la interfaz. Y además eso es tóxico, porque la polución cognitiva es tóxica para el cerebro. Igual que es malo para tus pulmones respirar el humo del diésel, es malo para tu cerebro no limitar la entrada de información basura. Esa es otra de las labores importantes de la educación: que la gente aprenda a defenderse de la información basura, porque le roba su tiempo. Las plataformas se han convertido en ladrones de tiempo. Es eso de que si en Internet algo es gratis, el producto eres tú. Y se lo dices a la gente y no entiende eso. Pero es muy fácil, se apoderan de tu tiempo y tu atención.

- Necesitamos volver a hablarnos mirándonos a los ojos sin pantallas de por medio.
- Sustituir las conversaciones cara a cara, la Synusia platónica, por las conversaciones mediadas por un sistema digital produce efectos distintos. Sobre la atención, sobre la capacidad cognitiva y sobre la forma que tienes de compartir. Por eso se sustituye a la gente que aprecias por los próximos, porque en el roce está el cariño. Los próximos con los que interactúas en persona dan una riqueza de compartir cosas, afectos, conocimientos… que no lo sustituyen las conversaciones por la pantalla. Sobre pensar que lo segundo es mejor, el libro de Turkle que antes citábamos analiza desde el punto de vista científico por qué es mejor la conversación en persona. En 2006 publiqué un ensayo que uno de los puntos se llamaba Economía de la presencia y economía de la atención. El nivel de presencia en persona o a través de la pantalla son grados distintos, que tienen que ver más con la cualidad que con lo cuantitativo. Hoy todo funciona cuantitativamente, con estadísticas, pero lo cualitativo lo hemos olvidado y es esencial. ¿Por qué Ramón y Cajal era un genio? Porque Golgi estaba viendo los mismos preparados que él, y él vio cosas que Golgi no veía, y además no lo quería creer, se creía más listo que el primero. Las personas que ven cosas que tú no ves, seguramente tengan una cualidad que tú no tengas. Es evidente que unos tienen más inteligencia que otros. Pero hemos olvidado lo cualitativo porque el sistema comercial global prefiere lo cuantitativo, porque los algoritmos funcionan muy bien con ello, a más velocidad que los humanos. Pero eso no es determinista; el uso de la tecnología que nos imponen no es el mejor para los humanos.

- Hay que hacer permanentemente una llamada al sentido de la libertad y de la elección.
- Pero es muy importante ese fenómeno actual de la gente que no sabe que no sabe. Al leer el libro te das cuenta de lo que no sabes. El ignorante más peligroso es el que ignora que no sabe. Las modas en el mundo digital están creando la sensación de que eres moderno, estás a la última, pero que no importa que no sepas que no sabes. Pierdes el control. La industria de la tecnología en esta última fase está quitando el control de los contenidos y de la tecnología a los propios usuarios que han pagado y la han comprado.

"Igual que es malo para tus pulmones respirar el humo del diésel, es malo para tu cerebro no limitar la entrada de información basura"

- Al final de la conversación con Tim O’Reilly, él hace un canto a los transgresores, los exploradores, los que rompen las reglas. ¿Tenemos un sistema social que reprime esto?
¿Te acuerdas de lo que te he dicho del “nosotros”? ¿Podemos hablar de “nosotros, los humanos”? Por ejemplo, el cambio climático. Si midiéramos lo que poluciona uno u otro, el que paga contamina… ¿y quién cobra lo que se paga por contaminar? ¿Va a la gestión pública? No lo sabemos. ¿Por qué la luz está subiendo así? Nadie lo está diciendo: porque el precio se hace en una subasta especulativa, y las subastas se hacen para elevar artificialmente el precio de cualquier cosa. Y en 2020 el Nobel de Economía se dedicó a las subastas del espectro, pero es muy fácil: la luz sube y sube porque el precio se determina por subasta especulativa. Si el precio del pan se decidiese en una subasta, pagaríamos entre 200 y 300 euros por la barra. Esos mecanismos tienen un impacto tremendo a nivel mundial. Y en la educación, que es algo de medio plazo, es que hay que reformar muchas cosas y no sólo el sistema educativo: no se puede abarcar todo, no hay horas suficientes. Sobre todo si en una oposición de acceso a la Universidad pones un examen y acaba ocurriendo que unos padres y los hijos denuncian a quien ha puesto el examen porque han sacado una nota horrible. Si lo analizas, es porque era el tema 23 y habían estudiado sólo hasta el 7 u 8. ¿Por qué? Porque dedican seis horas al día a las redes sociales. Y están procrastinando, que no es como dice la RAE dejar una cosa para después, sino sustituir lo esencial por lo trivial. Cambiar la jerarquía y no dedicarte a lo esencial.

- Dígame algunas cosas que le gusten del sistema científico y universitario norteamericano y cuáles del europeo. Y algo más: ¿qué sabemos del chino?
- China se va a convertir en la primera potencia mundial por un regalo de Occidente que se llama deslocalización. Un error tremendo pero que lleva además implícito otro mayor en lo esencial: la gente que decidió eso, pensó ‘enviamos las fábricas a China, ya se apañarán con las materias chinas y con la polución’. Pero hay un error: el 67% del I+D está ligado a la experiencia de fabricación. Y menospreciar a los chinos pensando que sólo saben hacer el Todo a 100… les montas una fábrica de smartphones y montan otra línea de producción al lado tan buena o mejor. Aprenden muchísimo. Son una gente que tiene una disciplina brutal. Y tienen 96 millones de científicos investigando, pagados por el Estado chino. Se lo hemos regalado. Y ese es el efecto. Porque es una cosa a 30 años vista. El Gobierno chino se planteó hace 30 años que necesitaba sacar a millones de personas de la pobreza. Y tenían el 80% de los bonos del Tesoro norteamericano. Es un regalo estratégico. Y el otro error, otro regalo que nos ha enseñado la pandemia: la soberanía de fabricación incluso de baja tecnología la hemos perdido. ¿Por qué? Porque el incentivo del bajo coste y de que lo barato es mejor es un error estratégico enorme para las sociedades. Lo hemos visto con la pandemia: cuando ha habido un caso de necesidad, que puede ocurrir, y ha ocurrido, nos damos cuenta de que habíamos dejado de saber fabricar respiradores, que salvan vidas. Que es una tecnología casi trivial. ¿Qué genera mejor empleo? La industria. ¿Qué genera empleo precario? La hostelería, la albañilería. Estamos pagando ese error estratégico.

Plasencia llama la atención sobre el error estratégico de Occidente que, a su juicio, ha otorgado a China el liderazgo mundial.

- ¿Cambiaremos o nos faltan incentivos?
- El cambio es natural y bueno, dice O’Reilly en el libro. Y no sólo eso, sino que siempre debemos estar cambiando. Prueba y error, el método básico de la ciencia, que es el mejor porque no tenemos otro. Lo mejor del ser humano es su capacidad de aprender, y el de la ciencia también. ¿Cómo? Ensayo y error. Eso sí, nunca negando la realidad. Si te equivocas, lo aceptas.

- ¿Cómo es la experiencia de desarrollar un proyecto desde la UPV con el MIT y con 4.600 alumnos a lo largo de 12 años?
- Es un privilegio estar entre gigantes. Cuando fui la primera vez al MIT fue sin que nadie me recomendara. Escribí al decano para otra cosa… pero había un profesor que había visto lo que había hecho en el Año Blasco Ibáñez, en 1996: mezclar la tecnología con la cultura. Y ellos estaban en eso. Y me escribió y me preguntó cómo lo había hecho. Y le expliqué, mira, yo soy ‘maquero’, he llegado a un acuerdo con Apple, nos han dejado usar su tecnología y la he usado en temas de cultura. Le escribí y me citó para una hora. Y eso acabó con una plataforma con Douglas Morgenstern, para nosotros y los alumnos. Ocho años antes que Facebook en 1999, la primera red social de la historia. Con contenidos en español, que para subir un vídeo de 40MB me iba los sábados por la noche a la UPV, y tardaba dos horas y media para subirlo a la plataforma que estaba en Boston. 2.300 alumnos, valencianos y de varias universidades latinoamericanas, que han estado interactuando con alumnos del MIT, que en primer año de ingeniería ya estaban en investigación. Y junto con las cosas de su carrera, por primera vez en un proyecto del MIT, se sumaban las cosas de la vida personal y de la cultura. Era una novedad total, le llamábamos comunidad virtual, porque no existía la frase ‘red social’. Es como si de repente te suben al Everest y ves un paisaje que jamás has visto. Pero además, con una calidad humana tremenda. Te encuentras con gente así, y son la mayoría. Todos saben lo que es la inteligencia y el conocimiento y allí, tonterías, ninguna. Nadie hace perder el tiempo a nadie.

"China se va a convertir en la primera potencia mundial por un regalo de Occidente que se llama deslocalización: el 67% del I+D está ligado a la experiencia de fabricación"

- Pero hablamos de dos cosmovisiones universitarias totalmente distintas.
- Y tanto. Allí, la mayoría de los alumnos piden un crédito para hacer la carrera porque saben que es una inversión para toda la vida. Imagínate, ahora que te encuentras a alumnos de 18 años que no saben qué quieren estudiar, y al mismo tiempo, en otro lugar y con la misma edad, otros ya saben que van a pedir un crédito a 20 años, y que se van a disputar una silla en un aula con otros 30, porque quieren ir los mejores. Eso es la cualidad. Lo que hacemos en el sistema educativo aquí es la cantidad y el café para todos.

- ¿”Aquí” es España o Europa?
- España, sobre todo. En otros países, por ejemplo la cultura educativa de los países del norte hace que sepan esto, lo importante que es la educación para la vida de las personas, lo importante que es la ciencia como base del nivel de vida, y conocer la jerarquía entre lo esencial y lo trivial.

- ¿Y cuál es su próximo reto profesional?
- Ya tengo contenidos para un próximo libro. Tenía un programa de televisión, Tecnópolis TV en la UPV RTV, y ahí he ido acumulando contenidos. Duró seis años y pico. Me di cuenta de que no puedes conseguir media hora de una persona de estas, saber que cada segundo de estas personas vale mucho y que nadie hace perder el tiempo a nadie en una Universidad seria. Perder el tiempo es tirar a la basura algo que no podrás recuperar.

- En las dedicatorias de su libro, agradece a sus padres que se esforzasen en que usted fuese una buena persona. En un mundo como el actual, tan atento al último avance tecnológico, ¿seremos capaces de preservar lo esencial?
- Bueno, es difícil. Dentro de la Humanidad está lo mejor y lo peor. Y hay grados. Entonces la cuestión es que la bondad, en un mundo guiado por el beneficio a costa de lo que sea, se considera de tontos. O de ingenuos. Y en política sucede, por ejemplo, pero mucho más en la disputa del capital especulativo, de lo que significa la Bolsa. Lo más importante es que no conocemos la tecnología lo suficiente como para darnos cuenta de que la usamos para lo que no queremos, de que nos imponen un sistema que parece determinista pero no lo es. Si conociésemos mejor las consecuencias, y eso es una cuestión de ignorancia, sabríamos qué efectos tiene elegir una cosa u otra. Y no nos pueden secuestrar, en una sociedad democrática, nuestra capacidad de decisión sobre cualquier cosa. Pero para decidir hay que saber, y hay que conocer tus límites y la ignorancia que tienes. Querer saber es innato, es lo normal, la curiosidad, desde el primer día.

- Finalmente, ¿de qué hablará en la conferencia del próximo martes 19, en el ciclo de la Cámara de Castellón?
- Trataremos el nuevo paso de la inteligencia artificial junto a Francisco J. Martín, un pionero del machine learning, una subdisciplina de la IA. Hasta ahora se sabía que la IA tiene el peligro de hacerse mucho más potente que la natural, la humana, y que si cae en pocas manos, podría crear oligopolios concentrados del poder de la IA. Tenemos un hándicap de tamaño en la Comunitat Valenciana: no tenemos masa crítica para tener en cada empresa un departamento de I+D o de diseño… eso es una desventaja. EEUU tiene un gran mercado y una empresa escala fácilmente. Aquí al autónomo le preocupa cómo hacer el formulario del IVA, pero allí si una idea funciona, y construyes un producto o servicio que funciona, tienes un mercado, y el conocimiento sobre cómo gestionar es innato, encontrarás seguro buenos gestores. No tenemos eso. Pero en cambio, cuando una estructura se hace grande se convierte en un dinosaurio. No sabemos por qué, pero sucede con todas las empresas. Apple tiene un cementerio de la innovación, y allí están las aplicaciones que ha abandonado porque no son suficientemente rentables, porque los accionistas mandan. En ese contexto, Google ha pasado de ser de las empresas más innovadoras del planeta a ser un gigante de la publicidad mundial, invasiva, ubicua… en definitiva un gigante de la polución cognitiva. El acceso a esas capacidades que pueden ayudar mucho, a las tecnologías predictivas que te pueden ayudar a saber en qué puedes mejorar, cómo adelantarte a los acontecimientos en tu mercado, eso lo puede dar el machine learning. Y en una conversación con Martín surgió la idea de la última milla de la IA. La idea de Francisco es que las pymes tengan acceso a las capacidades que ofrece el machine learning, convertirlo en una commodity. Para eso tienen unas apis de fácil uso y con los datos está seguro de que se puede escalar hacia abajo y que lo puedan aprovechar las pequeñas empresas.

- De cualquier sector.
- Sí, esto es una revolución horizontal, igual que lo fue la digitalización. Esto es otro escalón, y es utilizable en cualquier servicio o empresa. Todas las empresas tienen temas de logística, de distribución, de fabricación o de servicios y temas de gestión, eso es sistémico hagas lo que hagas, aparte de la financiación. Actuar sobre lo sistémico es lo que puede hacer el machine learning. Como él es valenciano, el centro de desarrollo lo tienen aquí, y esto se puede llevar a la práctica.
 

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