CASTELLÓ. Si se traza una ruta del aceite en la provincia de Castellón, uno de los pasos obligados es la comarca del Alto Palancia, un territorio con carácter propio que lucha por preservar los paisajes rurales que han diseñado con su trabajo generaciones anteriores. El proceso de despoblación al que están sometidos parte de los municipios de la zona ha supuesto el abandono de numerosas fincas agrícolas.
En la actualidad, diversas iniciativas impulsadas por jóvenes quieren reconducir esa situación. Uno de ellos es el que está liderado por las hermanas Aida y Lucía Román Ribes, que desde hace tres años han dado vida al proyecto Esencia Espadán en Almedíjar, con el que quieren refrendar su compromiso con el territorio y la apuesta por un producto de calidad diferenciada. "Nuestros abuelos y bisabuelos trabajaron estas tierras donde se recolectaban las aceitunas para elaborar aceite para consumo familiar, pero desde hace años ya no se trabajaban y nuestro objetivo inicial fue recuperar las fincas para que no se perdieran y recuperar la esencia del territorio", asegura Aida.
A las parcelas familiares se han añadido, poco a poco, otras fincas que han ido adquiriendo las hermanas Román a personas mayores que trabajaban sus tierras, en concreto la aceituna, pero que debido a la dureza del trabajo las dejaron perder al no encontrar relevo generacional. En total, Aida y Lucía gestionan en la actualidad alrededor de 3 hectáreas de campos de olivos en los que han desarrollado un modelo agroecológico con el que han conseguido alcanzar un buen producto final, explica Aida.
Todos los procesos recuerdan a sus antepasados. "Recolectamos por el método tradicional; así, trabajamos con maquinas vibradoras y varas para tirar las olivas y peinamos los árboles, rama a rama y uno a uno", explica Aida, que subraya que no utilizan "ni pesticidas ni herbicidas para favorecer el mantenimiento de la biodiversidad de la zona". La apuesta por el método tradicional va unida al reto de la consecución de un producto exquisito. Por ello, la cosecha se realiza en el mes de octubre, cuando la aceituna aún está verde y conserva todas sus cualidades, para conseguir un AOVE de máxima calidad.
La producción de la firma del Alto Palancia es muy exclusiva, ya que las características de la zona hacen que predomine el minifundio, lo que no permite a Esencia Espadán elaborar grandes cantidades de aceite. Aida y Lucía han apostado por diseñar cuatro formatos para la comercialización de su AOVE de la variedad serrana: garrafa de cinco litros, lata de tres litros, botella de cristal de 500 mililitros y una botella de 100 mililitros, todas con un diseño de envasado que protege de la luz al producto para que conserve mejor sus propiedades.
La comercialización la realizan, en su mayoría, directamente al cliente final, que llega principalmente desde Castellón y Valencia, y mantiene su fidelidad desde la primera cosecha. No obstante, desde la tienda on line les ha llegado alguna que otra demanda desde Sevilla y algunos amigos lo han comprado para llevárselo a Australia y Singapur. La línea de 100 mililitros está destinada, en su mayor parte, al sector turístico y se vende en comercios de Alcossebre, Peníscola o Benicàssim; pero también se personaliza para eventos.
Además, su AOVE es también uno de los ingredientes que utiliza en la cocina uno de los restaurantes con estrella Michelin de la provincia de Castellón, Atalaya, de Alcossebre.
La apuesta de Aida y Lucía por impulsar el desarrollo rural es una de las que mantienen viva a la localidad de Almedíjar, que en los últimos años ha acogido diferentes proyectos culturales, sociales y económicos que han supuesto la consolidación de una tendencia en el crecimiento de la población.