VALÈNCIA. La planta de Almussafes ha conseguido imponerse a la alemana de Saarlouis en la pugna interna que ambas mantenían para lograr la producción de la nueva generación de vehículos eléctricos de Ford. Esta inversión garantiza carga de trabajo para la próxima década y, por ende, la supervivencia de unas instalaciones que en los próximos años dejará de fabricar cuatro de los cinco modelos actuales. Esta asignación era, por tanto, vital para la continuidad de la factoría valenciana más allá de 2025, cuando se producirá el lanzamiento del primer vehículo eléctrico.
La noticia más esperada en Almussafes llega después de meses de intensas negociaciones y una fuerte competencia con la planta alemana que finalmente ha caído del lado valenciano. Ford no ha detallado los nuevos modelos que se ensamblarán en las instalaciones valencianas ni la inversión prevista. Lo que se sabe es que serán coches para la nueva plataforma GE2, cuya primera versión la GE1 se utiliza para el Mustang eléctrico, por lo que todo apunta a que serán modelos de un tamaño grande como puede ser el Explorer o el mismo Mustang.
Una adjudicación que se suma al anuncio de Volkswagen de ubicar en Sagunt su gigafactoría de baterías, lo que erigirá a la Comunitat Valenciana como un polo tractor de la movilidad eléctrica y sostenible. Un reconocimiento a toda una industria que lleva años transformándose y adaptándose a las nuevas demandas del mercado y que permitirá nueva carga de trabajo en los próximos diez años.
"Valencia es la planta seleccionada para producir vehículos basados en la nueva arquitectura EV de Ford para Europa. Esta decisión es un hito fundamental para la planta y para la transformación del negocio de Ford Europa hacia un futuro completamente eléctrico y conectado", destacaba el director de Fabricación de Ford España, Dionisio Campos.
Aunque en la planta ya se respiraba desde hace días un ambiente de optimismo, la confirmación oficial generó alivio tras meses de duro trabajo. La larga espera culminó tras una profunda valoración de los directivos de la multinacional de los planes de ajustes que ambas instalaciones habían presentado a la multinacional acompañadas de planes económicos de los gobiernos de ambos países.
Así lo confirmó en rueda de prensa el presidente de Ford Europa, Stuart Rowley, quien explicó que la elección se había basado en criterios "estratégicos, técnicos y financieros". Para ello, fue necesario remitir el pasado 27 de enero una propuesta de ajustes que permitiera a la planta seguir viva en la competición que Ford inició entre ambas a finales de 2021. Un documento firmado entre UGT y la dirección, y que contempla, entre otras medidas, una contención salarial y flexibilidad laboral en caso de recibir la nueva carga de trabajo. Y este acuerdo ha sido uno de los pilares sobre los que se ha asentado la decisión final.
Asimismo, Rowley destacó que la adjudicación de la fabricación de la nueva arquitectura de vehículos eléctricos servirá para "ayudar a construir un negocio rentable en Europa, así como a asegurar el empleo de alto valor y a aumentar la oferta de producto de Ford en el segmento de los vehículos eléctricos".
Respecto a la situación de Saarlouis, dibujó un horizonte incierto. La fábrica dejará en 2025 de producir el Focus, su único modelo, y, aunque señaló que se ha abierto un proceso para buscarle "nuevas oportunidades", admitió que, en la actualidad, no existe un plan industrial para dicha factoría más allá de esa fecha.
Además, el directivo también incidió en la necesidad de acometer ajustes ante el menor volumen de trabajo. Un "redimensionamiento", al que ya se refirió en mayo en una misiva a la plantilla, que supondrá recortes en la plantilla valenciana dado que la producción de vehículos eléctricos "requiere menos empleados que la fabricación de un modelo al uso", explicó.
Pero, además, hay que tener en cuenta que solo este año 2022, la factoría ha perdido el Mondeo y la producción de la Transit para el mercado europeo. Ya en 2023 y 2024 se despedirá del S-MAX y la Galaxy y la parte de la furgoneta que fabrica para EEUU, por lo que a partir de 2025 solo producirá el Kuga y los nuevos eléctricos. Por ello, se abrirá ahora un nuevo tiempo para los cerca de 6.000 empleados de la fábrica.
De hecho, desde UGT, aunque destacan el "alivio" que ha supuesto la noticia, reconocen que la nueva realidad conllevará "la adecuación de la fábrica y supondrá el inicio de una larga tarea por delante". "No podemos olvidar que en el plazo de poco más de un año fabricaremos únicamente el Kuga, por lo que que, con el acuerdo para la Electrificación como referencia, habrá que negociar cómo y cuándo se lleva a cabo esa transformación, qué volumen de empleo se requerirá en un futuro y de qué manera se redimensionará la plantilla", admiten desde el sindicato mayoritario en la planta.
La decisión de Ford ha estado precedida por un largo proceso de negociación y deliberación. Ya en diciembre de 2021, Ford dejó claro que solo una de ellas recibiría la nueva carga de trabajo y que el 27 de enero era el plazo máximo que daba a las plantas para que le presentaran una oferta de ajustes con la que dirimir la ubicación final. Se ponía la maquinaria en marcha, liderando el proceso en Almussafes UGT. Entonces llegó el primer mazazo.
"Valencia tiene ventajas significativas", señalaba en una carta a la plantilla en diciembre el Comité de Empresa alemán en referencia a los menores costes de personal en Almussafes. Para intentar contrarrestar esa superioridad, decidían aliarse y presentar un plan de recortes que afectaba a los 20.000 empleados de sus tres plantas de Ford en Alemania -dos en Colonia y la que compite con Almussafes. Una estrategia que hizo temblar a la planta valenciana por la diferencia numérica.
Paralelamente, se consiguió cerrar in extremis el 27 de enero un acuerdo entre UGT y los directivos de Ford Europa para seguir compitiendo. Un acuerdo, incluido en el convenio colectivo, que recoge incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025 para la plantilla de la factoría de Almussafes, y retornar al IPC en el año 2026. Una contención salarial que se acompaña de otras medidas de flexibilidad como aumentar en 15 minutos los turnos, trabajar hasta 18 sábados al año o incorporar un turno de noche.
A partir de ese momento, se abrió un periodo de consultas para clarificar cuestiones y detalles ante el silencio alemán, que nunca llegó a hacer públicas sus condiciones. Los gobiernos de España y la Generalitat también se involucraron viajando a EEUU en abril para reunirse con los directivos y forzar la electrificación valenciana. Desde Saarlouis se hizo lo propio. Incluso en las últimas semanas han mantenido encuentros con directivos de Ford, unos movimientos que evidenciaron cierta inquietud entre las filas germanas.
Pero, finalmente, Almussafes ha ganado la batalla. "La excelencia de la planta ha convertido a Ford Almussafes en la factoría más competitiva de Europa y a la Comunitat Valenciana en un espacio seguro para invertir y en referente de la nueva industria de la automoción", subrayaba el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, este miércoles en rueda de prensa. "Somos un territorio amable para la inversión, para los que quieren instalarse en esta tierra y contribuir al progresos de la Comunitat, somos una tierra de ganadores y hoy es día para sentirnos orgullosos de vivir y trabajar en la Comunitat Valenciana", reivindicaba.