MADRID (EFECOM). El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, planteará una subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 5 o 6 % para 2025, lo que lo situaría en torno a los 1.200 euros anuales brutos en catorce pagas.
En una entrevista con EFE a las puertas de la celebración del 44 Congreso Confederal, en el que saldrá elegido para un tercer mandato, Álvarez se muestra satisfecho con lo logrado en estos últimos cuatro años y dispuesto a dar la batalla para seguir mejorando los derechos de los trabajadores.
Para empezar, tratará de presionar al Gobierno para que la subida del SMI sea suficiente y no se aleje demasiado del 60 % del salario medio en España que, usando como referencia los datos de Eurostat, UGT sitúa en los 1.296 euros en 2022.
También seguirá con la lucha para reducir la jornada laboral, toda vez que el camino de la negociación tripartita parece haberse agotado ante el rechazo de la patronal.
Por ello, Álvarez cree que es el momento de darle forma normativa e iniciar una tramitación parlamentaria que calcula que puede extenderse durante ocho meses, lo que lleva al próximo verano.
Pese a la oposición de la CEOE a acordar esta medida, el líder ugetista no da por zanjada la negociación con la patronal, que podría discurrir en paralelo al trámite en las Cortes, de forma que podría sumarse al pacto en los próximos meses.
"No cerramos el debate (...) ni el diálogo, ni la posibilidad de acuerdo con la CEOE. En la tramitación parlamentaria creo que se abre también la oportunidad de poder hacerlo y seguramente que algunos grupos políticos que prefieren votar un acuerdo (...) van a tener la oportunidad de decirle a la CEOE que negocie", reflexiona.
"Vamos a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que se apruebe. Yo creo que se va a aprobar, sinceramente", subraya el secretario general de UGT que, junto a CCOO, ya ha iniciado una ronda de contactos con todos los grupos.
Sobre otro de los temas que el sindicato ha abanderado en los últimos años, la adecuación de la indemnización por despido, donde ha ganado una demanda en Europa, Álvarez se muestra satisfecho de que ya se esté reflejando en sentencias.
"No nos urge" su traslación a la normativa española, porque "lo importante es que se está aplicando en los juzgados", explica, con fallos que ya reconocen indemnizaciones mayores en despidos improcedentes en función de las circunstancias personales del trabajador.
Álvarez confía en que esa "eficacia legal inmediata" animará a Gobierno y patronal a sentarse a negociar para establecer los criterios con los que calcular el coste del despido, acorde a la legislación europea.
También se ha referido a la propuesta esgrimida por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para permitir a personas de baja incorporarse parcialmente a la actividad, es decir, con un "alta gradual".
"Ese tema no está en la mesa. Si ese tema va a la mesa, nosotros nos vamos a levantar", ha asegurado Álvarez tajante.
Ha considerado "inoportuno" el planteamiento de Inclusión, que no responde a razones "facultativas", sino a motivos económicos.
"Ver esto desde una perspectiva económica a mí me parece que está fatal. Verlo como lo ve la CEOE desde una perspectiva relacionada con el absentismo, es inhumano, por no decir que tiene algo o bastante de indecencia", ha dejado claro.
Con todos estos temas por zanjar, y otros tantos que el sindicato quiere abordar, Álvarez afronta ilusionado un más que previsible nuevo mandato.
"Que el sindicalismo continúe, que continúe siendo ese motor de cambios", apunta.
"Yo lo hago con esa voluntad y con ninguna otra, con mucho agradecimiento a mi organización y con la voluntad de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las personas de mi país", resume el líder de UGT, que encadenará 12 años al frente del sindicato.
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