CASTELLÓ. Una de las principales atomizadoras del sector azulejero castellonense, Arcilla Blanca SA (Arciblansa) sigue con paso firme. Así al menos lo indican sus cuentas del pasado 2019, recientemente publicadas, que recogen un ligero descenso en la facturación y algo más sensible en los resultados, pero que siguen mostrando la fortaleza de la compañía alcorense.
La firma cerró el año pasado con unas ventas de 78 millones de euros, dos por debajo del ejercicio anterior. En cuanto a los beneficios, alcanzaron los 5,8 millones, un 12% menores a los de 2018, y notablemente más reducidos que los 10 millones de ganancias netas de 2017.
Las cuentas recogen también el ajuste en la plantilla que la firma se vio obligada a asumir en la primera ola de la pandemia de coronavirus, la pasada primavera, cuando aplicó un Expediente de Regulación Temporal de Empleo para reducir un 30% la jornada de la plantilla, formada a la conclusión de 2019 por 121 personas.
Arciblansa, que además de por la fabricación de pasta blanca ingresa anualmente unos 7 millones de euros por la generación de energía eléctrica con su sistema de cogeneración, ha repartido en los dos últimos ejercicios 5 millones en dividendos. Estos han ido a manos de sus socios, las compañías Painver (vinculada a Torrecid e Inalco), Niumo (ligada a Apavisa y Tecnigrés) y Peronda. Además, casi un 3% de su capital social está en manos de pequeños socios.
No solo el capital social une a Arciblansa con estas firmas. Y es que la atomizadora de l'Alcora materializa parte de su negocio con las compañías propiedad de sus socios. En 2019 las ventas realizadas a las entidades vinculadas fueron de 23,6 millones de euros; asimismo, les compró productos por valor de 6 millones. Un año antes las cifras eran muy similares. Esto quiere decir que más de un tercio de la materia prima que fabrica Arciblansa es consumida por las firmas de sus propietarios para la producción de azulejos y baldosas.
La compañía tiene, además, pendiente de activar una filial en Italia. Se trata de Argilla Bianca SRL, radicada en Sassuolo, y que tiene el mismo objeto social: la fabricación y comercialización de arcilla y otras materias primas para la industria cerámica. Aunque los socios constituyeron la compañía en 2018 con un capital social de 1 millón de euros, a la fecha de formulación de las cuentas de 2019, ya en este año, todavía no la habían activado. "En la fecha de formulación de estas cuentas anuales todavía no se ha ejecutado la inversión en inmovilizado necesaria para el inicio de la actividad", recoge el informe de gestión.