CASTELLÓ. Las obras del colegio Regina Violant han comenzado en Almassora con la instalación de las casetas para los trabajadores, la planificación de tareas sobre el edificio principal y los preparativos para la limpieza de la explanada interior, tal como han indicado esta mañana desde la empresa Añil Servicios, Ingeniería y Obras, que se ha desplazado hasta el recinto de la antigua Garrofera junto a técnicos del Ayuntamiento de Almassora, según han informado este jueves fuentes municipales a través de un comunicado
Las primeras medidas, han indicado fuentes de la empresa, serán la eliminación de los matorrales que han proliferado tras el abandono de la anterior empresa constructora, la reposición de medidas de seguridad y cartelería en el perímetro del recinto para evitar el acceso de personal ajeno a la obra y los trabajos sobre la última planta del edificio tras la entrada de la maquinaria pesada, entre la que figura una grúa de grandes dimensiones.
El acopio de materiales y el cronograma de trabajo supone retomar la obra valorada en 5.321.608,86 euros durante un plazo máximo de 15 meses para convertir en realidad el proyecto diseñado por los técnicos municipales. El abandono por parte de la anterior empresa, además del retraso para toda la comunidad educativa a la espera del colegio nuevo, comporta la revisión de los trabajos ya ejecutados antes de iniciar la nueva construcción.
La alcaldesa de Almassora, Merche Galí, ha señalado el de este jueves “como el que seguro será uno de los días más importantes de esta legislatura porque marca un antes y un después para el alumnado y claustro, y en realidad para todo el vecindario de Almassora, por el sufrimiento acumulado durante tantos años”. La primera edil ha mostrado el optimismo del equipo de gobierno “que se ve materializado en el inicio de las obras una semana después de la firma del acta de replanteo”.
El centro proyectado en el solar que antaño ocupó el campo de fútbol La Garrofera contará con tres líneas educativas formadas por 9 unidades de Infantil, 18 de Primaria y un comedor escolar sobre una superficie construida de 7.127 metros cuadrados. La edificación del Regina Violant pondrá fin a más de una década de actividad en aulas prefabricadas, instalaciones que surgieron como provisionales y que han obligado a la comunidad educativa a estudiar en condiciones de inferioridad respecto a otros centros públicos de la localidad.
También la concejala de Educación de Almassora, Raquel Barberà, se ha felicitado por la reactivación de las obras y ha pedido disculpas de antemano al vecindario del entorno por las molestias que puedan causar los trabajos durante más de un año. No obstante, ha señalado que la apertura del colegio supondrá un revulsivo para la zona, que recibirá cada día a centenares de pequeños una vez que esté en marcha el centro.