CASTELLÓ. Las nuevas medidas anunciadas este viernes por el president de la Generalitat, Ximo Puig, en las que se vuelve a dar un giro de tuerca a las restricciones a la hostelería, han caído como un verdadero jarro de agua fría en un sector ya de por sí fuertemente castigado por los efectos de la pandemia y que ven cómo las medidas puestas en marcha afectarán de modo muy negativo a la actividad de cafeterías, bares y restaurantes de toda la Comunitat Valenciana.
El presidente de la Asociación Hostelera de Castellón, Álvaro Amores, ha puesto de manifiesto su total rechazo a estas contundentes restricciones y ha señalado que "ha llegado el momento de levantar la voz, ya que la hostelería española no es responsable de los serios problemas de salud pública que la covid-19 está causando".
Para el representante de los hosteleros castellonenses es significativo lo que está ocurriendo, por ejemplo, en Cataluña, "donde la hostelería lleva dos semanas cerrada y los contagios no hacen sino crecer día tras día". Amores entiende que en estos momentos "se está criminalizando a un sector que si algo ha hecho hasta el momento es fomentar el crecimiento de la economía nacional y respetar la normativa sanitaria vigente".
El presidente de Ashocas advierte, por último, que "cerrar la hostelería, como se está haciendo en otras comunidades autónomas puede provocar efectos demoledores para la economía española y el bienestar social", según sentencia Amores.