CASTELLÓN. Tras "años intentándolo", por fin, el arte de calle cuenta con una asociación estatal que "la proteja y respalde" entre el resto de disciplinas culturales. PATEA, que empezó a gestarse hace dos años de la mano de los principales actores locales y nacionales, aspira -entra tantos objetivos- a su mayor profesionalización. Para ello, desde este lunes y hasta el miércoles, se ha acogido el I Congreso Estatal de Artes de Calle en Vila-real, "ciudad puntera" en la representación de este tipo de espectáculos. Así mismo, la cita -divida en tres jornadas- ha contado con cerca de 40 socios de hasta diez autonomías. Con mucho por ganar, los artistas reunidos buscaban avanzar casillas a través de acciones inmediatas. La mirada al futuro para paliar las carencias actuales han sido pues las máximas de su encuentro que concluyó ayer con una asamblea.
Presidido por el actor Tomás Ibáñez -fundador de la veterana compañía Visitants-, el congreso ha contado con otros profesionales locales como Pau Ayet, director del Fitcarrer de Vila-real; Domingo Martínez, la actriz Pepa Cases, las compañía Xarxa Teatre, La Troupe Malabo o La Fam. Por otro lado, desde el marco estatal, se han desplazado las compañías Alicia Soto-Hojarasca, de Valladolid; Asaco Producciones, de Extremadura; La Tal desde Cataluña; o el Festival Gaire de Teruel, entre otros. "Con una numerosa cantidad de agrupaciones locales y profesionales inigualable, queremos que desde Vila-real se siga marcando la pauta del futuro del teatro", ha manifestado, por su parte, el regidor de Cultura de la localidad, Eduardo Pérez. Ante ello, aquí los principales retos a los que aspira el sector:
La principal solución que proponen los diferentes profesionales para empoderar el arte fuera de los teatros, pasa por la visibilización. Hacen falta acciones reales que ayuden a "generar más músculo", tal y como ha señalado Pau Ayet. ¿Y cómo hacerlo? Primero habría que dejar de vincular dicha disciplina no tanto a "una acción de ocio", sino que requiere anunciarse como "una opción artística más". A falta de conocerse más detalles, el director de Fitcarrer ha avanzado que se han abierto diferentes líneas de comunicación, "en todos los ámbitos posibles", para darse a conocer de forma apropiada.
Si bien el arte de calle es una tendencia al alza, en parte por sus posibilidades económicas y escénicas, son pocos los profesionales que parten de una base profesional para ejecutarlos. Es por ello que PATEA reclama más formación en los artistas, porque en algunas ocasiones "queda ausente". "Este tipo de representaciones son una opción laboral muy importante -más en Vila-real-, por el tejido tan amplio que abordan. De hecho, sin menospreciar el resto de disciplinas, es además uno de los nichos más poderosos ahora mismo porque existe una demanda real de artistas a los que, al final, nos toca formar nosotros mismos", explica Ayet.
Ocurría con la danza, entre aquella que venía de las escuelas y la que emergía de los barrios más austeros; la etiqueta de 'calle' puede hacernos asociar determinada acción en la baja calidad, en espectáculos más rudimentarios o carentes de experiencia. "Desde siempre se nos ha visto como callejeros", destaca el propio artista. Sin embargo, el street art se remonta en todas sus vertientes a hace décadas. De este modo, dar a conocer su historia, su línea teórica y su vínculo con la sociedad, es otra de las premisas que se marca la recién estrenada asociación. "La gente no viene al teatro a vernos, nosotros vamos a verlos a ellos. Esto da un plus a nuestro espectáculo, por eso queremos que se conozca de dónde venimos para entender nuestro papel en la sociedad", concluyen los miembros.