CASTELLÓ. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) avanza con celeridad para que la estación de Castelló esté en disposición de subirse al AVE a partir del 4 de octubre. Al menos, para que el operador, Renfe, cuente con la infraestructura adecuada para ello. Las obras de instalación del tercer hilo para la segunda vía, con una inversión de 9,8 millones de euros, se desarrollan según la planificación marcada.
Con jornadas diarias de 12 horas, la mayoría de noche para evitar una afección sobre el servicio de Cercanías o Regionales, la adaptación al doble ancho de vía va tomando forma de manera progresiva. Algunas cifras del proyecto evidencian su notable complejidad: 15 aparatos de vía (o intercambiadores de ancho), 10.260 bloques de traviesas para el ancho mixto, 7.418 metros de nuevo carril, 2.947 traviesas en la cabecera sur y 854 metros cúbicos de capa de hormigón.
La dificultad de la actuación se resume en la ardua logística para sustituir las traviesas originales, inaprovechables con vistas a habilitar el tercer carril. No solo se trata de arrancarlas de base. Como explican fuentes de Adif, resulta imperativo acometer un farragoso proceso, que va desde configurar un nuevo lecho hasta equilibrar hasta el más mínimo parámetro, de manera que no exista desnivel alguno al objeto de facilitar la disposición de los raíles.
El objetivo final estriba en que el Corredor Mediterráneo prospere conforme lo planificado. Dicho de otra manera, que la estación de Castelló tenga la infraestructura para que Renfe valore a partir de octubre la posibilidad de que el AVE llegue hasta la capital de La Plana. Una vez Adif entregue la obra, será ya responsabilidad del operador facilitar o no la puesta en servicio de la Alta Velocidad, una de las pretéritas reivindicaciones de los distintos sectores económicos, empresariales y sociales de la provincia.