el presidente 'popular' asegura que "nadie lo ha solicitado en las juntas directivas"

Barrachina se siente arropado por la militancia del PPCS y descarta adelantar el congreso provincial

17/12/2019 - 

CASTELLÓ. Miguel Barrachina se siente arropado por la militancia del PPCS y descarta un adelanto del congreso provincial, previsto para la primavera de 2021. A diferencia de lo que ocurre en Valencia y Alicante, donde unas gestoras guían internamente al partido, Castellón cuenta con un comité ejecutivo y junta directiva avalados por el 98% de los afiliados, según recuerda el líder popular. En virtud de ello, y teniendo en cuenta que la última cita para renovar los cargos de los órganos de dirección se celebró en 2017, el barón segorbino considera innecesario modificar la hoja de ruta estatutaria.

Además, como puntualiza, "nadie ha pedido un congreso en Castellón", vía que el reglamento contempla para adelantar los plazos (un cónclave cada cuatro años).  "A pesar de que hemos celebrado tres juntas directivas, algunas ampliadas a los 300 que suponen todos los presidentes locales, no lo ha pedido nadie", insiste.

Barrachina, discutido por sus críticos en verano, pero reforzado tras los resultados del 10N, recuerda que la celebración de cualquier asamblea requiere, primero, de la autorización de Génova. "Y el presidente nacional [Pablo Casado] ha dicho que no va a haber ningún congreso provincial", subraya.

El futuro dirá

El dirigente popular reitera que no es el momento de abrir un debate sobre su continuidad, "porque siempre me he sentido respaldado por el 98% de los militantes. Cuando digan otra cosa libremente, somos un partido democrático que hace procesos asamblearios", en referencia a un hipotético congreso en el futuro si su liderazgo estuviera en entredicho, algo que entiende no se vislumbra. Al menos, a medio plazo.

Quizás lo que acontezca en Valencia y Alicante a principios de 2020 tenga posteriores consecuencias en Castellón. La presidenta regional, Isabel Bonig, pretende regularizar la situación en ambas provincias, en las que se hace imperativo elegir nuevos líderes para evitar que las distintas corrientes alimenten la división por sus disputas sobre el control del partido.

En ese ejercicio de concordia resulta evidente que Madrid tendrá mucho que decir. Casado, de puertas adentro, persiste en su idea de supervisar las comunidades menos afines y la valenciana es una de ellas. 


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