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el alcalde de vila-real señala que la pandemia "nos obligará a reinventarnos de nuevo"

Benlloch: "Esta crisis es una tremenda helada, como las que ya asolaron Vila-real, y logró salir"

"No haré lo que hacen esos alcaldes que solo dicen lo que la gente quiere oír, porque caen en una irresponsabilidad"

6/04/2020 - 

VILA-REAL. El alcalde de Vila-real, José Benlloch, fue testigo directo del primer contagio de coronavirus en la Comunitat Valenciana, ocurrido en el Hospital de la Plana. Desde entonces, todos los recursos municipales están dirigidos a combatir un "enemigo invisible que lo ha trastocado todo" y que obligará a "apostar por la innovación y la reinvención". Es optimista y está seguro que "saldremos de esta", aunque mantiene que ahora la prioridad es asistir a la población más vulnerable en tanto muestra su rechazo a ofrecer ayudas directas a sectores damnificados. "Los recursos municipales están para lo que están, en ayudar a toda la ciudadanía y no caeré en la responsabilidad de decir solo lo que la gente quiere escuchar. Es una irresponsabilidad, porque corresponde a otras Administraciones, que tienen los recursos para ello".

-Vila-real vive unos tiempos inéditos, ¿qué hacerse desde el Ayuntamiento para atenuar los efectos de una pandemia como esta?
Desde el ámbito municipal, somos una Administración pública que tenemos recursos limitados. Nuestra mayor dedicación es seguir ofreciendo servicios a la ciudadanía en multitud de áreas diarias que repercuten en mayor o menor medida en la calidad de vida de la gente. Sin duda, ahora tenemos que estar a la altura en un momento que es inédito para todos, siempre a lo que se ordene y aconseje desde el mando único constituido tras decretarse el estado de alarma.

-¿Esta crisis nos ha pillado a todos con el pie cambiado? ¿Estábamos realmente preparados para esto?
Nunca podemos estar preparados para cosas que no se conocen. Lo que es evidente que el problema de las plagas, las epidemias, las cuestiones que tienen que ver con la salud pública, han sido en la historia de la humanidad todo un hándicap para todas las sociedades. Recordaba el otro día como, aquí en Vila-real, en 1918, la gripe española se llevó por delante a un porcentaje de la población muy alto –un centenar de personas-. Fue una enfermedad que desbordó los cementerios en esta provincia, que entonces tenía una población de 330.000 habitantes. Fueron 68.000 las personas que enfermaron y 2.000 personas las que fallecieron, prácticamente de golpe. También hemos sufrido en nuestra historia la peste negra durante la Edad Media, otras gripes que han generado muchísimo dolor y problemas. Lo que pasa es que ahora tenemos una tremenda oportunidad para canalizar nuestra calidad de vida, como son las nuevas tecnología, los nuevos medios de transporte, en definitiva, la globalización que nos tiene unidos de manera permanente y hace posible que cada vez haya menos fronteras en cuanto a los negocios, el contacto de la gente procedente de diversos puntos del planeta, por extensión la generalización de las relaciones humanas y la circulación. Si todo esto es muy positivo, en cuanto que genera oportunidades, interculturalidad, de generar convivencia… por otro lado, es muy complicado para la salud pública.

De esto se ha hablado muchas veces, cuando ocurrió la gripe aviar, la peste porcina o el ébola… entonces también se generó un intenso debate, pero la naturaleza siempre sorprende y en estos momentos tenemos un virus que es tremendamente contagioso, que se desconoce muchísimo de él, que se comporta de manera distinta en cada zona y en cada clima. Todo eso se podrá saber cuando pase bastante tiempo y se conozcan los estudios que nos permitan saber más de este brote epidemiológico tras los análisis correspondientes. Entonces podremos averiguar muchas de estas cosas. Este es el gran problema, no hay vacuna, no hay medicamentos acreditados científicamente que nos ayuden a luchar contra esto… Decir que este asunto nos ha pillado con el pie cambiado... no sé quién podría prever algo así, y sobre todo quién podría dar respuesta a una situación como la actual, que ha llegado a paralizar los países, la producción, la economía, el cierre de fronteras… nadie está preparado para esta situación.

Foto: TONI LOSAS

-¿Cuáles son las prioridades ahora para el Ayuntamiento que preside?.
Hay varios ámbitos que hemos tenido que trabajar desde el primer día. Somos un ayuntamiento que nos adelantamos bastante a la situación dado que se dio el primer caso acreditado de coronavirus en la Comunitat Valenciana en el Hospital de la Plana. Mirábamos a China y a Italia, pero me consta que las autoridades autonómicas y nacionales empezaban a pensar que se podía producir un problema. Y nosotros aquí compramos material para nuestros servicios públicos… mascarillas para la Policía, soluciones hidroalcohólicas, pusimos normas… todo cambió cuando se instauró el estado de alarma, porque es el momento en el que tienes que tomar una serie de decisiones que, repito, no las puedes tomar como te dé la gana, porque en estos momentos, porque hemos visto cómo hay autoridades locales, incluso autonómicas y nacionales, diría yo, en este país, en cuanto a la necesidad de mantener una dirección única y de cumplir órdenes. Estamos, como dicen los militares, en una guerra contra un virus. Hasta ahora lo hemos pasado mal, con guerras mundiales, conflictos que ya conocemos, y ahora estamos todos unidos luchando contra algo invisible que conocemos muy poco y es tremendamente dañino, que cuando entra en un sitio se contagia de una manera muy rápida. Y contra eso, y por la vida que llevamos normalmente, de vivir en la calle, de grandes aglomeraciones, de tocarnos, de saludarnos… pues veo que España está más expuesta en este sentido.

También somos el segundo país con mayor esperanza de vida, por lo que existe mucha gente mayor. Todo eso está generando que este problema se cebe de manera especial hacia esta población dejando tras de sí mucho dolor con la muerte de aquellas personas a las que más debemos lo que somos, que son nuestros abuelos y abuelas, nuestros padres y madres.

Dicho todo esto, lo principal es dar respuesta a esa colaboración que se nos está planteando desde el Gobierno de España y la Comunitat, que son los que tienen la capacidad de decisión.

Dentro de lo que cada uno podemos aportar, desde nuestra capacidad innovadora, que debe ser mayor que nunca, cuando hablamos de Vila-real como ciudad de la ciencia y la innovación, pienso mucho en eso durante estos días. Hay que reinventarse en estos momentos de crisis. Estamos trabajando ya en eso. Hay que reinventarse para después de esta crisis sanitaria. Ahora lo importante es garantizar el confinamiento de la gente, porque es la única solución que tenemos en estos momentos que nos va a dar respuesta, como está pasando en Italia o ha pasado en China. Dadas las particularidades del virus, mientras menos contacto tengamos entre nosotros, menor propagación.

El Hospital de la plana cumplirá este año su veinte aniversario. Íbamos a celebrar un acto de homenaje, pero ahora el mayor tributo que podemos hacerle es darle la medalla de oro de la ciudad. 

Desde el principio hemos concienciado a la población con nuestra policía, funcionarios… y al mismo tiempo ayudar a nuestro Hospital de la Plana, que tenemos la suerte de tener en nuestra ciudad y que cumple su 20 aniversario este año. Íbamos a hacerle un homenaje, pero el homenaje será mayor con la Medalla de Oro de la ciudad. Es justo de reconocer y por eso lo plantearé. Desde el principio estamos ofreciendo material de protección a los sanitarios, a través de nuestras empresas cerámicas y químicas, a las que les pedimos colaboración cuando más dificultades tenía con el material. Nuestros funcionarios montaron vallas, prestamos carpas para montar las urgencias diferenciadas… la preparación del Centro de Tecnificación Deportiva para enfermos leves con 40 habitaciones. Esa ha sido la prioridad máxima, para ayudar en el cumplimiento del confinamiento, para lo que debo agradecer la labor del Ejército, que se ha volcado en Vila-real en dar seguridad a nuestros campos, masets y zonas industriales y nos ha permitido dedicarnos a otras muchas cosas.

Confinamiento y salud han sido nuestras prioridades. Pero no nos hemos olvidado del día a día de la ciudad. El Ayuntamiento continúa trabajando. Cerramos las puertas a la atención al público por seguridad de la gente y de nuestros funcionarios. Fuimos los primeros eh habilitar líneas telefónicas para atender a los vecinos y, de manera paralela, hemos elaborado toda una red de asistencia social para las personas y familias más vulnerables con nuestro modelo de alianza con la sociedad civil del que nos mostramos especialmente orgullosos. En este momento se ve lo útil que ha sido todo esto, como sucede con la fundación Manantial, Cruz Roja, la Asociación de Lucha contra el Cáncer, la Fundación Caixa Rural de Vila-real… o Protección Civil, que es el encargado de acercar las medicinas a enfermos crónicos y así no tengan que desplazarse. Son solo algunos ejemplos, pero podría decir muchísimos más en lo que concierne a servicios sociales, tanto en cubrir necesidades que ya se venían dando como en otras nuevas, como es atender en todo lo que necesite la gente más mayor.

También hemos creado un registro de voluntarios que nos va muy bien. Lo importante es que nadie se quede tirado en esta situación y las capas más vulnerables estén atendidas.

Cualquiera que quiera dar una solución a través de ayudas directas a una situación que nos está generando mucho estrés -esos alcaldes que dicen solo lo que la gente quiere oír- caen en irresponsabilidad.

-La economía local afronta un escenario hasta ahora de dimensiones aún desconocidas, pero que se prevé muy grave. ¿Tiene el Ayuntamiento recursos materiales y humanos para aliviar la situación?
No. Cualquiera que quiera dar una solución de esta naturaleza a una situación que nos está generando mucho estrés -esos alcaldes que dicen lo que la gente quiere oír- caen en irresponsabilidad. Hay alcaldes que anuncian ayudas que no se corresponden con la realidad. Cuando los vecinos de una localidad ven que un ayuntamiento determinado dará unas ayudas determinadas, se pregunta ¿y por qué mi alcalde no? Aquí no vamos a articular ningún sistema de ayudas en estos momentos porque, en primer lugar, podemos generar con esa decisión muchísima injusticia. Repartir 200 euros a cada comerciante o autónomo que haya cerrado sin saber qué patrimonio ni nivel de vida tiene… Porque habrá autónomos y autónomos. Así, por tanto, desde la Administración pública que puede ser útil para todos, que vienen de los impuestos de todos los ciudadanos, que pueden ir para mejorar las calles, los jardines, los colegios y tantísimas cosas que vamos a necesitar, de ayuda a las familias con más dificultades, de atender a tantas cosas que tendremos que atender, me parece, bajo mi punto de vista, una irresponsabilidad, generar esas expectativas sin ningún tipo de límite. Yo no sé dónde está la legalidad de una subvención sin ningún criterio. A todo el que cierre, 600 euros. Y dos cientos euros qué soluciona a un autónomo, porque no le da ni para pagar la cuota mensual.

El Gobierno de España está articulando muchísimas ayudas, que es quien puede hacerlo, como le pasa a la Comunitat a través de ayudas con la compra de deuda pública, que es lo que ha hecho la Unión Europea y tendrá que hacerlo de manera escalonada porque el dinero no lo teníamos para hacer frente a todo esto en España.

¿Nosotros, los ayuntamientos, nos vamos a meter en algo que no vamos a solucionar nada, que vamos a generar unas expectativas de dedicar energías que podemos dirigir a otras cosas? El Ayuntamiento no lo hará. Otra cosa es que tomemos medidas como aplazar pagos de tasas y tributos, porque hay que ser sensibles con la situación, pero esto no quiere decir que se eliminen. Alargar los plazos, sí. La línea que tenemos es que, cuando pase esto, veremos qué servicios públicos, a toda la ciudadanía, podemos prestar y, después, ver en qué podemos ayudar a los sectores damnificados por esta situación.

No hay que contar películas a la gente, tendremos dificultades, pero estoy convencido de que con nuestra capacidad de reinvención saldremos de esta situación

-¿Ha llegado esta crisis en el peor momento por el elevado estrés en las cuentas municipales?.
Llevo ocho años de alcalde. Llegué en una situación durísima con una crisis que arrastrábamos desde 2008, con el peor endeudamiento de la historia de Vila-real, facturas por todos los lados sin pagar, deudas por el empastre urbanístico anterior. Y no hemos dejado de pagar todo eso. En los últimos dos o tres años teníamos una gran ilusión en la ciudad, que durante 12 o 13 meses consecutivos era el municipio de más de 50.000 habitantes con menos paro de la Comunitat, muchísimas inversiones industriales, del sector del ocio, diversificación económica en la ciudad… asistencia social con un modelo determinado. Cuando veíamos la luz del túnel y había ilusión en la ciudad, con muchos proyectos, viene un enemigo invisible y nos pone todo patas arriba. Evidentemente, no lo vamos a pasar bien. No hay que contar películas a la gente, tendremos dificultades, pero estoy convencido de que con nuestra capacidad de reinvención saldremos de esta situación, que no solo nos afecta a nosotros, que afecta de manera global, afecta a todo el mundo, algo que ni siquiera ocurrió con las guerras mundiales. Creo que tiene que haber, por primera vez en la historia, un sentido de gobernanza global, y sé que se va a hacer, a través del G-20 y otros organismo para redefinir nuestra vida y reflotar la economía.

Tiene que haber un gran plan Marshall internacional y como tras la crisis todo valdrá menos, seguramente es una buena ocasión para reinvertir e ir juntos en un crecimiento económico que, estoy seguro, luego se planteará.

Pero lo anterior no quiere decir que no vayamos a tener problemas y distorsiones porque reinventarse, todo cambio, genera resistencias, problemas y necesidad de adaptación.

Debo pensar que, a mis 45 años, he disfrutado de una calidad de vida, con libertad, y tal vez no valorábamos eso lo suficientemente y ya nos lo contaban nuestros abuelos de Vila-real: no habéis pasado las heladas. Pues esto es una tremenda helada. En los cincuenta y sesenta el único medio en nuestra ciudad murió, que eran los naranjos. Los agricultores se reinventaron, volvieron a plantar, todo se regeneró y se abrió paso también a la industria cerámica, hoy líder mundial.

No tengo miedo al futuro, soy muy optimista, pero creo que a la gente no hay que decirle solo lo que quiere oír y ya está. Los ciudadanos son tremendamente inteligentes para saber que esto lo ha trastocado todo.

Foto: TONI LOSAS

-Cómo se está trabajando desde el Ayuntamiento, tanto en el ámbito funcionarial como en el ámbito institucional y político.
En buena medida lo he comentado anteriormente. En el ámbito político, reorganización del gobierno. Nos hemos adaptado a la crisis con creación de áreas y nuevas asignaciones.

La crítica al político es el deporte nacional, pero sé que la ciudadanía de Vila-real con la que estoy en contacto, con empresarios, asociaciones, entidades, residencias de la tercera edad, la gente que trabaja, que se arriesga, que arriman el hombro… esa es la gente que merece la pena. Los demás… son el típico Judas que –yo que tengo esa creencia católica que no escondo– nos enseñó Jesucristo que existe en la vida, y que te demuestra cómo no tienes que ser. Te das cuenta de que a este idiota, que no aporta nada bueno, es al que no hay que hacer caso.

-Dígame cuál es la clave o claves que serán determinantes para salir de la actual situación. La clave?. esto lo cambia todo. Hay que entender que el tren paró y que cuando arranque será difícil. Y por otro lado, innovación al poder, capacidad de reinventarse y tener ilusión y optimismo por el futuro. Toda la humanidad tiene hoy un único enemigo hoy.

La economía es una ficción. El valor de una moneda es el valor que nosotros hemos querido darle. Igual ahora hay que plantearse el valor de las cosas y así podremos salir de esta. Creo que va a haber muchas iniciativas interesantes porque el mundo está patas arriba.

-¿Qué destacaría de esta crisis?, lo mejor y lo peor.
Nada bueno… porque de las crisis no se extrae nunca nada bueno. Eso venía de una reflexión que hacía la gente del siglo XX, cuando la economía se basaba en lo material en lo tangible, en propiedades, manufacturas. Hoy las mayores empresas del mundo son intangibles, generan conocimiento. Cuando ocurrían las guerras, se destruían lo tangible y se volvía a levantar, a reconstruir. Esto ya no tiene ningún sentido, hemos interiorizado en este siglo XXI que la innovación debe estar incluso cuando no hay crisis y la necesidad de reinvención está a la orden del día, la ciencia. No quiero ver nada positivo en esta historia porque el mundo iba en una línea de reinvención sin necesidad de un crack por primera vez en la historia.

Pero lo que no me ha sorprendido ha sido la heroicidad de la gente. Siempre he pensado que el ser humano es bueno por naturaleza, sin colaborar con la tribu, no sabe sobrevivir. Es verdad que hay distorsiones, como digo, pero son las mínimas.

Los gestos de solidaridad que estamos viendo no se hacen por dinero, es imposible, esto demuestra que existe un buenismo generalizado.


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