VALÈNCIA. Año nuevo, vida nueva. Con esa filosofía emprenden una nueva aventura profesional la que fuera directora del Aeropuerto de Castellón (Aerocas) en la pasada legislatura Blanca Marín junto al exdirector general de Urbanismo de la Generalitat Vicente García Nebot. Dos expertos en materia de urbanismo que, tras años de servicio público en el Consell del Botànic, vuelven ahora al sector privado con su propio proyecto empresarial. Se trata de Leckman Urbanistas, una firma dedicada a la consultoría y asesoramiento en materia de proyectos de inversión industriales, residenciales y terciarios, dirigida tanto a corporaciones locales como a empresas. Un camino que para ambos supone volver a sus orígenes y reencontrarse con una de sus pasiones: el urbanismo.
Su objetivo es claro, generar oportunidades y riqueza al territorio valenciano, apoyando e impulsando la implantación de nuevas industrias y, a su vez, dando salida a los miles de metros cuadrados de uso residencial que están parados y que permitirían revertir la actual emergencia habitacional. "Hemos tenido nuestra particular puerta giratoria porque hemos girado tanto que volvemos al inicio en el que estábamos antes de llegar a la Generalitat, el urbanismo, que es lo que nos gusta", bromea García Nebot.
Ambos cuentan con una larga y dilatada trayectoria en este ámbito, además de ser buenos conocedores del territorio valenciano y su idiosincracia. Tanto es así, que fueron figuras clave en el desembarco de grandes proyectos como la gigafactoría de celdas de baterías de Volkswagen en Sagunt. Una experiencia que ahora quieren replicar, impulsando el desembarco de nuevas operativas empresariales e incentivando el desarrollo de vivienda asequible. "Creemos que estamos en un periodo magnífico en la Comunitat Valenciana y tenemos que aprovecharlo. Y, con Leckman Urbanistas, queremos ayudar", puntualiza Marín.
Licenciado en derecho por la Universitat de València, García Nebot es, además, técnico especialista en ordenación del territorio y medio ambiente, y en gestión urbanística y territorio. Tiene, asimismo, un Máster en planificación territorial, medio ambiente y urbanismo. Por su parte, Marín es una profesional con más de 20 años de experiencia en análisis y estudios económicos del planeamiento y gestión urbanística. Es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales con la especialidad de Economía Cuantitativa en la Universidad Autónoma de Madrid.
"En esta etapa volvemos a hacer lo que sabemos hacer: aportar al crecimiento de la actividad económica y al bienestar de la ciudadanía. Buscamos el desarrollo de nuestro territorio desde una orientación y perspectiva productiva, intentando aplicar nuestros conocimientos para la resolución de problemas y dar una respuesta de manera ágil", explican. Ambos expertos son conscientes de que en materia de urbanismo los largos tiempos administrativos ahuyentan la inversión, por lo que parte de su misión es detectar oportunidades y sacarlas en el menor tiempo posible.
De esta forma, Leckman Urbanistas tiene el foco puesto en los segmentos residencial e industrial, tanto para el sector privado como el público para ayuntamientos y diputaciones. Y es que, a lo largo de su trayectoria como funcionario, García Nebot ayudó a configurar lo que hoy en día es el municipio de Onda, convirtiendo a esta localidad castellonense en el templo de la cerámica. "Consiguió darle la vuelta a la situación y captar una inversión que se iba fuera de la zona. Así, ayudó a gestionar de forma directa trece millones de metros cuadrados urbanizados. Eso es muy importante para favorecer y facilitar la preparación de suelo en un corto periodo de tiempo, algo fundamental para generar certidumbre y rentabilidad a la compañías", destaca Marín.
También, ella es buena conocedora de las necesidades de las empresas y de lo que es sacar adelante desarrollos urbanísticos desde el inicio. En su etapa al frente de Aerocas desarrolló toda la zona de actividades complementarias del aeródromo castellonense, una superficie de más de un millón de metros cuadrados, permitiendo el aterrizaje de nuevas empresas y generando un nuevo polo industrial en la provincia.
Por tanto, en esta área su misión será facilitar la llegada de nueva actividad económica en la Comunitat Valenciana desde la prospección y la búsqueda del suelo adecuado para atender las necesidades de los operadores. Y lo harán resucitando y reactivando planes urbanísticos paralizados para aprovechar las superficies disponibles, o pendientes solo de unos pocos trámites, lo que también permitirá agilidad en el proceso, dado que no será ponerlos en carga desde cero.
En residencial, su enfoque está en el aumento de la oferta de alquiler asequible, aprovechando, asimismo, las bolsas de suelo público sin uso, a través de los diferentes instrumentos urbanísticos que hay disponibles. Por un lado, la primera vía es poner en recurrir al Patrimonio Público de Suelo (PPS), es decir, solares en manos de las corporaciones locales y que no salen al mercado. Su fórmula predilecta es la cesión del derecho de superficie mediante concursos. Esta modalidad, a la que han recurrido muchas administraciones como la Generalitat Valenciana y que ahora explora el Ayuntamiento de València, conlleva que las empresas privadas construyan en superficies públicas un edificio y lo exploten durante un periodo de tiempo determinado, generalmente de 50 a 70 años. Una vez finalizado ese plazo, los inmuebles pasan a ser gestionados por la Administración, que en todo momento es propietaria de los activos.
Otra vía es la edificación forzosa a través del agente edificador. Se trata de una figura, que recoge la LOTUP, y cuya misión es obligar a la construcción de viviendas en solares privados sin uso durante años, tal como marca la legislación vigente. "Es una medida más antipática, pero hay que explicarla bien. Hay zonas en la Comunitat Valenciana en las que hay una retención especulativa de suelo, que no se vende, pero en donde hay una demanda muy importante. Es cierto que el propietario tiene un derecho, que es el de apropiarse del aspecto lucrativo de esa edificabilidad, pero también tiene un deber que es edificarlo según nuestras normas urbanísticas", detalla la exdirectora de Aerocas.
Sobre esta cuestión, García Nebot apostilla que la propiedad privada tiene, asimismo, una "función social", por lo que con esta herramienta lo que se pretende es movilizar parcelas paralizadas durante años para atender el derecho a la vivienda, "como contempla la Constitución", recuerda. "En nuestras leyes urbanísticas se recoge este deber, pero los ayuntamientos no han actuado bien por desconocimiento o bien por falta de voluntad y ello ha contribuido a beneficiar a la especulación en detrimento de aquellos que necesitan una vivienda", explica.
Por ello, ambos apelan a la pedagogía para explicar este instrumento y hacer entender que es una fórmula más para atender la emergencia habitacional. De hecho, consistorios como el de Sagunt ya la han tomado en consideración y la corporación local ha determinado que obligará a los grandes tenedores a construir vivienda en solares sin edificar.
Finalmente, su tercera fórmula para sacar más stock residencial al mercado valenciano es el fomento de promociones de viviendas en suelos dotacionales, es decir, aquellas que se construyen en terrenos públicos, que no se pueden vender y cuya explotación es transitoria. Estos inmuebles están dirigidos a colectivos en situación de necesidad, como mayores de 65 años o menores de 35 años. Pero, además, ambos expertos impulsan cursos de formación para dar herramientas a los funcionarios en materia de gestión urbanística "Desgraciadamente llevamos cerca de 20 años de 'no urbanismo' y ello ha provocado que mucha gente no esté formada", explica el que fuera director general de esta área en la Generalitat Valenciana.
Una nueva aventura que afrontan con ilusión y mucha pasión, pero, sobre todo, con la convicción de que hay mucho por hacer y pueden contribuir a un cambio que sitúe a la Comunitat como punta de lanza de un nueva forma de hacer las cosas. "Venimos de una etapa en la que el urbanismo estaba ligado al pelotazo. No obstante, ahora vamos hacia un modelo de un urbanismo productivo, en el que consumimos aquello que necesitamos y reactivamos aquello que quedó parado en lugar de seguir buscando nuevos crecimientos", incide García Nebot.
Una filosofía que bebe de la idea de rehabilitar lo que ya hay para ponerlo en marcha, sin desgastar el territorio. "Solo debemos activar aquello que realmente se necesita para dar una respuesta real a la inversión", puntualiza Marín. Pero, además, ambos consideran que hay que mover actividad y desarrollos cuando ya haya un interés real. Solo en ese caso, defienden que hay que actuar con celeridad y "ponerse las pilas" para evitar el mantra de 'vamos a estudiarlo'.
Por el momento, el feedback que han recibido de ayuntamientos y agentes privados es "muy positivo" y sus ideas están teniendo una buena acogida. "Hay que lanzar un mensaje de una manera clara: las empresas buscan suelos, pero no saben dónde invertir. Al final nosotros somos solucionadores de problemas y venimos a ayudar para acelerar la transformación de la Comunitat Valenciana", subrayan.