Fotos: ANTONIO PRADAS
CASTELLÓ. El proyecto de rehabilitación del edificio de Borrull avanza, y lo hace "con normalidad y dentro de los plazos establecidos", apuntan desde la Conselleria de Hacienda, responsable de la obra. Esto es algo totalmente perceptible para cualquiera que se acerque por la céntrica plaza castellonense: de los antiguos juzgados, tan solo queda el esqueleto, apenas cubierto por un velo que difumina su silueta pero permite apreciar el interior.
Poco más de medio año después del inicio de los trabajos, que arrancaron en junio, el proceso de demolición "está prácticamente concluido", señalan las fuentes oficiales. En virtud de estas labores se han derribado todas las paredes y la mayor parte del resto de elementos, hasta el punto de que solo queda la estructura y esta cuenta incluso con un gran agujero en el centro. No en vano, el proyecto recoge cómo un gran patio central lucirá en la futura sede de Servicios Sociales en la provincia.
De esta manera, tan solo queda por demoler "parte del forjado de la planta 1", indican las fuentes. Esto lo han pospuesto los responsables de la obra por razones de seguridad, ya que se acometerá "una vez se refuercen los pilares para evitar que estos pandeen". Con ello, la mayor parte del derribo "ha concluido sin incidentes", indican desde Hacienda.
Así las cosas, el siguiente paso en la rehabilitación del emblemático juzgado de la plaza Borrull será el refuerzo de las estructuras, "para proceder a continuación a la realización del montaje de la fachada y las cubiertas". Es decir, en breve se iniciará la construcción de las futuras dependencias del inmueble. Estos trabajos comprenden asimismo "la compartimentación y desarrollo de todas las instalaciones que integran el edificio", labores que se acometerán "en los próximos meses", indican desde la conselleria.
Así las cosas, la preparación de la obra y la demolición de los elementos sobrantes ha consumido prácticamente un tercio del plazo previsto para la reforma, a priori de 22 meses. Para los trabajos de construcción restan así alrededor de otros 15. Y es en estos donde se producirá la certificación de la mayor parte de la misma.
No en vano, hasta el momento se han certificado 1,15 millones de euros de los 14,5 de presupuesto total. Lo certificado hasta ahora corresponde fundamentalmente a tareas de derribo y la gestión de residuos; además de a la seguridad y salud, el control de calidad y el refuerzo de la estructura. Estas actuaciones son las que menos coste suponen en el global de la reforma. Con ello, los responsables de los trabajos esperan que el volumen de certificación se eleve considerablemente en la segunda fase a punto de arrancar, en la que se va a proceder al desarrollo de la nueva planta del edificio.
En lo que respecta a lo ya realizado, con el derribo se ha acometido el grueso de la gestión de residuos, como es lógico. Así, por el momento los responsables del Grupo Ortiz, encargado de la rehabilitación, han gestionado 10.865 metros cúbicos de escombros, que han llenado 2.173 contenedores ordinarios, aunque en la obra se están utilizando contenedores de mayor tamaño para agilizar y facilitar los trabajos.
Con todo ello, los trabajos de una de las obras civiles de mayor calado en la provincia siguen adelante y está previsto que culminen en la primavera de 2023.