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Bruselas obvia la importación de mandarinas sudafricanas en el impacto a los cítricos autóctonos

17/03/2020 - 

CASTELLÓ. La Comisión Europea vuelve a insistir en que el envío de cítricos sudafricanos no afecta a la producción local. En una respuesta escrita a la europarlamentaria valenciana Inmaculada Rodríguez-Piñero fechada a principios del pasado mes de febrero, el comisario europeo de Comercio, Phil Hogan, señala que, aunque para la UE, "Sudáfrica es la mayor fuente de importaciones de naranjas, la mayor parte de estas se producen fuera de la temporada de cosecha de la UE". 

Es decir, a pesar de que reconoce que la mayor parte de las naranjas que llegan al Viejo Continente proceden de Sudáfrica, Hogan quita hierro a estos envíos porque se producen "del 1 de junio al 15 de octubre", cuando la producción valenciana (y del resto de España y Europa) es mínima. Asimismo, Hogan resalta que las importaciones en el período en que se amplió en 2016 la reducción arancelaria progresiva hasta la total desaparición de los mismos, "del 16 de octubre al 30 de noviembre, siguen siendo muy limitadas y han ido disminuyendo".

En la respuesta escrita a la eurodiputada socialista, de tan solo tres párrafos, Hogan quiere desmentir así el impacto que tiene la llegada de cítricos sudafricanos en la producción local, a pesar de que las importaciones son cada vez mayores y los envíos españoles van a la baja. Y es que la respuesta de Hogan se centra en un periodo muy concreto, en esos 45 días de ampliación del periodo de reducción de aranceles, y tan solo tiene en cuenta las naranjas dulces. 

El gabinete del comisario europeo de Comercio obvia, por tanto, la llegada de clementinas y mandarinas, un aspecto en el que Sudáfrica incide cada vez más. Asimismo, estos pequeños cítricos tardíos sudafricanos colisionan con las variedades tempranas valencianas, lo que provoca la caída de las cotizaciones del inicio de la campaña local, algo que después es muy difícil de recuperar. 

Incremento de mandarinas

En este sentido, según las estadísticas de Datacomex, la fuente de la Secretaría de Estado de Comercio Exterior, entre septiembre y diciembre del año pasado llegaron a Europa más de 47.700 toneladas de mandarinas tardías sudafricanas, lo que supone un incremento de casi el 50% frente a las más de 32.000 del año anterior. Y ello por no hablar del incremento respecto a solo cinco años antes, cuando la cifra fue de algo más de 21.300 toneladas. 

Desde el sector destacan que un cargamento que llegue a finales de septiembre, el mes en que más fruta envía Sudáfrica a Europa, puede aparecer en los lineales continentales perfectamente a principios de noviembre, cuando ya hay fruta autóctona en perfectas condiciones para ser consumida. Esto se agrava con los envíos de octubre, un mes en el que los exportadores sudafricanos llevan tiempo tratando de incidir

Lejos de analizar estos aspectos, el gabinete de Hogan señala que el envío de naranjas dulces sudafricanas ha bajado, entre el 16 de octubre y el 30 de noviembre, en los tres últimos años. El análisis del comisario europeo de Comercio especifica las toneladas, el aspecto que más cae, pero no el valor de los envíos, que no disminuye tanto, como por otra parte reconoce al apuntar el precio medio por tonelada. Así, señala que la UE "importó 16.850 toneladas de naranjas dulces frescas procedentes de Sudáfrica" en aquel periodo de 2017, en 2018 "tales importaciones disminuyeron un 39% hasta las 10.253 toneladas, y volvieron a disminuir un 26%, hasta las 7.605 toneladas, en 2019". 

Sin mención a las causas

En cuanto a las causas del descenso, ni una explicación. Y es que en la última campaña la caída de producción citrícola también fue importante en Sudáfrica, a lo que se unieron problemas logísticos para la exportación en los puertos, con lo que las empresas avanzaron los envíos para asegurarse las ventas, señalan fuentes del sector. 

Muestra de esto es que, si se analizan los tres meses en que las importaciones sudafricanas de naranjas pueden colisionar con la fruta europea (septiembre, octubre, noviembre y diciembre), los envíos no caen o siguen al alza, en lugar de decrecer como señala Hogan. Así, a pesar del descenso productivo, el pasado 2019 llegaron a Europa más de 276.500 toneladas, casi las mismas que las 284.000 del año anterior. En 2017 la cifra fue de 261.000, y en 2015, solo un lustro antes, fueron 218.000.

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