CASTELLÓ. Sudáfrica centra el crecimiento de sus exportaciones de cítricos en las mandarinas y clementinas e insiste en la tendencia de destinarlas, cada vez más, hacia la recta final de su temporada, lo que las hace colisionar con la fruta valenciana.
En las últimas campañas ya se ha percibido cómo el país sudafricano, el segundo exportador mundial de cítricos según su propia patronal, ha reorientado sus exportaciones de naranjas y clementinas hacia la recta final de su campaña; y en la actual todo parece indicar que vuelve a ser así. De hecho, según las estadísticas europeas de comercio exterior Euroestacom, aunque de enero a septiembre de este año el volumen de cítricos llegados de Sudáfrica a Europa es prácticamente idéntico (586 millones de euros este año por 580 el pasado), en septiembre el incremento ha sido del 38%, al sumar 60 millones de euros y alcanzar sus envíos un valor de 215 millones.
Con ello, más de un tercio de las naranjas y clementinas que Sudáfrica ha remitido a la Unión Europea este año han llegado en septiembre. A falta de disponer de los datos de octubre, las cifras son clarificadoras de las intenciones de los exportadores citrícolas en una campaña donde además han sufrido problemas de producción.
Y es que, en el estudio del cierre de campaña realizado por la Citrus Growers Association (CGA), la patronal sudafricana señala que ha reducido en 150.000 toneladas la exportación de cítricos este año debido a diferentes factores de producción, con lo que las ventas de estas frutas en el extranjero han alcanzado los 1,9 millones de toneladas.
En cambio, los envíos de clementinas y mandarinas han crecido. Especialmente los de mandarinas tardías, que han sumado 45.000 toneladas en dos años hasta alcanzar las 129.000, como destaca el director general de la CGA, Justin Chadwick, en su último informe semanal Desde el escritorio.
Aunque son cifras modestas en comparación con el global, es relevante que, mientras en la campaña que cierran los exportadores sudafricanos haya bajado la producción y exportación de naranjas y pomelos, fundamentalmente por las "condiciones de sequía en las zonas del norte del país", según señala Kerry Mauchline, también de la CGA, y recoge el portal Freshplaza, las mandarinas y clementinas crecen en ambos parámetros.
Y ello se debe al elevado volumen de campos de mandarinas tardías que están plantando en diferentes zonas del país y que van entrando en producción año tras año. Así, el propio Mauchline reconoce: "Aunque la producción de naranja y pomelo ha sufrido, las mandarinas, clementinas y limones han superado la producción del año pasado".
Con todo ello, y a pesar de la caída de las ventas, Sudáfrica "sigue siendo el segundo mayor exportador mundial", tan solo tras España, señala Mauchline. La Oficina de Política Agrícola y Alimentaria sudafricana, en su última perspectiva agrícola para el período 2018 a 2028, difiere de la CGA y señala que también Turquía está por delante de Sudáfrica, que ocuparía así el tercer lugar como exportador mundial. Este organismo gubernamental ofrece otro dato relevante: Una de cada 10 naranjas que se comen en el mundo actualmente proviene de Sudáfrica.
Con la Unión Europea como el principal destino, con un 32% de la fruta, al que se suma el 10% del Reino Unido, este departamento del Gobierno austral apunta además que, dado el crecimiento que está experimentado el cultivo, "es necesario encontrar nuevos mercados donde se espera que aumente la demanda y el poder adquisitivo", lo que apunta directamente a Asia.
A su vez, la patronal de exportadores sudafricana destaca que la citricultura se ha convertido en "una fuente valiosa de ingresos y de empleos", con alrededor de 12.000 trabajos directos. Además, el sector genera 1.350 millones de dólares al país en ingresos por exportaciones, tal y como concluye Mauchline.