VILA-REAL. Caixa Rural Vila-real creció en 2018 un 7,2% si se atiende al balance de la entidad, que alcanzó los 392,5 millones de euros. Así lo ha destacado el presidente de la caja, Enric Portalés, quien, en el año del centenario de la misma, ha querido poner en valor la "importancia fundamental" de las pequeñas entidades de crédito.
De forma previa a la asamblea general de Caixa Rural Vila-real, que se celebra este viernes y que debe votar la aprobación de sus cuentas, Portalés y el director general de la sociedad, Manuel Cubertorer, han realizado un repaso a las cifras de la cooperativa de crédito, que en su opinión dejan a la entidad "en una situación muy favorable de cara al futuro".
Las cifras marcan que, con los "más de 12.000 socios" con que Caixa Rural Vila-real cuenta desde hace años, se ha logrado mejorar también el negocio de balance en un 6,9% hasta los 561 millones de euros. Y todo ello ha redundado en un incremento de los beneficios, que no es la prioridad de las cooperativas de crédito, en un 34%, hasta los 545.000 euros. Este remanente, si así lo aprueba la asamblea general, se destinará en un 60% a reservas (un 10% más de lo estipulado obligatoriamente por ley) y en un 40% a la obra social de la caja, gestionada fundamentalmente a través de su fundación, ha resaltado Portalés.
Y todo ello enmarcado en un incremento muy leve del margen de los intereses que percibe la caja por sus productos frente a los que les cobran las entidades que se los venden, que han crecido en un 0,4% y le ha permitido obtener unos ingresos de 3,88 millones de euros, ha destacado Cubertorer. Además, el director general también ha resaltado que las comisiones que Caixa Rural Vila-real cobra a sus asociados han bajado un 4,8%.
Asimismo, el presidente de la entidad ha señalado que se ha logrado reducir los activos dudosos en un 32%. Esto ha incidido en la caída de la tasa de morosidad en 6,8 puntos porcentuales, ha resaltado. Eso sí, este porcentaje de impagos todavía está fijado en el 12%.
En la asamblea que se celebra este viernes, los asociados también deberán decidir si aceptan el plan de resolución pactado por los responsables de Caixa Rural Vila-real con el grupo en el que se encuentra integrada, Cajamar, para cumplir con las exigencias del Banco Central Europeo para prevenir una hipotética crisis bancaria como la producida en 2008 y que derivó en el rescate de varias entidades y en el proceso de fusión y absorciones que han reducido la cifra de cooperativas de crédito locales.
Este plan marca que todo el grupo "actuaría de forma conjunta" para responder unas cajas por otras con sus activos, "de forma que no peligraría ninguna" y "los socios se verían reforzados", ha señalado Portalés. Dado que, para aprobar este cambio en los estatutos y en el contrato con el grupo cooperativo Cajamar es necesario un quorum de al menos el 10% de los asociados, ya sea de forma presencial o como representados, la asamblea ha sido convocada en los salones Alaska de la localidad.
