CASTELLÓ. La portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castelló, Begoña Carrasco, ha lamentado que la alcaldesa, Amparo Marco, "se pliegue a los intereses de su partido y se desentienda de los menores de Penyeta Roja, uno de los grandes recursos asistenciales con que contaba la ciudad. Tolerar el cierre del centro es un grandísimo error", ha subrayado, que "perjudica al conjunto de los castellonenses, que ven cómo se pierde otro centro para ayudar a los más vulnerables", ha señalado.
Carrasco se ha pronunciado así después de que en la Junta de Portavoces se haya rechazado la Declaración Institucional que el Partido Popular había presentado para solicitar detalles sobre el traslado de los menores del centro socioeducativo de la ciudad, dependiente de la Diputación, en plena pandemia del Covid-19.
Por este motivo, la iniciativa de los populares instaba al Ayuntamiento de Castelló a que trasladara "al Gobierno de la Generalitat Valenciana la solicitud y entrega al Grupo Municipal Popular de una copia íntegra de los expedientes de traslado de los menores del Centro de Recepción de Menores de Penyeta Roja de Castelló al Centro de Recepción de Menores Verge de Lledó de Castelló". Concretamente, se pedía conocer el número de menores trasladados, las edades de los mismos, las fechas en las que se efectuó cada traslado, el destino de cada menor trasladado, los recursos materiales y humanos que se han trasladado desde Penyeta Roja a Verge de Lledó, bajo qué responsabilidad se hizo cada traslado, la copia de los informes técnicos emitidos y la relación de medidas de seguridad adoptadas por parte de la administración provincial y autonómica para garantizar el bienestar y la salud de los menores trasladado en medio de la pandemia de Covid-19 en la ciudad y minimizar los riesgos de contagio en los menores trasladados.
"Queremos saber en qué términos se acordó el traslado de los menores del centro de Penyeta Roja, en un momento en el que la consigna era que todos los ciudadanos tenían que estar confinados en sus casas y aislados, porque estábamos en pleno Estado de Alarma por una epidemia sanitaria. En lugar de protegerlos, la consellera Mónica Oltra, la diputada Patricia Puerta y la alcaldesa de Castelló, los tuvieron paseando por la ciudad de un sitio a otro, lo que nos parece muy grave", ha subrayado Carrasco.
"Una vez más, la izquierda, la que dice que trabaja para cuidar de las personas, impone la ley del silencio para proteger sus intereses partidistas, impidiendo que la ciudadanía conozca la verdad de los hechos, como ya ha ocurrido en otras gravísimas situaciones relacionadas con centros de menores de la Comunitat Valenciana", ha criticado.
Asimismo, la portavoz de los populares ha declarado que "ha quedado patente que las prisas por sacar a los menores de Penyeta Roja era una estratagema política, puesto que la excusa, habilitarlo para convertirlo en un hospital de campaña, no se materializó nunca. No había Plan B ni para crear hospitales ni para velar por los menores".
En este sentido, Carrasco critica que la ciudad pierda "cada día que pasa más y más recursos de apoyo a colectivos vulnerables. Lo vimos con el cierre de la Guardería Infantil Sant Vicent, luego con la Casa Cuna, y ahora con el centro de menores de Penyeta Roja. Tenemos una alcaldesa a la que no le importa que los castellonenses pierdan infraestructuras de ayuda a los que más lo necesitan, alegando a que no son asuntos de su competencia. Pero todo lo que ocurre en la capital de la Plana es su responsabilidad, le guste o no, y en este tema no le hemos oído ni una sola vez alzar la voz para defender que se mantenga este recurso social".
Asimismo, la portavoz del PP recuerda que "a la consellera Mónica Oltra se le acumulan las preguntas, puesto que todavía tiene pendiente de contestar una batería de cuestiones que ya le planteó el Partido Popular antes de la epidemia, así como la solicitud de una visita al centro de menores de Verge de Lledó, que es el recinto en el que teóricamente se va a atender a los menores de Castelló tras el cierre de Penyeta Roja. Más de tres meses después, todavía no hay ni una sola respuesta".
La Mesa de Coordinación entre la Diputación Provincial de Castellón y la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana, de fecha 2 de diciembre de 2019, dispuso que esta última asumía las competencias propias en materia de recepción de niños y niñas de 0 a 12 años, comunicando formalmente a la corporación provincial que a partir del 1 de abril de 2020, con la puesta en marcha del Centro de Recepción de niños y niñas de 0 a 12 años Verge del Lledó, no se derivarían más casos de protección al Centro de Recepción de Menores de Penyeta Roja.
El 25 de febrero de 2020, y mediante comunicado oficial de prensa, la Diputación de Castellón y la Generalitat Valenciana anunciaban públicamente "un nuevo paso para regular por completo el centro de recepción de menores de Penyeta Roja, que pasará a manos de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas a partir del 1 de abril", para resolver lo que calificaron como "una gran irresponsabilidad", según palabras de la vicepresidenta de la Diputación.
En ese mismo comunicado, se informaba de que la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas había remitido ya a la Diputación el oficio que certificaba que el 31 de marzo sería el último día en el que esté operativo el centro de menores de Penyeta Roja, por lo que a partir del 1 de abril será a Generalitat la que se haga cargo a través de las dependencias que tiene en el centro de recepción Verge del Lledó.
El siguiente paso fue llevar el oficio a un pleno extraordinario previsto para el 12 de marzo, que marcaría el inicio de la extinción del centro de menores de Penyeta Roja a partir del 1 de abril.
Con posterioridad, un informe del secretario de Diputación con fecha de 2 de marzo de 2020, dejaba sobre la mesa el decreto para cerrar el centro de recepción de Penyeta Roja. En él, señalaba la necesidad de un informe que certifique las competencias para eliminar este servicio, y planteaba la posible subrogación del personal que lo prestaba.
El 14 de marzo, el Gobierno de España activó el Real Decreto 463/2020 de Estado de Alarma para combatir la pandemia de Covid-19.
Por último, el 20 de marzo de 2020, la Diputación de Castellón emitía un comunicado por el que anunciaba que, junto con la Conselleria Igualdad y Políticas Inclusivas adelantaban los plazos del traslado de los menores de centro de recepción de Penyeta Roja a las instalaciones que la administración autonómica tiene en la capital de la Plana, que debía estar finalizado el miércoles 25 de marzo.
Se alegaba para acelerar el procedimiento, por parte de la vicepresidenta de la institución provincial, que "se trata de una medida necesaria ante la situación de emergencia sanitaria que vive el país por la pandemia del coronavirus y la posibilidad de que la Conselleria de Sanidad requiera las instalaciones de Penyeta Roja para reconvertirla en un hospital provisional", por lo que era "necesario agilizar los plazos".
El traslado se llevó a cabo sin que el centro de acogida Verge de Lledó, en la avenida Hermanos Bou de la capital de la Plana, estuviera preparado para albergar a los niños de 0 a 12 años que hasta ese momento estaban en acogida en Penyeta Roja. Ni se habían adaptado las instalaciones ni se había contratado a más personal para asumir este nuevo cometido, teniendo en cuenta además que el nuevo centro de acogida al que se les confina tutela a unos menores que tienen problemáticas completamente diferentes, ya que se trata de menores extranjeros no acompañados (los denominados MENA), de 16 y 18 años.
Asimismo, el traslado se llevó a cabo en medio de una situación extraordinaria de Estado de Alarma, en medio de una pandemia sanitaria que obligó a las personas a estar confinadas en sus casas. Es decir, que las dos instituciones que eran responsables de velar por el bienestar de todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables, como son los niños, se dedicaron a trasladarlos de un centro a otro, desconociendo por completo cuáles fueron las medidas de seguridad que se adoptaron para garantizar su perfecto estado de salud y minimizar los riesgos de contagio.
El espacio comercial más emblemático de Castelló sopla las velas de sus tres cuartos de siglo desde aquel 21 de diciembre de 1949 en que fue bendecido por el arcipreste Balaguer. Ahora afronta su más importante remodelación, que desde enero de 2026 obligará a un traslado temporal de sus puestos a una carpa en la plaza Santa Clara