CASTELLÓ. La portavoz del del Partido Popular en el Ayuntamiento de Castelló, Begoña Carrasco, acompañada del concejal del PP Juan Carlos Redondo, vecino además de la avenida de Lidón, ha mantenido una reunión con la directora del Colegio Nuestra Señora de la Consolación, la madre Montse Ferrer, en la que también ha participado la presidenta del AMPA, María Alemany. En el encuentro, tanto la dirección como el AMPA le han trasladado a Carrasco las quejas por los problemas diarios debido a la dificultosa accesibilidad al centro educativo que genera la reforma de la avenida de Lidón. Unas obras que prohíben desde ya, y para siempre, la circulación al tráfico rodado.
"La obra innecesaria e inoportuna, de 3,3 millones de euros sin que los castellonenses la hayan pedido, sigue causando problemas a los 1.200 alumnos y al centenar de profesores una semana después de la vuelta al cole. Para acceder al centro hay que sortear aceras levantadas y maquinaria pesada, además de tener que soportar el molesto ruido en las aulas. No es de recibo que en el primer día de clase, el lunes pasado, tuvieran las obras en la puerta y de manera improvisada se corriera para buscar tablones de madera a modo de pasarelas, porque los padres se quejaron", explica Carrasco.
La semana pasada el Partido Popular ya denunció la dificultosa accesibilidad a este colegio "y desde hace un año llevamos advirtiendo lo que al final ha acabado pasando", apunta Carrasco. "Pedimos al equipo de gobierno de PSOE, Compromís y Podemos que muestre empatía con la comunidad educativa, ya que no aprovecharon el verano para adelantar en este tramo, ni han previsto un plan de accesibilidad al colegio cuando planificaron la reforma de la avenida de Lidón, al menos que pongan facilidades a las familias, que atiendan sus llamadas y que demuestren con hechos que están por la accesibilidad", añade.
Para la portavoz popular, esta situación es una consecuencia más de la falta de previsión y de planificación del equipo de gobierno municipal. "Su dejadez al no reaccionar antes, sabiendo que el 12 de septiembre los alumnos volvían a clase, causa indignación. Un malestar que se suma al rechazo mayoritario entre los castellonenses que en sí genera esta reforma", asegura.
