CASTELLÓ. El Plan Municipal de la Infancia y Adolescencia está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. Después de más de 20 años sin contratar a profesionales especializados en la educación de menores, el Ayuntamiento de Castelló impulsa las bases específicas para constituir una bolsa de empleo temporal de pedagogía. Se trata del primer paso para incorporar instructores, en cumplimiento del acuerdo plenario del 31 de mayo de 2018, en el que, además, se iniciaron los trámites para solicitar a Unicef la obtención del Sello de Reconocimiento de Ciudad Amiga de la Infancia.
Aunque inicialmente se incorporará un pedagogo, la pretensión del equipo de gobierno radica en ampliar el número de educadores a medida que el plan vaya adquiriendo dimensión con la implantación de una estrategia enfocada a potenciar las acciones para los niños y niñas, así como su protección.
En este sentido, algunas de las funciones a desempeñar por el profesional serán: apoyo y acompañamiento técnico a los profesionales de los equipos municipales de servicios sociales en temas de menores, asesoramiento técnico en la atención grupal, comunitaria y en los procesos de atención individual y familiar. También, planificación, implementación y evaluación de programas, proyectos y memorias de servicios sociales. Sin olvidar, y quizás como responsabilidad más relevante, el diseño metodológico de la evaluación y seguimiento de los indicadores de los planes municipales de la Infancia y la Adolescencia y de Juventud.
El procedimiento de selección se ajustará al sistema de concurso y los interesados deberán completar el formulario que aparece en la web municipal. Además de valorar la experiencia, el tribunal constituido sumará los méritos.
El proyecto surge ante la necesidad de coordinar las actividades dirigidas a la infancia y adolescencia de la ciudad desde diferentes ámbitos y concejalías, como Bienestar Social, Educación, Juventud o Igualdad.
En 2004 se puso en marcha el Negociado de Familia e Infancia. Ese proceso de evolución para mejorar la calidad de vida y garantizar los derechos de los menores derivó en un plan local con el doble objetivo de integrar su perspectiva, teniendo en cuenta sus necesidades y propuestas, y de mejorar la coordinación del trabajo que se realiza en el Ayuntamiento a través los diversos departamentos, asociaciones y personal experto implicado en promover sus derechos.
En esta coyuntura, el entonces bipartito promovió en 2017 un proceso participativo bajo la premisa fundamental de incorporar las opiniones de niños, niñas y adolescentes en las fases de elaboración del plan, garantizando un enfoque basado en el respeto a sus derechos.
A partir de ese momento, el Ayuntamiento de Castelló activó la cuenta atrás para elaborar el Plan Municipal de la Infancia y Adolescencia, que consta de ocho líneas estratégicas, 16 retos, 26 objetivos y 36 medidas, de las cuales 20 corresponden a propuestas de menores.
La duración del programa municipal, igualmente orientado a familias, asociaciones y personal técnico, oscila entre los cuatro y cinco años a partir de la incorporación del pedagogo como coordinador. Los principios transversales marcarán el desarrollo de las líneas de actuación, según recoge el dossier del plan, que insiste en lo imperativo de caminar hacia una metrópoli que apueste por los derechos de los más jóvenes. No en vano, está recogido como compromiso en el Acord de Fadrell, cuyos principales ejes inciden en la sostenibilidad, eficiencia energética, las políticas sociales, prosperidad, educación y respeto.
Estos restos exigen de un esfuerzo inversor del tripartito, de ahí que la progresión financiera, tomando como referencia el anterior mandato, apunte hacia unos presupuestos cercanos a los 190 millones de euros para 2020. Al menos, desde 2015 las cuentas municipales no han dejado de crecer, pasando de 159 millones de euros en 2016 a 181,1 millones en 2019.