Transición Ecológica y FACSA realizan una reunión de seguimiento del proyecto  

Castelló avanza en la detección temprana de la covid-19 a través del análisis de aguas residuales

6/08/2020 - 

CASTELLÓ. El concejal de Transición Ecológica del Ayuntamiento de Castelló, Fernando Navarro, ha mantenido esta semana una reunión con la empresa concesionaria de la gestión del agua (Facsa) para hacer un seguimiento del análisis que llevan a cabo en las aguas residuales para detectar restos genéticos de la covid-19. Un proyecto con el que se avanza en la detección temprana ante posibles rebrotes.

El concejal de Transición Ecológica, Fernando Navarro, ha destacado que "la pandemia de la covid-19 es un reto para la sociedad y todas las instituciones hemos de hacer un esfuerzo para avanzar en innovación. En este sentido, el estudio que lleva a cabo Facsa es muy importante para anticiparnos a posibles rebrotes, y desde el Ayuntamiento ponemos nuestra infraestructura y trabajo en este servicio para que la ciudadanía tenga la seguridad en estos meses en los que habrá que convivir con el virus".

Por su parte, Luis Basiero, director del Área de Saneamiento y Depuración, ha afirmado que el principal objetivo del proyecto COVID WATER "no es otro que poner a disposición de la sociedad una innovadora herramienta de lucha contra la pandemia de la Covid-19", a través de, según ha concluido, "la obtención y análisis de datos que permitan, junto con otro tipo de información poblacional y epidemiológica, anticiparse a posibles reinfecciones".

Esta investigación cuenta con la colaboración del Instituto de Aguas y Plaguicidas de la Universitat Jaume I de Castelló y el Centro Superior de Investigaciones Científicas y las muestras se recogen en los colectores de la ciudad y en la estación depuradora. Consta también de una plataforma digital que va integrando muestreos del alcantarillado y de los procesos de depuración en el término municipal de Castelló. También es objeto de estudio la línea de aguas y fangos de la Estación Depuradora. Los restos del virus que quedan en el agua comprenden el material genético y no tienen capacidad de infección, pero aportan datos que permiten agilizar los tratamientos sanitarios


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