CASTELLÓ. El equipo de gobierno de Castelló ha optado por convertir las dos parcelas destinadas a huertos urbanos ubicadas en el Primer Molí como plazas de aparcamiento ante la peatonalización de la avenida Lidón. Se trata de transformar estos terrenos de titularidad municipal en un aparcamiento disuasorio.
Es decir, crear un punto de aparcamiento fijo y accesible ante la imposibilidad de cruzar por la avenida Lidón y la consecuente eliminación de plazas de aparcamiento, que es una de las críticas más recurrentes de los vecinos afectados por este proyecto de reforma. De hecho, la planificación del Ayuntamiento es que se pase de las 397 plazas actuales a las 435 gracias a estos aparcamientos.
En la actualidad, estos huertos urbanos los disfrutan los vecinos de la asociación Primer Molí y Segundo Molí y el Ayuntamiento ya les ha comunicado que van a modificar el uso de este suelo de titularidad municipal. Además, se buscarán nuevas ubicaciones para estos huertos.
Esta es otra de las decisiones que afectan a la peatonalización de la avenida Lidón cuyas obras comenzarán la semana que viene con un coste de 2,9 millones de euros, confinanciado con los Fondos Feder, y que supone abrir la ciudad desde María Agustina a la basílica del Lledó con un carril ciclo peatonal.
Esta no es la única novedad en el proyecto. Después de la reunión celebrada con los vecinos, el Ayuntamiento y los técnicos de la UTE que desarrollará la obra se introducirán cambios, tal y como ha explicado el portavoz del equipo de gobierno, José Luis López. El edil ha explicado que "todas aquellas propuestas de mejora que no modifiquen sustancialmente el proyecto se introducirán" y ha anunciado que, además, "en la Cámara Agraria están todos los planos y el proyecto" y desde el equipo de gobierno "hemos planteado atender a todos los vecinos que lo pidan de forma personalizada, como ya sucedió en el Plan General".
Otra de las cuestiones que el equipo de gobierno ha afrontado es el poder reciclar la valla que ahora mismo rodea el parque de Rafalafena y que se ubicará en otro espacio de la ciudad. Se trata de "unas verjas que costaron hace años mucho dinero y que ahora servirán para otros espacios". Y es que tal y como avanzó este periódico, la intención es derribar el muro que cierra el parque para abrirlo al espacio peatonal.
López considera que "aunque hay gente que está en contra de la reforma, con el tiempo se verá que este proyecto de vanguardia va a suponer una reducción de las emisiones de CO2 y avanzar en una ciudad más amable". Las obras comenzarán por el tramo más alejado de la ciudad, en los alrededores de la basílica del Lledó, y se ejecutará el calendario de obras para que no afecten ni en la Tornà de la Romeria de les Canyes -si la pandemia permite su realización-, ni en la Ofrena del segundo sábado de Magdalena.
