CASTELLÓ. La playa del Gurugú sufrirá una profunda transformación en la actual legislatura. La demolición del antiguo restaurante Ortega Playa este martes, tras solucionar el desahucio de un vecino de 50 años, servirá como excusa para impulsar un proyecto de regeneración del entorno que, además, permitirá "poner en valor el paseo", según la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco.
Aunque simplemente representa una idea, que ni siquiera se encuentra en un estado germinal, el propósito del Ayuntamiento radica en mejorar la proyección de la zona, aprovechando la ampliación del arenal con la eliminación de la histórica edificación. En sus orígenes Xaloc, "se trataba de una construcción ilegal que tenía una orden de derribo por sentencia judicial", explica la munícipe a Europa Press.
La actuación, consensuada con la Dirección General de Costas, potenciará la diversidad paisajística. En efecto, y como avanza Marco, se crearán ecosistemas dunares con especies aborígenes que desempeñen una función de barreras naturales para proteger el espacio ajardinado próximo a la alameda.
Para acometer tal renovación, parece improbable que se amplíe la estructura del parque Litoral, donde predomina en segunda fila una extensa pradera de cespitosas, con coníferas, palmeras y tamarindos. Sin embargo, sí que gusta la disposición de los ecosistemas dunares en la misma playa, de 1.800 metros de longitud. Provista de una copiosa cubierta con plantas autóctonas, como la oruga de mar (Cakile marítima), la correhuela marina (Calystegia soldanella) o el junquillo de mar (Elymus farctus L.), actúa como refugio para la fauna, especialmente para las parejas de chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus).
Otra característica del cordón vegetal estriba en el doble muro como freno de contención frente al avance de la arena hacia el interior. Al existir dunas móviles y fijas afianza el arenal e impide que los portes arbóreos se asienten sobre un suelo con mayor salinidad.
Esa distribución de los ecosistemas dunares, también característica de la playa del Serradal, satisface al Ayuntamiento de Castelló como solución para revitalizar el Gurugú.
Del mismo modo, contribuye a preservar al citado chorlitejo patinegro, alado incluido en el Libro Rojo de las Aves de España en la categoría de vulnerable y cuya población ha disminuido considerablemente en la costa de Castelló. Según un estudio de la Dirección de Medio Ambiente respecto a la nidificación, el declive observado (36%) resulta especialmente preocupante. De las 30 parejas en 2013 se ha pasado a menos de 19 en 2019.
Esa mengua en la población reproductora exige de mayores espacios de protección, por lo que crear ecosistemas dunares en la playa del Gurugú, en la línea de lo existente en el Serradal, se vislumbra como la alternativa más factible. Eso sí, siempre en sintonía con Costas, delimitando previamente las competencias entre administraciones para distribuir las inversiones.
Fotos: ANTONIO PRADAS
