VALÈNCIA. La crisis abierta en Podem ha aumentado los nervios en el Botànic. El relevo en la portavocía del grupo parlamentario morado aprobado por su dirección este sábado ha evidenciado el deseo de la coordinadora general, Pilar Lima, de tomar las riendas también en Les Corts, desplazando así a la que fuera su rival en las primarias, la todavía síndica, Naiara Davó.
Una maniobra que ha levantado una notable polvareda en el seno de este partido, que cuenta con ocho diputados -necesarios para que el Botànic tenga la mayoría- y la Vicepresidencia Segunda del Consell, que ostenta Rubén Martínez Dalmau, contrario -al menos de partida- al golpe de mano efectuado por Lima.
Pese a las quejas, y al recurso que Davó y sus afines pretenden presentar ante la Comisión de Garantías, todo apunta a que el relevo en la portavocía del grupo se consumará más pronto que tarde, lo que dejará a varios diputados -los que respaldaban a la síndica actual- en una situación más bien incómoda.
Un río revuelto en el que otros ven una oportunidad. El Bloc, la pata mayoritaria de Compromís, mira de reojo este proceso de tensión interna por cómo pueda afectar al Botànic, pero también por las simpatías y conexiones que existen entre diversos miembros de ambas formaciones.