CASTELLÓ. El grupo agroalimentario Clasol afronta el cierre de la primera campaña completa desde que viera la luz la alianza pionera que unió los caminos de la empresa de frutas y verduras burrianense Clasol y la cooperativa San Alfonso a finales de 2023. Y lo hace con cifras que invitan al optimismo en un sector complejo y en lucha constante por la supervivencia. Con una previsión que sitúa entre el 15 y el 20% el crecimiento en la facturación al cierre del año, la apuesta por un modelo inédito que une empresa y cooperativismo arroja un “balance positivo”, en palabras del CEO del grupo Clasol, César Claramonte.

Esta unión ha dado como resultado un grupo sólido en el ámbito productivo, de la mano de la cooperativa San Alfonso, que a su vez integra a Agroal, y que al unirse con Clasol ha reforzado además su capacidad de comercialización y distribución, al tiempo que ha ampliado su diversificación con el cultivo y la transformación de otras frutas como el melón, la sandía o las frutas de hueso.

“Hemos hecho realidad la integración de dos mundos distintos para crear un modelo novedoso que está dando buenos resultados”, remarca Claramonte, quien incide en que “aunque los procesos de integración siempre son complicados, la realidad es que hemos cerrado la campaña citrícola con buenas cifras en las variedades principales y a la espera del cierre de la campaña de fruta de hueso, melón y sandía, esperamos superar los 250 millones de facturación en todo el grupo y rozar los 147 millones en la matriz Clasol”.

De cara a la nueva campaña citrícola las previsiones también apuntan al optimismo, a pesar de un arranque marcado por un aforo a la baja. El CEO de Clasol reconoce que estas expectativas de menor producción tanto de clementinas como de naranjas están acelerando las compras e incrementando precios. “Hay cierto nerviosismo pero vamos a seguir con nuestro objetivo y a cumplir con el crecimiento previsto en todas las líneas comerciales para asegurar las ampliaciones que tenemos pactadas con los clientes, no sólo en cítricos, sino también en el resto de variedades”, subraya.

Con Francia y Alemania como principales mercados, la compañía no descuida el mercado nacional y sigue abriéndose camino en el exterior. Todo ello sin dejar de lado el plan de viabilidad y modernización anunciado en 2023. Precisamente enmarcado en el plan de viabilidad, el grupo afronta su principal reto en arranque de 2026 con la construcción de un nuevo almacén en les Alqueries valorado en 23 millones de euros. Es en esta localidad donde también el pasado mes de junio Clasol estrenó su nueva sede central de oficinas, un complejo que se verá ahora ampliado con este nuevo centro logístico.

Nuevas integraciones

En definitiva, un horizonte de avances y buenas expectativas que evidencian el éxito de este modelo de fusión y en el que el grupo no descarta la integración de más cooperativas. En la actualidad, son alrededor de 900 socios los que forman parte de este proyecto tras la fusión con la cooperativa San Alfonso y la cifra de empleos en los momentos centrales de la campaña supera los 2.000. “Con la entrada de los fondos de inversión, la venta y la compra en el sector agroalimentario están cada vez más agrupadas y nosotros hemos apostado por impulsar un vehículo que permita a los agricultores pequeños y medianos jugar en la misma liga que estos grandes grupos y tener un futuro”, concluye Claramonte.