AGRO

La campaña citrícola arranca con compras avanzadas a precios “históricos” por la baja producción

El precio en origen de la clemenules se sitúa por primera vez en una década entre los 0,50 y 0,65 euros por kilo. Desde la Unió y AVA advierten que estos precios no garantizan la rentabilidad del campo por los elevados costes

  • La bajada del aforo eleva precios en el inicio de la campaña citrícola
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CASTELLÓ. La campaña citrícola arranca este año marcada por las previsiones de un aforo a la baja, cuyos efectos ya se perciben en el adelanto de compras a buenos precios y que, en variedades con gran presencia en la provincia de Castellón, como la clemenules, alcanzan cifras “históricas”. A falta de los datos oficiales de producción para la campaña 2025-2026, la Unió Llauradora i Ramadera ya adelantó hace unos días sus previsiones, que contemplan una disminución del 3% en la Comunitat, al pasar de 2,76 millones de toneladas a 2,68. La bajada más significativa, con una media del 11%, se producirá en las comarcas de Castellón, y en el caso de la clemenules ascenderá hasta el 19%.

Este descenso en las medias productivas ha acelerado los movimientos de compra por parte de los operadores, anticipando transacciones a precios que el secretario general de la Unió, Carles Peris, califica de “buenos”. En el caso de la clemenules, la variedad estrella en la provincia, Peris señala que “podemos hablar de precios históricos en la última década”. En este sentido, el responsable del sindicato agrario detalla que “el precio en origen de la clemenules se está situando en una horquilla entre los 0,50 y 0,65 euros por kilo”. Según datos de la Conselleria de Agricultura, los precios en origen de las clementinas en el mercado de cítricos durante la semana del 18 al 24 de agosto se situaron un 36,5% por encima de la media de las últimas cinco campañas. En el caso de las naranjas, el aumento de precios superó el 40%.

Son cifras impensables hace una década, aunque no aseguran la rentabilidad a los agricultores, ya que los costes de producción siguen al alza, sobre todo por los efectos de las plagas, tal y como insisten desde la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), a través de su representante en la Plana Baixa, Roberto Vicent. “Aunque la producción bajará, la previsión es que podamos abastecer de clemenules nuestros principales mercados en la Unión Europea sin ningún problema”, remarca Vicent, y añade: “a menos kilos de producción, más dificultad para cubrir costes, que se han disparado sobre todo por efecto de las plagas”. Una afirmación que comparten desde el sector de las cooperativas, apuntando que “los costes se han duplicado desde hace diez años”.

Evolución de la campaña

Estas primeras compras a precios altos suponen un buen arranque, aunque habrá que esperar para comprobar la evolución de la campaña. Desde la Unió advierten de que, con una menor producción, no solo los agricultores, sino también los almacenes y empresas citrícolas, pueden tener más dificultades para cubrir costes de explotación, lo que podría derivar en una reducción de empleos. Y es que la paradoja de este inicio de campaña es que las compras a buenos precios no son más que una consecuencia del declive que vive la citricultura en general y, en especial, el campo castellonense, donde “en 8 o 10 años hemos pasado de producir más de 400.000 toneladas de clemenules a las poco más de 230.000 previstas para esta campaña”, indica el secretario general de la Unió.

El abandono de cultivos, los efectos del cambio climático —daños por granizo, altas temperaturas que afectan a procesos como la floración o la ‘porgà’— y una superficie agraria útil muy envejecida explican esta caída progresiva en la producción.

Así, Peris subraya que los buenos precios no siempre son garantía de rentabilidad porque “nos encontramos con un arbolado envejecido, con una producción media de 1.200 kilos por hanegada, cuando la producción óptima para poder tener beneficios debería estar en los 3.000 kilos por hanegada”. De ahí la insistencia de la Unió en demandar a las administraciones líneas de ayuda al campo para la reconversión de estos cultivos con plantones jóvenes que aseguren una mayor rentabilidad.

Competencia 

A todos estos condicionantes se suma la competencia de países extracomunitarios. Preocupa especialmente Sudáfrica, que en los dos últimos meses ha incrementado sus envíos a la Unión Europea buscando posicionarse en este mercado de cara a 2026, cuando decaerán los aranceles a las importaciones citrícolas desde este país, y también en respuesta a la guerra comercial abierta por Estados Unidos. “Si comienza a llegar fruta de Sudáfrica a los lineales, puede que el arranque de nuestra campaña sea más lento”, advierte Carles Peris. Todo ello sin olvidar la entrada de plagas como el cotonet o el trips —este último con una incidencia cada vez más elevada—, además de la araña roja y la araña asiática. Sus efectos se notan tanto en la fruta como en los costes de explotación. “Es una lucha constante que merma la producción y dispara costes, por lo que confiamos en que este buen arranque de precios se mantenga durante toda la campaña”, concluyen desde AVA.

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