CASTELLÓ. La campaña citrícola 2025/2026 arranca en la provincia de Castellón con unas previsiones de producción a la baja que confirman los temores de las organizaciones agrarias. Según el aforo que ha dado a conocer este martes la Conselleria de Agricultura, la cosecha se situará en 542.671 toneladas, lo que supone un descenso del 9,4% respecto a la pasada campaña y del 14,7% en comparación con la media de los últimos cinco años.
Estas cifras dan la razón a los pronósticos de las organizaciones agrarias, que ya habían advertido de que la próxima campaña sería corta en volumen debido a los efectos de la meteorología adversa, el abandono de cultivos y sobre todo a un arbolado envejecido, "con una producción media de 1.200 kilos por hanegada, cuando la producción óptima para poder tener beneficios debería estar en los 3.000 kilos por hanegada", según el secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera, Carles Peris; el responsable de la Unió ha vuelto a pedir a las administraciones un plan de ayudas para la reconversión de cultivos que permita aumentar el rendimiento de las explotaciones.
El recorte se concentra en el cultivo de mandarinas, especialmente en las variedades clemenules y los híbridos, con caídas del 8% y del 20,5% respectivamente. También desciende la producción de naranjas, que se reduce un 13,9% (19.468 toneladas menos), mientras que los limones pierden unas 265 toneladas. La única nota positiva llega de la mano de las clementinas tempranas, que registran un incremento del 15,4% gracias al buen comportamiento de la variedad oronules, y de las naranjas valencia late, que compensan parcialmente la caída de otras variedades.
Cabe destacar que la clemenules acapara más de la mitad de la producción de cítricos en la provincia de Castellón, por lo que la reducción del 8,3% prevista para la actual campaña agrava el descenso en cifras globales.
Un descenso generalizado en la Comunitat Valenciana
El retroceso en Castellón se enmarca en una tendencia común a toda la Comunitat Valenciana. El informe prevé que la producción citrícola autonómica alcance este año las 2.509.950 toneladas, es decir, un 8% menos que la campaña anterior y hasta un 23,2% inferior al promedio de la última década.
Las causas vuelven a estar relacionadas con factores meteorológicos adversos. Las altas temperaturas, las abundantes lluvias de marzo y los sucesivos episodios de granizo en primavera y verano han mermado la floración y el cuajado de la fruta. A ello se añaden problemas fitosanitarios como el repunte de la araña roja y asiática, el avance del cotonet de Sudáfrica y la proliferación de alternaria en determinadas parcelas, según refleja el informe de la Conselleria de Agricultura. Por otra parte, señalar que en 2025 se ha producido una nueva reducción de la superficie de cultivo. Entre las causas que han contribuido a ello, en la provincia de Valencia, se encuentra el efecto de la dana de octubre de 2024 ya que hay que tener en cuenta, que parte de las explotaciones afectadas se encontraban cercanas a los barrancos y ríos.
La peor campaña nacional en 16 años
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación también ha confirmado la magnitud de la caída a nivel nacional. Según el aforo presentado por la secretaria general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Ana Rodríguez, la producción citrícola española se situará en 5,44 millones de toneladas, lo que supone 655.000 toneladas menos que en la campaña pasada (-10,7%) y un 14,2% inferior a la media de las últimas cinco campañas. Se trata, por tanto, de la cosecha más baja de los últimos 16 años.
Ante estas cifras, el secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera, Carles Peris, calificó la situación de “preocupante”. “Con una cosecha más corta, la campaña se reducirá en el tiempo, se generarán menos puestos de trabajo y, aunque los precios puedan subir, solo tendrán rentabilidad aquellos productores que consigan una producción óptima”, advirtió.
Peris subrayó que uno de los principales problemas de la citricultura valenciana, y especialmente de la castellonense, es el bajo rendimiento del arbolado debido a su envejecimiento. En este sentido, el representante de la Unió ha aprovechado la reunión mantenida con el Ministerio, coincidiendo con la presentación del aforo nacional, para reclamar la puesta en marcha de un plan de reconversión de plantaciones, que permita modernizar el sector y garantizar su sostenibilidad a medio plazo. En su opinión, es la única solución para poder recuperar producción en los próximos años.
Contexto de precios al alza
El recorte en la oferta refuerza las previsiones ya avanzadas por las organizaciones agrarias, que advertían de una campaña corta en volumen pero con precios al alza en origen. De hecho, como adelantó este diario, el inicio de campaña ha estado marcado por operaciones de compraventa anticipadas a precios históricamente altos, de manera especial en la variedad clemenules. Los comerciantes y centrales de manipulado han cerrado contratos de forma temprana para asegurarse el suministro de fruta, conscientes de la escasez prevista.
El informe de la Conselleria constata que "las menores previsiones de fruta han propiciado que el inicio de las compras se haya adelantado unas cinco semanas en relación con la campaña previa". Las compras se han acelerado especialmente para las variedades clemenules y navelina. Durante agosto, las cotizaciones de estas dos variedades se han situado por encima de las registradas en las dos campañas anteriores y también de la media de las cinco últimas campañas, según Agricultura.
Esta presión al alza en los precios supone un balón de oxígeno para los productores, que podrían ver compensada la merma de cosecha con mejores rentabilidades. Sin embargo, desde el sector advierten de que la volatilidad de los mercados internacionales, la presión de los países competidores y el incremento de costes de producción, especialmente en energía y fitosanitarios, siguen condicionando la estabilidad del citricultor valenciano.