CASTELLÓ. La campaña citrícola ha arrancado con compras adelantadas, precios elevados -especialmente en la variedad estrella de Castellón, la clemenules- pero con las mismas incertidumbres de cada año por la evolución de las exportaciones y la competencia desde otros mercados que en los últimos años han ido ganando terreno en Europa. Un ejemplo es Egipto que, tras inundar el mercado en la campaña 2023/2024, ha cerrado la última temporada con un 30% menos de envíos y afronta una nueva campaña con una producción a la baja. Pese a todo, aunque reduzca su presión en los volúmenes de fruta fresca, el país norteafricano puede seguir desestabilizando al sector valenciano y español en general a través de la industria del zumo, en la que ha ido abriéndose camino duplicando el número de empresas durante el último año.
El secretario general de la Unió Llauradora, Carles Peris, ha advertido de que "si se confirma el aumento de las importaciones de zumo de naranja procedentes de Brasil, principal productor, y Egipto, esto se traducirá en una bajada de los precios que perciben los citricultores valencianos por la fruta destinada a la industria de transformación".
“Egipto es uno de los grandes países competidores en la exportación de cítricos a la Unión Europea, y las previsiones para esta próxima campaña apuntan a una bajada en la producción. En principio, eso podría ser positivo para los productores valencianos, porque habría menos presión sobre el mercado europeo en los meses de invierno, especialmente en enero, que es el punto álgido de la campaña”, ha señalado Peris.
Sin embargo, el dirigente agrario advierte de que esta posible ventaja podría verse neutralizada si Egipto, como ya hizo en la pasada campaña, destina una parte importante de su cosecha a la industria de transformación. “Si Egipto reduce el volumen de fruta en fresco pero aumenta el zumo que exporta, y además Brasil refuerza sus envíos a la Unión Europea, el efecto puede ser muy negativo”, ha afirmado.
De hecho, según publica el medio especializado Fresh Plaza, la próxima campaña de naranjas de Egipto comenzará a principios de diciembre con previsiones de menor producción y una calidad exportadora más limitada respecto a la temporada anterior. Según declaraciones de Howaida Hassan, fundadora de Select Greens Export, a este medio, se espera una cosecha algo inferior debido a la reducción de frutos en algunas zonas y al desvío de parte de la producción hacia la industria local de transformación, impulsada por los altos precios del zumo en el mercado internacional.
Peris recuerda que Brasil es el principal proveedor mundial de zumo de naranja y que las recientes medidas arancelarias de Estados Unidos —con un 50% de recargo a las importaciones procedentes del país sudamericano— pueden provocar que su industria busque reforzar su presencia en el mercado europeo. “Todo apunta a que Brasil intentará colocar más producto en la UE, y eso se suma a la presión que ya ejerce Egipto", que en la pasada campaña incrementó la producción de concentrado de jugo, aprovechando los problemas en los cultivos de Brasil por el repunte de la plaga de HLB. "La consecuencia directa podría ser una caída de los precios de los cítricos destinados a la industria”, ha advertido Peris, quien recuerda que "para nuestros citricultores es importante poder contar con buenos precios para la fruta de bajo calibre o que no cumple los mínimos para su venta en fresco y que se destina a la industria de transformación".
Evolución de la campaña
Así las cosas, los productores esperan con interés la evolución de la campaña, sobre todo a partir del mes de enero cuando pueden intensificarse los volúmenes de llegada de fruta del país norteafricano, después de una campaña como la anterior en la que la presión de los cítricos egipcios fue menor de la esperada. Los envíos de fruta en fresco se redujeron un 30% durante la campaña 2024/2025, hasta unas 345.000 toneladas, frente a otros productores como Sudáfrica y Marruecos que siguen ganando terreno.
Esta evolución a la baja llegó después de una campaña, la de 2023/2024, marcada por una elevada tensión en el sector citrícola castellonense por la competencia desleal de Egipto y la entrada de plagas en sus envíos. Una denuncia que la organización agraria ha vuelto recordar recientemente, poniendo el foco en la competencia desleal derivada de las importaciones de cítricos egipcios por debajo del Sistema de Precios de Entrada, fijado actualmente en 0,69 euros el kilo. La Unió Llauradora ha reclamado a la Comisión Europea que eleve este umbral hasta, al menos, un euro por kilo, con el fin de garantizar una competencia justa entre productores comunitarios y extracomunitarios.
“Las importaciones masivas de Egipto, especialmente entre los meses de enero y abril, condicionan los precios y la demanda de los cítricos europeos. Desde el ámbito comercial se utilizan los bajos precios de las importaciones egipcias para presionar a la baja los precios de la producción europea. Además, al aumentar estas importaciones a precios de derribo, los mercados reducen su demanda de cítricos europeos”, ha señalado Peris.
El secretario general de la Unió ha reiterado que, aunque en esta pasada campaña se ha reducido el volumen de importaciones procedentes de Egipto y el precio de entrada ha subido ligeramente respecto al año anterior, “sigue estando por debajo del coste efectivo de la cadena de recolección, confección y transporte, unos costes que además están tensionados y en constante aumento”. Por ello, insiste en que “con esta situación es difícil competir si no se revisa el actual sistema de precios de entrada”.
