CASTELLÓ. Este viernes se han cumplido nueve años de la entrada en vigor del Acuerdo Económico entre la Unión Europea y el África Meridional (Sudáfrica), una efeméride que supone la aplicación de los arances cero para los cítricos sudafricanos y que llega en un momento de constantes amenazas para la citricultura valenciana. El pacto, que eliminó progresivamente los aranceles a los cítricos sudafricanos entre el 16 de octubre y el 30 de noviembre hasta su total liberalización en 2025, ha incrementado la competencia directa en pleno arranque de la campaña de recolección en la Comunitat Valenciana y ha abierto la puerta a nuevas amenazas fitosanitarias, además de añadir presión en los mercados para un sector que arrastra problemas estructurales.
Según denuncia La Unió Llauradora, sobre la práctica, ha permitido a los sudafricanos intensificar las exportaciones de naranjas y mandarinas sudafricanas a los meses de otoño, coincidiendo con el inicio de la cosecha en la Comunitat Valenciana. En estos nueve años, las importaciones de cítricos procedentes del país africano se han incrementado un 11,5%, con un repunte especialmente acusado en octubre, mes en el que en 2024 se alcanzó un récord histórico con casi 145.000 toneladas. En conjunto, dos tercios de las entradas anuales de fruta sudafricana al mercado comunitario se concentran entre octubre y noviembre, justo cuando el producto valenciano comienza a llegar a los mercados europeos.
“El resultado es un desplazamiento de nuestras naranjas en el lineal y una pérdida progresiva de rentabilidad para los agricultores”, alerta el secretario general de La Unió, Carles Peris, quien advierte además de las consecuencias fitosanitarias del acuerdo. Desde su entrada en vigor en 2016, se han detectado cerca de 300 interceptaciones oficiales de plagas en cargamentos procedentes de Sudáfrica, principalmente Thaumatotibia leucotreta (falsa polilla) y Phyllosticta citricarpa (mancha negra), dos de los organismos nocivos más peligrosos para la citricultura mundial y aún ausentes en territorio comunitario.
“Son datos oficiales, por lo que la cifra real probablemente sea mucho mayor”, añade Peris. “Además, una de las últimas plagas introducidas ha sido el trips de Sudáfrica, que está causando graves pérdidas a los productores valencianos y un incremento notable de los costes de producción”.
Los últimos datos confirman que Sudáfrica ha intensificado notablemente los envíos en los meses finales de su campaña, septiembre y octubre, coincidiendo con el arranque de la recolección en España y en el hemisferio norte.
En septiembre de 2025, las importaciones comunitarias de naranjas procedentes del país africano aumentaron un 40% respecto al mismo mes del pasado año, con un total de 132.443 toneladas frente a las 94.905 de la campaña anterior. Este incremento ha provocado una mayor presencia de naranja sudafricana en los lineales europeos justo cuando comienza la recolección de las variedades más tempranas en la Comunitat Valenciana.
A ello se une la merma de producción nacional, que amortigua temporalmente el impacto comercial de esa competencia. “Desde la entrada en vigor del acuerdo comercial entre la UE y Sudáfrica hemos visto cómo se han ido desplazando las variedades más tempranas, que han perdido producción, y nos hemos centrado en las variedades de la segunda parte de la campaña”, explica Peris. En cuanto a los precios, matiza que “por suerte, la escasez de producción en este inicio de campaña hace que los precios no se vean afectados por la competencia de los cítricos sudafricanos, pero si nuestra producción fuera la misma que hace una década, tendríamos graves problemas”.
Los datos de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, correspondientes a la campaña 2024/2025 (octubre a septiembre), confirman un fuerte crecimiento de las importaciones de cítricos procedentes del hemisferio sur, en un contexto de menor producción en el norte. En el caso de las naranjas, las importaciones comunitarias alcanzaron 934.334 toneladas, prácticamente las mismas que el año anterior, pero con una composición radicalmente distinta: Sudáfrica suministró 463.263 toneladas, un 46% más que en 2023/2024. Las exportaciones sudafricanas se aceleraron especialmente a partir de junio y alcanzaron su pico en septiembre, situándose un 20% por encima de la media de los últimos años.
Esta tendencia confirma que Sudáfrica ha aprovechado el déficit productivo del hemisferio norte y el fin de los aranceles para reforzar su papel como principal abastecedor del verano europeo y principio del otoño.
Cláusula de salvaguardia y medidas de control
Ante este escenario, La Unió Llauradora reclama la activación de la cláusula de salvaguardia prevista en el propio acuerdo comercial “cuando los volúmenes que llegan en otoño perturban el mercado comunitario”, así como la aplicación efectiva del principio de reciprocidad en los estándares fitosanitarios y laborales. También pide reforzar los controles en frontera y revisar el tratamiento en frío que aplica Sudáfrica, tras los incumplimientos detectados en las últimas campañas.
En paralelo, el diputado de Compromís-Sumar, Alberto Ibáñez, ha registrado una pregunta en el Congreso de los Diputados para conocer qué medidas están adoptando los ministerios competentes ante el incremento de cítricos importados desde Sudáfrica. Ibáñez recuerda que en 2021 ambos ministerios pidieron a la Comisión Europea que los cítricos fueran considerados productos “muy sensibles”, pero denuncia que “ni Agricultura, ni Industria, ni Exteriores han explicado qué acciones se han implementado desde entonces”. “La entrada en vigor de los aranceles cero entre la naranja de Sudáfrica y la Unión Europea supone una gran amenaza para un sector estratégico como la citricultura valenciana”, advierte el diputado, que reclama reforzar los controles fitosanitarios y exigir reciprocidad en las condiciones de producción.
Según Ibáñez, esta desigualdad de condiciones “pone en riesgo la competitividad de nuestra agricultura”, ya que los productores europeos deben cumplir estrictos estándares ambientales y laborales mientras otros países exportadores no están sujetos a los mismos requisitos. Por ello, exige que el Gobierno impulse una estrategia diplomática clara ante futuros acuerdos comerciales con Sudáfrica o Mercosur y defienda “la sostenibilidad de un sector clave para la economía valenciana”.